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Juan 5:3 - Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Una multitud de enfermos —ciegos, cojos, paralíticos— estaban tendidos en los pórticos.

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Biblia Reina Valera 1960

3 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 y bajo los pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, tullidos (y paralíticos. Todos esperaban que el agua se agitara,

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos e impedidos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3-4 Yacía en éstos una multitud de enfermos: ciegos, cojos, paralíticos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 En estos yacía gran multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que esperaban el movimiento del agua.

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Juan 5:3
12 交叉引用  

Luego les dijo a los discípulos de Juan: «Regresen a Juan y cuéntenle lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos caminan bien, los que tienen lepra son curados, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les predica la Buena Noticia».


Una inmensa multitud le llevó a personas cojas, ciegas, lisiadas, mudas y a muchas más. Las pusieron delante de Jesús y él las sanó a todas.


»¡Qué aflicción le espera a este pastor despreciable que abandona el rebaño! La espada cortará su brazo y perforará su ojo derecho. Su brazo quedará inútil, y su ojo derecho, completamente ciego».


Por eso es bueno esperar en silencio la salvación que proviene del Señor.


Amados hermanos, tengan paciencia mientras esperan el regreso del Señor. Piensen en los agricultores, que con paciencia esperan las lluvias en el otoño y la primavera. Con ansias esperan a que maduren los preciosos cultivos.


pero si deseamos algo que todavía no tenemos, debemos esperar con paciencia y confianza).


¡Alegres son los que me escuchan, y están atentos a mis puertas día tras día, y me esperan afuera de mi casa!


Cuando Jeroboam oyó al hombre de Dios hablar contra el altar de Betel, el rey lo señaló con el dedo y gritó: «¡Detengan a ese hombre!»; pero al instante, la mano del rey se paralizó en esa posición, y no podía moverla.


Las noticias acerca de él corrieron y llegaron tan lejos como Siria, y pronto la gente comenzó a llevarle a todo el que estuviera enfermo. Y él los sanaba a todos, cualquiera fuera la enfermedad o el dolor que tuvieran, o si estaban poseídos por demonios, o eran epilépticos o paralíticos.


Dentro de la ciudad, cerca de la puerta de las Ovejas, se encontraba el estanque de Betesda, que tenía cinco pórticos cubiertos.


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