La Biblia muestra diversos acontecimientos que ocurren justo antes del amanecer, eventos memorables registrados por el Espíritu Santo para que aprendamos el tremendo poder de la batalla espiritual durante las vigilias. Dios llama nuestra atención, nos quiere mostrar que no es lo mismo orar en un momento del día que dé noche, en la madrugada, y la Palabra de Dios nos dice que debemos atender lo que, a nuestro espíritu, él nos está mostrando. Efesios 6:18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; se llamó vigilia a la acción de velar, es decir, a mantenerse despierto durante toda la noche (o parte de la noche). También se llamó así, a la acción de hacer centinela o guardia por la noche. En su sentido más extenso, la palabra vigilia, nos recuerda que debemos estar vigilantes y despiertos en medio de la noche espiritual que vive el mundo. Cuando estemos en angustia, también debemos hacer vigilia para buscar el consuelo de Dios: "Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias; Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; Alza tus manos a él". (Lamentaciones 2:19)
Velad y orad para que no entréis en tentación. Que el espíritu, pronto; la carne, empero, enferma».
Templaos, velad: vuestro enemigo diablo, como león bramante ronda, buscando a quien devorar;
Y velad en todo tiempo, rogando que logréis huir de esto todo que ha de acontecer, y presentaros delante del Hijo del hombre».
Y esto(f), sabiendo el tiempo; pues hora ya de que de sueño despertemos; pues ahora más cerca de nosotros, la salud que cuando creímos(g).
Bienaventurados aquellos siervos, que, viniendo el señor, hallare velando; en verdad dígoos que se ceñirá en torno, y recostaráles y, pasando, serviráles.
Porque voz de los que te custodian, se ha alzado, y, con la voz a la vez se alegrarán; pues ojos a ojos mirarán, cuando se apiadare el Señor de Sión.
Velad y orad que no entréis en tentación; el espíritu ciertamente, pronto; la carne, empero, ¡enferma!»
Veía yo al Señor delante de mí siempre; pues a mi derecha está; para que no se me mueva.
Obedeced a vuestros prepósitos, y someteos; pues ellos velan por vuestras almas, como que cuenta han de dar, para que, con gozo esto hagan, y no gimiendo; pues inconveniente a vosotros esto.
Que nuestra conversación en los cielos es; de donde también salvador aguardamos a Señor Jesucristo;
Y, lo bello haciendo, no desmayemos; que en el tiempo propio, segaremos, no desfalleciendo.
(Salmo 58) Plegaria para pedir auxilio. (Para el fin: «No pierdas»; para David, en inscripción de columna; cuando envió Saúl y guardó su casa, para matarle) Líbrame de mis enemigos, Dios; y de los que se levantan contra mí, redímeme.
Ved que han cegado todos; no han conocido; canes mudos; no podrán ladrar, durmiendo en lecho, amando el dormitar.
Sométete al Señor y suplícale; no te enceles por el que prospera en su vida, por hombre que hace maldades.
Y ahora, hijitos, permaneced en él; para que, si(i) se manifestare, tengamos libre habla, y no nos avergoncemos en la parusia de él.
Y, si en la segunda y si en la tercera vigilia viniere y hallare así, bienaventurados son aquéllos.
con la esperanza, gozándoos; en la tribulación pacientes; en la oración, perseverantes;
Mirad, hermanos, no sea que haya en alguno de vosotros corazón malo de infidelidad para(f) apartarse del Dios viviente; sino exhortaos cada día, mientras que el Hoy(g) se nombra: para que no se endurezca alguno de entre vosotros con engaño del pecado.
Bienaventurado el varón que me escuchare; y el hombre que mis caminos guardare, velando a mis puertas todos los días, guardando los umbrales de mis entradas.
(85:4) Porque tú, Señor, bueno y benigno; y misericordiosísimo para con todos los que te invocan.
Combate el bello combate de la fe; aprehende la eterna vida, para la cual has sido llamado, y has confesado la bella confesión a faz de muchos testigos.
Así luzca vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre el de los cielos.»
Por lo cual dice: Is. 26,19. Despiértate, el que duermes, y levántate de los muertos; y te iluminará el Cristo.
Y el Dios de la esperanza llenaráos de todo gozo y paz en el creer; para que abundéis en la esperanza, en virtud de Espíritu Santo.
Así que, hermanos míos amados, estables hacéos, inamovibles, abundando en la obra del Señor siempre; sabiendo que vuestra fatiga no es vana en el Señor.
