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Éxodo 3:2 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Se le apareció el ángel de Yahveh en una llama de fuego, en medio de una zarza. Observó Moisés que la zarza ardía, pero no se consumía.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Allí el ángel del Señor se le apareció en un fuego ardiente, en medio de una zarza. Moisés se quedó mirando lleno de asombro porque aunque la zarza estaba envuelta en llamas, no se consumía.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Entonces fue cuando el Angel de Yavé se presentó a él, como una llama ardiente en medio de una zarza. Moisés estuvo observando: la zarza ardía, pero no se consumía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Entonces el ángel de YHVH se le apareció en una llama de fuego en medio de la zarza.° Y él miró, y vio que la zarza ardía en el fuego, pero la zarza no se consumía.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Y le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza: y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.

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Éxodo 3:2
29 交叉引用  

Si pasas por las aguas, contigo estoy, si por los ríos, no te anegarán; si andas por el fuego, no te quemarás y la llama no te abrasará.


Y en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, cuando aquello de la zarza, cómo le dijo Dios: Yo soy el Dios de Abrahan, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?


y lo mejor de la tierra y de su abundancia. ¡Que el favor del que moró en la zarza descienda sobre la cabeza de José, sobre la coronilla del elegido entre sus hermanos!


Y que los muertos resucitan, ya Moisés lo dio a entender en aquello de la zarza, cuando llama Señor al Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob;


Dejaste a los humanos cabalgar sobre nuestras cabezas; pasamos por el fuego y por el agua, pero al fin tú nos conduces al alivio.


He aquí que yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino delante de mí. Muy pronto vendrá a su templo el Señor a quien buscáis, el Ángel de la alianza que deseáis. Mirad que ya llega -dice Yahveh Sebaot-.


en todas sus angustias. No fue un mensajero ni un ángel: él en persona los salvó. Por su amor y su piedad, él mismo los redimió, los levantó y los llevó todos los días de antaño.


Ve, reúne a los ancianos de Israel, y diles: 'Yahveh, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: yo os he visitado, y sé cómo se os trata en Egipto;


Porque justo eres en todo lo que haces, todas tus obras son veraces, tus caminos rectos y todos tus juicios verdaderos.


el Ángel que me ha librado de todo mal, bendiga a estos jóvenes. Que en ellos sobreviva mi nombre y el nombre de mis antepasados, Abrahán e Isaac, y se multipliquen y crezcan en medio de la tierra'.


mientras que a vosotros os tomó Yahveh y os sacó del horno de hierro, de Egipto, para que fuerais el pueblo de su heredad, como lo sois hoy.


En efecto, lo que era imposible a la ley, por cuanto que estaba incapacitada por causa de la carne, Dios, enviando a su propio Hijo en carne semejante a la del pecado y como víctima por el pecado, condenó al pecado en la carne,


Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Nosotros vimos su gloria, gloria como de Hijo único que viene del Padre, lleno de gracia y de verdad.


Álzate, espada, contra mi pastor contra mi ayudante -oráculo de Yahveh Sebaot-. Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas: volveré mi mano contra los zagales.


mientras que vosotros, los atribulados, encontraréis, junto con nosotros, el debido reposo, cuando el Señor Jesús aparezca bajando del cielo con sus poderosos ángeles,


Oyó Dios la voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: '¿Qué te ocurre, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado la voz del niño desde el lugar donde él está.


En ese momento, el ángel de Yahveh le gritó desde el cielo: '¡Abrahán, Abrahán!'. Éste respondió: 'Aquí estoy'.


Todo el monte Sinaí humeaba, porque había descendido sobre él Yahveh en forma de fuego, y el humo subía como la humareda de un horno. Toda la montaña retemblaba.


Enviaré un ángel delante ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te he preparado.


La gloria de Yahveh ofrecía a la vista de los israelitas el aspecto de un fuego devorador sobre la cumbre del monte.


Respondió el ángel de Yahveh a Manóaj: 'Que la mujer se guarde de todo lo que le dije:


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