Terminadas las obras, llevaron al rey y a Joadá el dinero sobrante, con el que se hicieron utensilios para el templo de Yahveh: utensilios para el culto, para los holocaustos, cucharas y objetos de oro y de plata. Así, constantemente se ofrecían holocaustos en el templo de Yahveh durante la vida de Joadá.