El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso.
no te sobrevendrá mal ni la plaga se acercará a tu tienda.
Pues a sus ángeles dará órdenes acerca de ti para que te guarden en todos tus caminos.
En sus manos te llevarán de modo que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y la cobra pisarás; hollarás al leoncillo y a la serpiente.
“Porque en mí ha puesto su amor, yo lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
Él me invocará, y yo le responderé; con él estaré en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré;
lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación”.
Diré yo al SEÑOR: “¡Refugio mío y castillo mío, mi Dios en quien confío!”.
Porque el SEÑOR Dios me ayuda, no he sido confundido. Por eso puse mi rostro firme como un pedernal y sé que no seré avergonzado.
Entonces me explicó diciendo: —Esta es la palabra del SEÑOR para Zorobabel: “No con ejército ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos.
Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio.
No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia’.
El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién me he de atemorizar?
¿Qué, pues, diremos frente a estas cosas? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Hijitos, ustedes son de Dios, y los han vencido, porque el que está en ustedes es mayor que el que está en el mundo.
Vístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las intrigas del diablo;
No prosperará ninguna herramienta que sea fabricada contra ti. Tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio. Esta es la heredad de los siervos del SEÑOR, y su vindicación de parte mía”, dice el SEÑOR.
porque las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.
¿No te he mandado que te esfuerces y seas valiente? No temas ni desmayes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.
El SEÑOR te guardará de todo mal; él guardará tu vida.
El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado.
Y sobre todo, ármense con el escudo de la fe con que podrán apagar todos los dardos de fuego del maligno.
El día en que tengo temor yo en ti confío.
En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado. ¡No temeré lo que me pueda hacer ningún mortal!
Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
En esta ocasión, ustedes no tendrán que luchar. Deténganse, estense quietos y vean la victoria que el SEÑOR logrará para ustedes. ¡Oh Judá y Jerusalén, no teman ni desmayen! ¡Salgan mañana a su encuentro, y el SEÑOR estará con ustedes!’”.
El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en él esperó mi corazón. Fui ayudado, y se gozó mi corazón; con mi canción le alabaré.
¡He aquí, Dios es mi salvación! Confiaré y no temeré, porque el SEÑOR es mi fortaleza y mi canción; él es mi salvación”.
Sean sobrios y velen. Su adversario, el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quién devorar.
Resistan al tal estando firmes en la fe, sabiendo que los mismos sufrimientos se van cumpliendo entre sus hermanos en todo el mundo.
Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Jesús les dijo: —Por causa de la poca fe de ustedes. Porque de cierto les digo que si tienen fe como un grano de mostaza, dirían a este monte: “Pásate de aquí, allá”; y se pasará. Nada les será imposible.
Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.
Pero gracias a Dios, quien nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra.
¡Esfuércense y sean valientes! No tengan temor ni se aterroricen de ellos, porque el SEÑOR tu Dios va contigo. Él no te abandonará ni te desamparará”.
El SEÑOR es mi roca, mi fortaleza y mi libertador. Mi Dios es mi peña; en él me refugiaré. Él es mi escudo, el poder de mi liberación y mi baluarte.
Confía en el SEÑOR con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas.
Jesús respondió y les dijo: —De cierto les digo que si tienen fe y no dudan, no solo harán esto de la higuera, sino que si dicen a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, así será.
De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi socorro, y no temeré. ¿Qué me podrá hacer el hombre? .
Pues a sus ángeles dará órdenes acerca de ti para que te guarden en todos tus caminos.
En sus manos te llevarán de modo que tu pie no tropiece en piedra.
Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios no sigue pecando; más bien, Aquel que fue engendrado de Dios lo guarda y el maligno no lo toca.
Por nada estén afanosos; más bien, presenten sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.
Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.
En ti confiarán los que conocen tu nombre pues tú, oh SEÑOR, no abandonaste a los que te buscaron.
Jesús los miró y les dijo: —Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.
Estos confían en carros, y aquellos en caballos; pero nosotros confiamos en el nombre del SEÑOR nuestro Dios.
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán. Cuando andes por el fuego, no te quemarás ni la llama te abrasará.
He aquí, les doy autoridad de pisar serpientes, escorpiones y sobre todo el poder del enemigo; y nada les dañará.
Sean sus costumbres sin amor al dinero, contentos con lo que tienen ahora porque él mismo ha dicho: Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé.
Porque yo, el SEÑOR, soy tu Dios que te toma fuertemente de tu mano derecha y te dice: ‘No temas; yo te ayudo’.
y enseñándoles que guarden todas las cosas que les he mandado. Y he aquí, yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.
Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman; esto es, a los que son llamados conforme a su propósito.
La fe es la constancia de las cosas que se esperan, la comprobación de los hechos que no se ven.
Aunque acampe un ejército contra mí, mi corazón no temerá. Aunque contra mí se levante guerra, aun así estaré confiado.
¡Bueno es el SEÑOR! Es una fortaleza en el día de la angustia y conoce a los que en él se refugian.
Retengamos firme la confesión de la esperanza sin vacilación porque fiel es el que lo ha prometido.
—Y David añadió—: ¡El SEÑOR, quien me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él me librará de la mano de ese filisteo! Y Saúl dijo a David: —¡Ve, y que el SEÑOR sea contigo!
El eterno Dios es tu refugio, y abajo están los brazos eternos. Él echará de delante de ti al enemigo, diciendo: ‘¡Destruye!’.
Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia y con cánticos de liberación me rodearás. Selah
estando convencido de esto: que el que en ustedes comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.
Oh pueblos, esperen en él en todo tiempo; derramen delante de él su corazón porque Dios es nuestro refugio. Selah
Por eso, los que sufren según la voluntad de Dios, que encomienden su vida al fiel Creador haciendo el bien.
Digan a los de corazón apocado: “¡Fortalézcanse; no teman! He aquí que su Dios viene con venganza y retribución divina. Él mismo vendrá y los salvará”.
“Perfecto es el camino de Dios; probada es la palabra del SEÑOR. Él es escudo a todos los que en él se refugian.
Pero ahora, así ha dicho el SEÑOR, el que te creó, oh Jacob; el que te formó, oh Israel: “No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres mío.
Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad de ustedes conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Perfecto es el camino de Dios; probada es la palabra del SEÑOR. Él es escudo a todos los que en él se refugian.
¡Oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros, porque en ti hemos confiado! Sé tú nuestro brazo cada mañana; sé también nuestra salvación en el tiempo de angustia.
Los que confían en el SEÑOR son como el monte Sion, que no se derrumba, sino que está firme para siempre.
“Vengan a mí, todos los que están fatigados y cargados, y yo los haré descansar.
Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma.
Por la bondad del SEÑOR es que no somos consumidos, porque nunca decaen sus misericordias.
Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Él le respondió: —No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.
Que el Dios de esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en la esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Porque yo, el SEÑOR, soy tu Dios que te toma fuertemente de tu mano derecha y te dice: ‘No temas; yo te ayudo’.
No temas, gusanito de Jacob; ustedes, los poquitos de Israel. Yo soy tu socorro, dice el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel.
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos están atentos a sus oraciones. Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal .
Porque así ha dicho el SEÑOR Dios, el Santo de Israel: “En arrepentimiento y en reposo serán salvos; en la quietud y en la confianza estará su fortaleza”. Pero no quisieron.