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1 Reyes 18:18 - Biblia Nacar-Colunga

18 Y Elías le respondió: “No soy yo la ruina de Israel, sino tú y la casa de tu padre, apartándoos de los mandamientos de Yahvé y yéndoos tras los baales.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y él respondió: Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 —Yo no le he causado ningún problema a Israel —respondió Elías—. Tú y tu familia son los alborotadores, porque se negaron a obedecer los mandatos del Señor y, en cambio, han rendido culto a las imágenes de Baal.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Elías le respondió: 'No soy yo el causante de la desgracia de Israel, sino tú y la casa de tu padre, porque han abandonado los mandamientos de Yavé y se han vuelto a los Baales.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y él respondió: No he perturbado yo a Israel, sino tú y la casa de tu padre, que abandonaron los mandamientos de YHVH para seguir a los baales.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Él le respondió: 'No soy yo el que trae calamidades a Israel, sino tú y la casa de tu padre, porque habéis abandonado los mandamientos de Yahveh, y os habéis ido tras de los baales.

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1 Reyes 18:18
23 交叉引用  

y se presentó Azarías a Asa y le dijo: “Óyeme, Asa, y todo Judá y Benjamín: Yahvé está con vosotros cuando vosotros estáis con El; si vosotros le buscáis, le hallaréis; pero, si vosotros le abandonáis, El os abandonará a vosotros.'


Y responderán: Porque abandonaron a Yahvé, su Dios, que sacó de la tierra de Egipto a sus padres, y se ligaron a otros dioses, prosternándose ante ellos y sirviéndolos. Por eso ha hecho venir Yahvé sobre ellos todo este mal.”


Sírvante de castigo tus perversidades, y de escarmiento tus apostasías. Reconoce y advierte cuan malo y amargo es apartarte de Yahvé, tu Dios, y no poseer mi temor, oráculo del Señor, Yahvé de los ejércitos.


y como si fuese todavía poco darse a los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, tomó por mujer a Jezabel, hija de Etbaal, rey de Sidón, y se fue tras Baal, le sirvió y se prosternó ante él.


Nadie hubo que como Ajab se vendiera para hacer el mal a los ojos de Yahvé. Jezabel, su mujer, le incitaba a ello.


Y si no, que estos mismos digan si, cuando comparecí ante el sanedrín, hallaron delito alguno contra mí,


ni pueden presentarte pruebas de las cosas de que ahora me acusan.


porque Juan le decía: No te es lícito tenerla.


Pero yo te doy un rostro tan firme como el de ellos, y una frente dura cuanto las frentes suyas,


Pues un doble mal ha cometido mi pueblo: dejarme a mí, la fuente de aguas vivas, para excavarse cisternas agrietadas, incapaces de retener el agua.


Ay del impío, porque habrá mal, recibirá el pago de las obras de sus manos


Al pecador le persigue la desventura, pero el justo será bien retribuido.


El que sigue la justicia va a la vida; el que va tras el mal corre a la muerte.'


y dijo Yahvé a Moisés: “He aquí que vas ya a dormirte con tus padres, y este pueblo se levantará y se prostituirá ante dioses ajenos, los de la tierra adonde va, y me dejará y romperá mi pacto, el que con él he hecho;'


Jonatán respondió: “Mi padre ha hecho hoy mucho mal al pueblo. ¿No veis cómo han brillado mis ojos sólo con haber probado un poco de miel?


Obró de manera enteramente abominable, yéndose tras los ídolos, como lo hacían los amorreos, que arrojó Yahvé de delante de los hijos de Israel.


Los que abandonan la ley alaban al impío; los que la guardan le hacen la guerra.'


En los profetas de Samaría vi yo la insensatez: profetizaban en nombre de Baal y descarriaron a mi pueblo, Israel.


Y dijeron los magnates al rey: Hay que matar a ese hombre, porque con eso hace flaquear las manos de los guerreros que quedan en la ciudad, y las de todo el pueblo, diciéndoles cosas tales. Este hombre no busca la paz de este pueblo, sino su mal.


Alzó a Baal un altar en la casa de Baal, que edificó en Samaría.


Así humillaba Yahvé a Judá por causa de Ajaz, rey de Judá, que había arrojado la disolución en Judá y pecado contra Yahvé.


El impío queda preso en su propia iniquidad y cogido en el lazo de su culpa.


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