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Romanos 8:11 - La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y si el Espíritu del que levantó de los muertos a Jesús vive en vosotros, el que levantó al Mesías° de los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que vive en vosotros.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 El Espíritu de Dios, quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes; y así como Dios levantó a Cristo Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu, quien vive en ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos está en ustedes, el mismo que resucitó a Jesús de entre los muertos dará también vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que habita en ustedes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo dará vida también a vuestros cuerpos mortales por medio de ese Espíritu suyo que habita en vosotros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Y si el Espíritu de Aquél que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó a Cristo de entre los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

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Romanos 8:11
37 交叉引用  

sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.


Porque nosotros, los que vivimos, somos entregados constantemente a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestra carne mortal.


Pero vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, por cuanto° el Espíritu de Dios vive en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu del Mesías, éste no es de Él.


Y Dios, que resucitó al Señor, también a nosotros nos resucitará mediante su poder.


porque la ley del Espíritu de vida en Jesús el Mesías te ha librado de la ley del pecado y de la muerte.


el cual transfigurará el cuerpo de la humillación nuestra para que sea semejante° al cuerpo de la gloria suya, según la eficacia del poder con el cual Él también puede someter a sí mismo todas las cosas.


Porque como el Padre levanta y da vida a los muertos, así también el Hijo da vida a los que quiere.


al cual Dios levantó,° sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuera retenido por ella.


aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con el Mesías° (por gracia habéis sido salvados),


Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os pondré en vuestra propia tierra, y sabréis que Yo, YHVH, he hablado y lo he cumplido, dice YHVH.


Pero después de los tres días y medio, entró en ellos un aliento de vida procedente de Dios,° y se pusieron sobre sus pies,° y un gran temor cayó sobre quienes los contemplaban.


Porque también el Mesías padeció una vez por los pecados, el Justo por los injustos, para llevaros° a Dios; muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu;


El Espíritu de la Verdad, al cual el mundo no puede recibir, pues no lo ve ni lo conoce. Vosotros lo conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros.°


y el que vive, aunque estuve muerto, pero he aquí vivo por los siglos de los siglos,° y tengo las llaves de la Muerte y del Hades.


que por medio de Él sois fieles a Dios, quien lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, para que vuestra fe y esperanza estén en Dios.


Porque si los muertos no son resucitados, tampoco el Mesías fue resucitado.


¡Tus muertos vivirán! ¡Con mi cuerpo muerto° resucitarán! ¡Despertad y cantad jubilosos moradores del polvo! Porque tu rocío es rocío de luz, la tierra parirá a las sombras.


No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que obedezcáis a sus concupiscencias;°


Y el Dios de paz, el cual, en virtud de la sangre del pacto eterno, levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas,


Porque los que aún estamos en este tabernáculo, gemimos con angustia, por cuanto no queremos ser desvestidos, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.


Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Jesús el Mesías,°


Así que entonces, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne.


Saludad a Prisca° y a Aquila,° mis colaboradores en Jesús el Mesías,


Saludad a Andrónico y a Junia, mis parientes y mis compañeros de prisión, que son insignes entre los apóstoles y quienes también han sido antes que yo° en el Mesías.


Saludad a Urbano, nuestro colaborador en el Mesías, y a Estaquis, amado mío.


Saludad a Apeles, el aprobado en el Mesías. Saludad a los que son de Aristóbulo.


Porque el que siembra para su carne, de la carne cosechará corrupción, pero el que siembra para el espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.


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