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Apocalipsis 12:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Y apareció otra señal en el cielo: un gran dragón de un rojo encendido, que tenía siete cabezas y diez cuernos y, sobre sus cabezas, siete diademas.

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Biblia Reina Valera 1960

3 También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Luego fui testigo de otro suceso importante en el cielo. Vi a un gran dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y una corona en cada cabeza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Apareció también otra señal: un enorme dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y en las cabezas siete coronas;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Otra señal fue vista° en el cielo: he aquí un gran dragón rojo, que tenía siete cabezas y diez cuernos,° y en sus cabezas, siete diademas,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y fue vista otra señal en el cielo; y he aquí un gran dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas.

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Apocalipsis 12:3
27 交叉引用  

Los diez cuernos que viste son diez reyes que todavía no han recibido su reino; reciben con la bestia potestad como reyes, sólo por una hora.


Fue arrojado el gran dragón, la antigua serpiente, el que se llama Diablo y Satanás, el que seduce al universo entero. Fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.


Los diez cuernos que has visto y la bestia odiarán a la prostituta y la dejarán despojada y desnuda; comerán sus carnes y la abrasarán con fuego.


Me dijo el ángel: '¿Por qué te asombraste? Yo te diré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, la que tiene las siete cabezas y los diez cuernos.


Y los diez cuernos serán diez reyes que surgirán de este reino. Tras ellos se alzará otro que será distinto de los anteriores y derribará a los tres reyes.


y el sentido de los diez cuernos de su cabeza y del otro que despuntaba y ante el cual habían caído los tres primeros, el que tenía ojos y una boca que pronunciaba palabras grandilocuentes y cuya apariencia era mayor que la de los restantes.


Se apoderó del dragón, de la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo encadenó por mil años.


Su cola barre la tercera parte de las estrellas del cielo y las arroja a la tierra. El dragón se detuvo ante la mujer que estaba a punto de alumbrar, para devorar a su hijo en cuanto lo diese a luz.


Apareció una gran señal en el cielo: una mujer vestida del sol, la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.


Vi salir de las fauces del dragón, de las fauces de la bestia y de la boca del falso profeta tres espíritus inmundos, como sapos.


¡Despierta, despierta, vístete de fuerza, brazo de Yahveh! ¡Despierta como en los días de antaño, como en las generaciones antiguas! ¿No fuiste tú quien hendió a Ráhab, quien traspasó al dragón?


Aquel día castigará Yahveh con su espada resistente, gigante, potente, a Leviatán, serpiente huidiza, a Leviatán, serpiente tortuosa, y matará al dragón del mar.


Sus ojos son llama de fuego. Lleva en la cabeza muchas diademas y tiene un nombre escrito que nadie conoce sino él.


El dragón se enfureció contra la mujer y se fue a hacer la guerra contra los demás descendientes de ella, contra los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.


Los guías de este pueblo lo extraviaron, quienes se dirigían a sí mismos se perdieron.


Y como los dedos de los pies eran en parte de hierro y en parte de arcilla, el reino será por un lado fuerte y por otro lado frágil.


Se entabló una batalla en el cielo. Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. El dragón presentó batalla, junto con sus ángeles.


Cuando el dragón se vio arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al varón.


Vi subir del mar una bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas. Sobre los cuernos llevaba diez diademas y sobre sus cabezas nombres blasfemos.


La bestia que vi era semejante a una pantera, sus patas eran como de oso y sus fauces como fauces de león. El dragón le dio su poder y su trono y gran autoridad.


Adoraron al dragón, porque había dado la autoridad a la bestia, y adoraron también a la bestia, diciendo: '¿Quién como la bestia? ¿Quién puede luchar contra ella?'.


Y vi otra señal grande y maravillosa en el cielo: siete ángeles que tenían siete plagas, las últimas, porque con ellas se consumará la ira de Dios.


Los pies y los dedos que viste, en parte de arcilla de alfarería y en parte de hierro, significan un reino dividido, pero que tendrá en sí algo de la solidez del hierro, puesto que viste el hierro mezclado con arcilla.


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