Todo haced sin murmuración y vacilaciones; a fin de haceros intachables e íntegros, hijos de Dios, irreprensibles en medio de una generación torcida y depravada; entre quienes lucís como lumbreras en el mundo; palabra de vida reteniendo, en gloriación a mí, para el día de Cristo; porque no en vano corrí; ni en vano me afané.
(100:4) No ponía por delante de mis ojos cosa inicua; a los que hacían prevaricaciones, odié;
Liberación de Israel Alzate, álzate, Sión; vístete tu fuerza, Sión; y tú vístete tu gloria, Jerusalén, ciudad la santa; ya no volverá a pasar por ti incircunciso e impuro.
Todo aquel, pues, que oye estas palabras mías y las hace, se asemejará a varón prudente, que edificó su casa sobre la peña. Y descendió la lluvia, y vinieron los ríos, y soplaron los vientos, y despeñáronse sobre aquella casa, y no cayó; pues fundada estaba sobre la peña.
Por fin, yo me he arrepentido y mirado por elegir disciplina. «Un poco dormito, y un poco duermo, y un poco me abrazo con las manos el pecho». Pero si esto haces, vendrá avanzando tu pobreza, y tu indigencia, como buen corredor.
Mas de todas las cosas el fin se ha acercado. Moderaos, pues, y templaos para oraciones;
y mirémonos(o) unos a otros, en estímulo de caridad y hermosas obras; no abandonando nuestra congregación, según costumbre de algunos, sino exhortando, y tanto más, cuanto veis acercarse el día(p).
Enseñanzas sobre oración, humildad, pobreza Y decía parábola a ellos sobre el deber siempre orar ellos y no acobardar,
Espíritu de Dios, y espíritu del mundo Amados, no a todo espíritu creáis, sino probad los espíritus, si de Dios son; pues muchos pseudoprofetas han salido al mundo.
El hábil, sobreviniendo males, ocúltase; y los insensatos, sobreviniendo daño sufrirán.
(Salmo 61) Confianza en Dios contra los enemigos. (Para el fin; para Iditún; salmo para David) ¿No a Dios se someterá mi alma? pues de él mi salud. Pues también él, mi Dios y mi salvador, mi acogedor: no se me moverá, no, más.
Parábolas de la segunda venida «Entonces asemejaráse el reino de los cielos a diez vírgenes(a), las que, tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Y cinco de ellas eran fatuas y cinco prudentes. Pues las fatuas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
(Continuación) Clama en fuerza, y no perdones; cual con trompeta alza tu voz y anuncia a mi pueblo sus pecados y a la casa de Jacob, sus iniquidades.
Por lo cual no desmayamos, sino que, aunque nuestro exterior hombre se corrompe, empero el interior es renovado día a día.
Aquello, empero, conoced: que, si supiera el dueño de casa a qué vigilia el ladrón viene, velaría y no dejaría socavar su casa.
el que murió por nosotros, para que, sea velemos, sea durmamos, juntamente con él vivamos.
(Salmo 118) Excelencias de la divina ley. (Aleluya) Bienaventurados los intachables en camino, los que andan en ley del Señor. Bienaventurados los que escudriñan sus testimonios; en todo corazón le buscan;
Tus ojos rectos miren; y tus párpados asientan a lo justo. Rectos rodares haz a tus pies; y tus caminos endereza. No declines a la diestra ni a la siniestra; y aparta tu pie de camino malo. Porque los caminos de la diestra conoce Dios; pero perversos son los de la siniestra; y él rectos hará tus rodares; y tus andanzas en paz adelantará.
Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y dádonos entendimiento para que conozcamos al Verdadero; y somos en el Verdadero: en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y vida eterna.
Entonces díceles: «Triste en torno(f) está mi alma a muerte: quedaos aquí, y velad conmigo».
Y, sin fe, imposible placerle; pues creer debe, el que se llega a Dios, que(d) es, y, para los que le buscan, remunerador se hace.
Y atended a vosotros, no sea que se carguen vuestros corazones en crápula(b), y embriaguez y solicitudes vitales(c), y esté sobre vosotros súbitamente aquel día, como lazo; pues aún sobrevendrá sobre todos los sentados sobre la faz de toda la tierra. Y velad en todo tiempo, rogando que logréis huir de esto todo que ha de acontecer, y presentaros delante del Hijo del hombre».
