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Isaías 27:5 - Biblia Nacar-Colunga

5 a no ser que se pongan bajo mi protección y hagan la paz conmigo, hagan conmigo la paz.

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Biblia Reina Valera 1960

5 ¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 a menos que vuelvan a mí en busca de ayuda. Que se reconcilien conmigo; sí, que se reconcilien conmigo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 a no ser que me pidan protección o hagan la paz conmigo; sí, conmigo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Si se acoge a mi amparo, Hará las paces conmigo, Sí, las paces hará conmigo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 a no ser que busquen refugio en mí, que hagan las paces conmigo, que las paces se hagan conmigo.

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Isaías 27:5
22 交叉引用  

Porque fuiste tú un refugio para el humilde, refugio para el pobre en su angustia, cobijo contra la tempestad, sombra contra el calor, pues el aliento de los tiranos es como una borrasca de invierno 1 .


Reconcilíate, pues, con El y haz la paz, y de ello te vendrá bien.


a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos firme consuelo los que buscamos refugio, asiéndonos a la esperanza que se nos ofrece.


haciendo que sus labios prorrumpan en acción de gracias: Paz, paz al que está lejos y al que está cerca, dice Yahvé; yo le curaré.'


Bienaventurado el varón que esto hiciere, y el hijo del hombre que a ello se asiere, y que guarde el sábado sin profanarlo y guarde sus manos de toda obra mala.


diciendo: Ciertamente en Yahvé tengo justicia y fuerza, a El vendrán cubiertos de ignominia todos los inflamados contra El.


Los de Gabaón mandaron a decir a Josué, al campamento de Galgala: “No dejes de socorrer a tus siervos; sube prestamente a nosotros y socórrenos, porque se han unido contra nosotros todos los reyes de los amorreos que habitan en la montaña.”


¡Si al menos en este día conocieras lo que hace a la paz tuya! Pero ahora está oculto a tus ojos.


(6) Y nadie invoca tu nombre ni despierta para unirse a ti. Porque has ocultado tu rostro de nosotros y nos has entregado a nuestras iniquidades.


Si no, hallándose aún lejos de aquél, le envía una embajada haciéndole proposiciones de paz.


Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como el ave a su nidada debajo de las alas, y no quisiste!


Este es el Dios de mi salvación, en él confío y nada temo, porque mi fuerza y mi canto es Yahvé. El ha sido para mí la salud.


Depáranos la paz, ¡oh Yahvé! pues cuanto hacemos eres tú quien para nosotros lo hace.


¿Quién es ciego sino mi Siervo? ¿Quién sordo como el mensajero que yo envío? ¿Quién es ciego como mi familiar, y ciego como el siervo de Yahvé?


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