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Isaías 57:4 - Biblia Nacar-Colunga

4 ¿De quién os burláis, a quien hacéis muecas y sacáis la lengua? ¿No sois vosotros hijos de pecado, raza de mentira?

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Biblia Reina Valera 1960

4 ¿De quién os habéis burlado? ¿Contra quién ensanchasteis la boca, y alargasteis la lengua? ¿No sois vosotros hijos rebeldes, generación mentirosa,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 ¿De quién se burlan haciendo muecas y sacando la lengua? ¡Hijos de pecadores y mentirosos!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 ¿De quién se están riendo? ¿A quién le hacen morisquetas y le sacan la lengua? ¿No son ustedes hijos del pecado y descendientes de la mentira,

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¿De quién os burláis, abriendo la boca y soltando la lengua? ¿No sois vosotros, hijos ilegítimos y prole bastarda,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 ¿a costa de quién os divertís? ¿A costa de quién abrís la boca y sacáis la lengua? ¿No sois hijos rebeldes vosotros, prole bastarda,

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Isaías 57:4
33 交叉引用  

recibiendo con esto la justa paga de su iniquidad, pues hacen sus delicias de los placeres de cada día; hombres sucios, corrompidos, se gozan en sus extravíos, mientras banquetean con vosotros.'


¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de iniquidad, raza malvada, hijos desnaturalizados! Se han apartado de Yahvé, han renegado del Santo de Israel, le han vuelto la espalda.


Abren contra mí sus bocas, diciendo: “¡Ah, ah! Lo vieron nuestros ojos.”


Te opones todavía como un muro entre mí y mi pueblo para no dejarle ir;'


por las cuales viene la cólera de Dios,


Que nadie os engañe con razonamientos vanos, pues por esto viene la cólera de Dios sobre los hijos de la rebeldía.


y cayendo a tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?


El que a vosotros oye, a mí me oye, y el que a vosotros desecha, a mí me desecha, y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.


y, tejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y en la mano una caña; y doblando ante El la rodilla, se burlaban diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!'


el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; la cizaña son los hijos del Maligno;'


Has pecado, Israel, desde los días de Guibá. Allí permanecieron: ¿No les va a alcanzar la guerra en Guibá a los hijos de la iniquidad?


Son gente de cara dura y de corazón empedernido esos a quienes te mando. Diles: Así dice el Señor, Yahvé:


por cuanto tu enfurecimiento contra mí y tu insolencia han llegado a mis oídos; pondré mi aro en tu nariz y mi freno en tus labios, y haré que te vuelvas por el camino por donde viniste.'


¿A quién has ultrajado y escarnecido? ¿Contra quién has alzado la voz y alzado en alto tus ojos? ¡Contra el Santo de Israel!


Porque éste es un pueblo rebelde, hijos fementidos que no quieren escuchar la ley de Yahvé.


¡Ay de los hijos rebeldes, dice Yahvé, que toman consejo, pero no de mí; que derraman libaciones, pero no según mi espíritu, añadiendo pecados a pecados!'


¿Se ensoberbece el hacha contra el que la maneja, la sierra contra el que la mueve? Como si la vara dirigiera al que la levanta, corno si el bastón levantara al que no es madera.


Por vestido me cubro de saco, y he venido a ser fábula para ellos.


Me rodean como perros, me cerca una turba de malvados; han taladrado mis manos y mis pies'


Rodéanme toros en gran número, cércanme novillos de Basan.


Pero yo soy un gusano, no un hombre; el oprobio de los hombres y el desecho del pueblo.'


se vino todo el pueblo tranquilamente al campamento, a Josué en Maceda, sin que hubiera quien moviese la lengua contra los hijos de Israel.


Tú y tus partidarios habéis conspirado contra Yahvé. ¿Qué es Aarón para que contra él vayan vuestras murmuraciones?”


No lo habías oído ni lo conocías, ni desde antiguo se había abierto tu oído6. Porque sabía que eres pérfido, y tu nombre es rebelde desde el seno materno.


Encendidos de concupiscencia bajo el terebinto y bajo todo árbol frondoso, sacrificando niños en el lecho de los torrentes, en los huecos de las peñas?


Pero ellos hicieron escarnio de los mensajeros de Dios y menospreciaron sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Dios contra su pueblo y ya no hubo remedio.


Pues siempre que hablo tengo que gritar, tengo que clamar: “¡Ruina y devastación!” Y todo el día la palabra de Yahvé es oprobio y vergüenza para mí.


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