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Apocalipsis 20:6 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y reinarán con él mil años.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Benditos y santos son aquellos que forman parte de la primera resurrección, porque la segunda muerte no tiene ningún poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él durante mil años.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 ¡Feliz y santo es el que participa en la primera resurrección! La segunda muerte ya no tiene poder sobre ellos: serán sacerdotes de Dios y de su Mesías y reinarán con él mil años.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y del Ungido, y reinarán con Él mil años.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Dichoso y santo el que tiene parte en la primera resurrección. Sobre éstos no tiene potestad la segunda muerte, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él por [los] mil años.

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Apocalipsis 20:6
19 Referencias Cruzadas  

Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén están escritos entre los vivientes;


Y vosotros seréis llamados sacerdotes del SEÑOR, ministros del Dios nuestro seréis dichos; comeréis las fuerzas de los gentiles, y con su gloria seréis sublimes.


Bienaventurado el que esperare, y llegare hasta mil trescientos treinta y cinco días.


Y oyendo esto uno de los que juntamente estaban sentados a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que comerá pan en el Reino de los cielos.


Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto.


Y si hijos, también herederos; ciertamente de Dios, y coherederos con el Cristo; si empero padecemos juntamente con él , para que juntamente con él seamos glorificados.


si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará;


vosotros también, como piedras vivas, son edificados una casa espiritual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesús, el Cristo.


Mas vosotros sois el linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que mostréis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.


y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre: a él sea gloria e imperio para siempre jamás. Amén.


Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados son los muertos, que de aquí en adelante mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansan de sus labores; y sus obras los siguen.


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. El que venciere, no recibirá daño de la muerte segunda.


Y el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda.


Mas a los temerosos, e incrédulos, a los abominables, y homicidas, a los fornicarios y hechiceros, y a los idólatras, y a todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo de fuego y de azufre, que es la muerte segunda.


Y allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de lumbre de lámpara, ni de lumbre de sol: porque el Señor Dios los alumbrará; y reinarán para siempre jamás.


Y he aquí, vengo presto: Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.


Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.


y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos en la tierra.


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