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1 Samuel 17:11 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo quedaron consternados y dominados por el pavor.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Cuando Saúl y los israelitas lo escucharon, quedaron aterrados y profundamente perturbados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Cuando Saúl e Israel oyeron las palabras del filisteo, quedaron asustados y desmoralizados.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Cuando Saúl y todos los de Israel oyeron las palabras del filisteo, se acobardaron y tuvieron mucho temor.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Y oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron, y tuvieron gran miedo.

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1 Samuel 17:11
12 交叉引用  

¿No soy yo quien te da esta orden? Sé fuerte y animoso; no tiembles ni temas, porque Yahveh, tu Dios, irá contigo adondequiera que vayas'.


Yahveh irá delante de ti, estará contigo y no te dejará ni te abandonará; no temas ni te acobardes'.


¿Ante quién temblabas y temías cuando mentías? De mí no te acordabas ni te lo tomabas a pecho. ¿No soy yo quien calla y disimula? Por eso a mí no me temías.


Huye el malvado sin que nadie le persiga, el honrado se siente seguro como un león.


De David. El Señor es mi luz y mi socorro, ¿de quién he de temer? El Señor es el alcázar de mi vida, ¿de quién he de temblar?


Cuando los filisteos supieron que los israelitas se habían congregado en Mispá, los príncipes de los filisteos subieron contra Israel. Oyeron la noticia los israelitas y empezaron a sentir pavor ante los filisteos.


Y añadió el filisteo: 'Yo desafío a las filas de Israel: dadme un hombre para batirnos en duelo'.


David era hijo de un efrateo de Belén de Judá, llamado Jesé, que tenía ocho hijos; en los días de Saúl este hombre era ya anciano, entrado en años.


Algunos hebreos pasaron el Jordán hacia el país de Gad y de Galaad, mientras Saúl se mantenía aún en Guilgal, aunque toda la tropa que le seguía era presa del pánico.


David reflexionó seriamente sobre estas palabras y empezó a sentir gran temor de Aquís, rey de Gat.


El Señor está conmigo: no tengo que temer, ¿qué puede hacerme el hombre?


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