Empero a Dios sométete, alma mía; porque, de él, mi paciencia. Porque él, mi Dios y mi salvador, acogedor mío; no emigraré, no.
(5:4) de mañana escucharás mi voz; de mañana presentáreme a ti y veré que no un Dios que quiere la iniquidad, tú eres;
Por lo cual, ciñéndoos los lomos de vuestra mente, ayunos(g), perfectamente esperad en la que se os trae gracia, en revelación de Jesucristo.
(67:21) Señor Dios, bendito; bendito Señor día a día; y bien nos guiará el Dios de nuestras salvaciones(o).
Pero, ruégoos, hermanos, mirar a los que las disensiones y los escándalos contra la doctrina que aprendisteis, hacen, y desviaos de ellos, pues los tales a nuestro Señor Cristo no sirven, sino al vientre de ellos, y por la buena habla y bendición engañan los corazones de los inmaliciosos.
Guardaos de los falsos profetas los que vienen a vosotros con vestiduras de ovejas; pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos les conoceréis. ¿Acaso cogen de las espinas uvas o de los abrojos higos?
De la paciencia, a ejemplo de Cristo Excelencia de la nueva alianza Por lo tanto; también nosotros, tanta teniendo, que nos cerca, nube de testigos, carga deponiendo toda y el cautivador pecado, por paciencia corramos la que se nos propone, lid, mirando al de la fe autor y consumador, Jesús; quien en vez del que se le proponía gozo, soportó cruz, vergüenza menospreciando; y a la diestra del trono de Dios está sentado.
y ésta, viuda hasta años ochenta y cuatro; quien no se retiraba del santuario, con ayunos y plegarias sirviendo noche y día.
dando a los hambrientos fuerza; y a los no doloridos tristeza. Pues hambrearán jóvenes, y trabajarán adolescentes; y elegidos flacos serán; pero los que aguardan a Dios, mudarán fuerza(g); alas criarán, como águilas; correrán, y no trabajarán; caminarán, y no hambrearán.
De la caridad Ved qué amor nos ha dado el Padre: que hijos de Dios nos llamemos; y somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció.
Encamíname a tu verdad, y enséñame, porque tú eres Dios, el salvador mío, y en ti he esperado todo el día.
Y no contristéis al Espíritu, al Santo de Dios; en quien habéis sido sellados para el día de la redención(m).
(Salmo 120) Dios ampara. (Cantar de las gradas) He alzado mis ojos a los montes(a): ¿de dónde vendrá la ayuda mía?
He aquí que yo os envío como ovejas en medio de lobos; sed pues, prudentes, como las serpientes y sencillos(g), como las palomas.
Por lo demás, hermanos, cuanto es verdadero; cuanto, honesto; cuanto, justo; cuanto, casto; cuanto, amable; cuanto, bien afamado; si alguna virtud y si alguna alabanza —esto pensad.
Así que no antes de tiempo algo juzguéis; hasta que venga el Señor; que también iluminará lo oculto de las tinieblas y manifestará las voluntades de los corazones. Y entonces el loor se hará a cada cual, de Dios.
Estos todos estaban perseverando unánimemente en la oración, con las mujeres; y María, la madre de Jesús, y con los hermanos de él.
De nuevo, en verdad, dígoos que, si dos se concertaren de vosotros sobre la tierra, acerca de toda cosa que pidieren, seráles(d) desde mi Padre, el de los cielos.
Por lo cual exhortaos unos a otros, y edificad uno al otro, según que también hacéis.
¿Enférmase alguno entre vosotros? Llame a sí a los presbíteros de la iglesia, y oren sobre él, ungiéndole con óleo, en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo; y levantarále(e) el Señor; y si pecados hubiere hecho, perdonaránsele.
Por toda oración y plegaria orando en todo tiempo en Espíritu, y para ello velando en toda constancia y plegaria para todos los santos;
Confesaos, pues, unos a otros los pecados y orad los unos por los otros; para que sanéis. —Mucho puede plegaria de justo asidua.
Exhorto, pues, ante todo, a que se hagan plegarias, oraciones, peticiones, agradecimientos por todos los hombres;
orando a la vez también por nosotros, para que Dios nos abra puerta de la palabra, para hablar el misterio del Cristo; por lo que también atado estoy;
Agradecemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, siempre por vosotros orando;
y estaban perseverando en la doctrina de los apóstoles y en la comunicación(h), y la fracción del pan y las oraciones.
Únete al canal de BibliaTodo en tu app favorita: