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Apocalipsis 17:1 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

1 Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven, y te mostraré la condenación de la gran ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas;

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Uno de los siete ángeles que derramaron las siete copas se acercó y me dijo: «Ven conmigo, y te mostraré la sentencia que recibirá la gran prostituta, que gobierna sobre muchas aguas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Entonces vino uno de los siete ángeles de las siete copas y me dijo: 'Ven, que te voy a mostrar el juicio de la famosa prostituta que se sienta al borde de las grandes aguas;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y vino uno de los siete ángeles que tienen las siete copas y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la sentencia contra° la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y me habló diciendo: 'Ven, voy mostrarte el juicio contra la gran prostituta, la que está asentada junto a aguas caudalosas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven acá, y te mostraré la condenación de la gran ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas;

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Apocalipsis 17:1
20 Referencias Cruzadas  

¿Cómo te has tornado ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de juicio, en ella habitó la equidad; mas ahora, los homicidas.


Y vosotros, llegaos acá, hijos de la agorera; generación del adúltero y de la fornicaria.


Porque desde muy atrás he quebrado tu yugo, y roto tus ataduras; y dijiste: No serviré (al pecado ). Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol umbroso, corrías tú, oh ramera.


La que moras entre muchas aguas, rica en tesoros, ha venido tu fin, la medida de tu codicia.


Las aguas lo hicieron crecer, lo encumbró el abismo; sus ríos iban alrededor de su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus corrientes.


Y decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?


Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;


La revelación de Jesús, el Cristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que conviene que sean hechas presto; y envió, y las indicó por señales por su ángel a Juan su siervo,


Y vi otra señal en el cielo, grande y admirable, que era siete ángeles que tenían las siete plagas postreras, porque en ellas es consumada la ira de Dios.


Y la gran ciudad fue partida en tres partes, y las ciudades de los gentiles se cayeron; y Babilonia la grande vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino de la indignación de su ira.


Y después de estas cosas vi otro ángel descender del cielo teniendo grande potencia, y la tierra fue alumbrada de su gloria;


porque sus juicios son verdaderos y justos; porque él ha juzgado a la gran ramera, que ha corrompido la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella.


Y él me dice: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son las verdaderas palabras de Dios.


Y el que hablaba conmigo, tenía una caña de oro, para medir la ciudad, y sus puertas, y su muro.


Y vino a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete postreras plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven, yo te mostraré la Esposa, mujer del Cordero.


Después de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que es necesario que sean hechas después de éstas.


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