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Daniel 4:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Di orden de que vinieran a mi presencia todos los sabios de Babilonia, a fin de que me dieran a conocer la interpretación de mi sueño.

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Biblia Reina Valera 1960

3 ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en generación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 ¡Cuán grandiosas son sus señales y cuán poderosas sus maravillas! Su reino durará para siempre, y su dominio por todas las generaciones.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Ordené entonces que vinieran a verme todos los sabios de Babilonia para que me dieran a conocer el significado del sueño.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! ¡Su reino es un reino sempiterno, y su señorío de generación en generación!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán poderosas sus maravillas! Su reino es un reino eterno, y su señorío es de generación en generación.

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Daniel 4:3
29 交叉引用  

Un reino de eternidades es tu reino, tu gobierno, por las generaciones.


Por el tiempo de esos reyes, suscitará el Dios del Cielo un reino que nunca será destruido ni será entregado a otro pueblo. Pulverizará y aniquilará a todos esos reinos, mientras que él permanecerá por siempre,


Yahveh, tú eres mi Dios; yo te ensalzo y alabo tu nombre, porque has realizado planes admirables desde antiguo con fiel fidelidad;


Le fueron concedidos dominio, gloria e imperio; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino es un reino que no perecerá.


Tocó el séptimo ángel. Y hubo grandes voces en el cielo que decían: 'El reino del mundo ha pasado a nuestro Señor y a su Cristo. Él reinará por los siglos de los siglos'.


Y en cambio, respecto del Hijo: Tu trono, oh Dios, subsiste para siempre; y tu cetro real es un cetro justiciero.


¡Al rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén!


El reino y el dominio y la grandeza de los reinos bajo el cielo les serán dados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino es un reino eterno, y todos los imperios le servirán y le obedecerán'.


El que predica, hágalo como quien profiere palabras de Dios; el que ejerce un ministerio, como quien tiene poder otorgado por Dios. Y así, en todas las cosas será Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.


y el mismo Dios abonaba su testimonio con señales prodigios y con toda suerte de milagros y dones de Espíritu Santo, repartidos según su voluntad.


Yahveh es el Dios verdadero, el Dios vivo y el Rey eterno. Ante su ira tiembla la tierra, y las naciones no soportan su furor.


e hicieron a su vista sus portentos, en el país de Cam sus maravillas.


El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, cuya copa llegaba hasta el cielo y se veía desde toda la tierra,


También esto procede de Yahveh Sebaot, que se muestra admirable en su consejo y grande en su sabiduría.


Un mensaje ha enviado el Señor a Jacob y ha caído en Israel.


¡Cuántas son, Señor, tus obras, fruto todas de tu sabiduría! De tus propias criaturas la tierra está repleta.


Con tus obras, Señor, me das placer, y me gozo de las hechuras de tus manos.


Tú eres grande y hacedor de maravillas, tan sólo tú, oh Dios.


El zumbido del trueno fue rodando, los rayos alumbraron el espacio y la tierra tembló de conmoción.


Bendito sea el Señor, Dios de Israel, único hacedor de maravillas:


Con su poder domina las edades y sus ojos vigilan las naciones, para que no se engrían los rebeldes. Selah


'¡Soberanía y temible poder al que mantiene la paz en las alturas!


¿Ha intentado jamás venir un dios a escoger para sí un pueblo de en medio de otro a fuerza de pruebas, de señales, de portentos y de guerra, con mano fuerte y brazo tenso y con grandes terrores, como es todo cuanto ha hecho con vosotros Yahveh, vuestro Dios, en Egipto, ante vuestros propios ojos?


¡Oh profundidad de la riqueza y de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus decisiones, y qué inexplorables sus caminos!


El rey mandó llamar a los magos y adivinos, a los hechiceros y a los caldeos, para que le explicaran aquel sueño. Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey.


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