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Isaías 39:2 - Biblia Nacar-Colunga

2 Y Ezequías se alegró de ello, y les enseñó su casa del tesorot la plata, el oro, los perfumes y ungüentos preciosos, su arsenal y todo cuanto había en sus almacenes. No hubo nada, ni en el palacio ni en sus dependencias, que no les mostrara Ezequías.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y se regocijó con ellos Ezequías, y les mostró la casa de su tesoro, plata y oro, especias, ungüentos preciosos, toda su casa de armas, y todo lo que se hallaba en sus tesoros; no hubo cosa en su casa y en todos sus dominios, que Ezequías no les mostrase.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Ezequías quedó encantado con los enviados de Babilonia y les mostró todo lo que había en sus casas del tesoro: la plata, el oro, las especias y los aceites aromáticos. También los llevó a conocer su arsenal, ¡y les mostró todo lo que había en sus tesoros reales! No hubo nada, ni en el palacio ni en el reino, que Ezequías no les mostrara.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Ezequías estuvo tan contento que enseñó a los mensajeros la sala del tesoro, con la plata, el oro, los perfumes, los aceites aromáticos, como también su arsenal y todo lo que había en sus bodegas. Nada quedó de su palacio y de sus dependencias que no se lo mostrase Ezequías.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y se alegró Ezequías con ellos, y les mostró la tesorería,° la plata y el oro, las especias y los ungüentos aromáticos, y toda su casa de armas, y todo lo que se encontraba entre sus tesoros. No hubo nada en su casa ni en sus dominios que Ezequías no les mostrara.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Ezequías se alegró de su llegada y mostró a los enviados la casa del tesoro: la plata, el oro, los perfumes, los ungüentos preciosos, la armería y todo cuanto había en su tesoro. Nada quedó que Ezequías no les mostrara, tanto en su casa como en todas sus dependencias.

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Isaías 39:2
18 交叉引用  

Dios, sin embargo, para probarle y para que descubriese lo que tenía en su corazón, le dejó en lo de los embajadores de los príncipes de Babilonia, que vinieron a él para informarse del prodigio que había acaecido en la tierra.


Pero no correspondió Ezequías al bien que le había sido hecho; antes se ensoberbeció su corazón, y se encendió la ira de Yahvé contra él y contra Judá y Jerusalén.'


Tortuoso es el corazón sobre todo y perverso. ¿Quién puede conocerle?


¿me gocé en mis muchos bienes y en que mi mano mucho atesoraba?


a causa de la alteza, de mis revelaciones. Por lo cual, para que yo no me engría, fue me dada una espina en la carne, un emisario de Satanás, que me abofetea, para que no me engría.


Cierto, no hay justo en la tierra que haga sólo el bien y no peque.


Guarda tu corazón con toda cautela, porque es manantial de vida.


Tuvo Ezequías riquezas y gloria sobremanera, y reunió tesoros de plata y oro, de piedras preciosas, de aromas, de escudos y de cuantas alhajas son de desear.


Dio al rey ciento veinte talentos de oro, gran cantidad de aromas y de piedras preciosas, y no hubo nunca aromas como los que la reina de Saba dio a Salomón.


Llegó a la reina de Saba la fama de Salomón, y vino a Jeru-salén para probarle con enigmas, acompañada de muy gran séquito de camellos, cargados de aromas y oro en abundancia y piedras preciosas. Vino a Salomón y le dijo cuanto se le ocurrió,


Ezequías dio audiencia a los mensajeros y les enseñó todos sus tesoros, la plata, el oro, los aromas y el aceite refinado, el arsenal y todo cuanto de precioso había en el tesoro. Nada hubo que Ezequías no les enseñara, en la casa y en todas sus dependencias.


y todos le llevaban presentes, objetos de plata, de oro; vestidos, aromas, caballos y mulos, y todos los años era lo mismo.'


además del que como tributo recibía de los grandes y pequeños mercaderes, de los príncipes de los beduinos y de los intendentes de la tierra.


Dio al rey ciento veinte talentos de oro, una gran cantidad de aromas y de piedras preciosas. No se vieron nunca después tantos aromas como los que la reina de Saba dio al rey Salomón.


Llegó a Jerusalén con muy numeroso séquito y con camellos carga-dos de aromas, de oro en gran cantidad y de piedras preciosas. Vino a Salomón y le propuso cuanto quiso proponerle;'


Si dijéramos que no tenemos pecado, nos engañaríamos a nosotros mismos y la verdad no estaría en nosotros.


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