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Juan 17:3 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y esta es la vida eterna: Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Y la manera de tener vida eterna es conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste a la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Y ésta es la vida eterna: conocerte a ti, único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesús, el Cristo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesús el Mesías, a quien enviaste.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Pues ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesucristo.

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Juan 17:3
52 交叉引用  

Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna.


Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste.


Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él.


Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; su salida está dispuesta como el alba, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.


Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.


Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto, y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña todos los corazones, y entiende toda imaginación de los pensamientos. Si tú lo buscas, lo hallarás; mas si lo dejas, Él te desechará para siempre.


Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en uno; y para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado como también a mí me has amado.


El Espíritu del Señor Jehová está sobre mí, porque me ha ungido Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;


Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.


Porque el que Dios envió habla las palabras de Dios, pues Dios no le da el Espíritu por medida.


Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.


en llama de fuego, para cobrar venganza de los que no conocen a Dios, y no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;


porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y en verdad han conocido que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.


Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.


Entonces le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais.


Despertad a justicia, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo.


Del trabajo de su alma verá y será saciado; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y Él llevará las iniquidades de ellos.


porque ellos mismos cuentan de nosotros de qué manera nos recibisteis; y de cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,


Mas Jehová es el Dios verdadero; Él es el Dios viviente y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.


Acercaos a mí, oíd esto; desde el principio no hablé en secreto; desde que esto se hizo, allí estaba yo; y ahora el Señor Jehová me ha enviado, y su Espíritu.


Los que conocen tu nombre pondrán su confianza en ti; porque tú, oh Jehová, no has abandonado a los que te buscan.


¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Yo soy el Hijo de Dios?


Pero yo le conozco, porque de Él procedo, y Él me envió.


Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, así el que me come, él también vivirá por mí.


Muchos días ha estado Israel sin verdadero Dios y sin sacerdote que enseñe, y sin ley:


¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que sólo de Dios viene?


Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.


y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mí nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ese será grande.


El que recibiere en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió.


Y en cuanto a comer de aquello que es sacrificado a los ídolos, sabemos que el ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un solo Dios.


Porque el que me halla, halla la vida, y obtendrá el favor de Jehová.


Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.


Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por el cual lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, para ganar a Cristo,


a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte;


Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;


Gracia y paz os sean multiplicadas en el conocimiento de Dios, y de Jesús nuestro Señor.


Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de Aquél que nos ha llamado a gloria y virtud;


Porque si en vosotros hay estas cosas, y abundan, no os dejarán estar ociosos, ni estériles en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.


(porque la vida fue manifestada, y la vimos, y testificamos, y os anunciamos aquella vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó).


Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.


Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo tiene también al Padre.


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