¿Quién ha dicho que tú eres mejor que los demás? Todo lo que tienes, Dios te lo ha dado. Entonces, ¿por qué presumes como si lo hubieras conseguido tú mismo?
Ustedes viven rodeados de gente que no cree y tal vez ellos digan que ustedes hacen el mal; sin embargo, si ustedes llevan una vida honesta, ellos verán el bien que ustedes hacen y alabarán a Dios el día que él venga a juzgar a todos.
Evita las pasiones desordenadas que les complacen a los jóvenes. Esfuérzate por seguir una vida de rectitud, por tener fe, amor y paz, junto con la gente que tiene corazón puro y que ha confiado en el Señor.
Pues pueden estar seguros de que el que cometa pecados sexuales no tendrá parte en el reino de Cristo y de Dios, ni el que haga inmoralidades, ni tampoco el que siempre quiera tener más cosas para sí, porque eso es como adorar a un dios falso.
En fin, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable. También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconocimiento. Mantengan su mente ocupada en eso.
Pero el SEÑOR le dijo a Samuel: —Eliab es alto y apuesto, pero no te fijes en eso. Dios no se fija en las cualidades que la gente ve. La gente solo presta atención al aspecto de las personas, pero el SEÑOR ve su corazón. Eliab no es el hombre que he elegido.
Pero Jesús les dijo: «Los reyes de las naciones ejercen dominio sobre su pueblo y los hombres que tienen mucha autoridad sobre otros hacen que los llamen “grandes benefactores del pueblo”,pero ustedes no sean como ellos. El mayor debe hacerse como el menor, y el que manda debe hacerse como el que sirve.
Es mejor ser respetado que ser rico, porque el buen nombre es más importante que el oro o la plata.
Así que, primero busquen el reino de Dios y su justicia, y Dios les dará todo lo que necesitan.
No devuelvan mal por mal. En lugar de insultar a los que los insultan, pidan que Dios los bendiga a ellos, porque ustedes mismos fueron llamados a recibir una bendición,
Los que quieren ser ricos caen en la trampa de la tentación. Empiezan a tener deseos descabellados que los perjudican. Eso los hunde en la ruina total.
No hagan nada por rivalidad ni orgullo. Sean humildes y cada uno considere a los demás como más importantes que sí mismo.
Dios mío, examíname y conoce mis pensamientos; ponme a prueba y reconoce todos mis pensamientos.Fíjate si tengo algún mal pensamiento y guíame por el sendero que me lleva hacia ti.
Tengan cuidado de que ninguno de ustedes pierda el favor de Dios, ni sea como mala hierba, pues esto los puede perjudicar a todos.
Cuando el perverso se dé cuenta de esto, se enojará y rechinará los dientes, pero pronto desaparecerá y nunca logrará lo que desea.
»¿Por qué te fijas en la pajita que tiene tu hermano en el ojo, pero no te das cuenta de la viga que tienes tú en el tuyo?¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la pajita del ojo”, si ni siquiera puedes ver la viga que tienes en el tuyo? ¡No seas hipócrita! Primero saca la viga de tu ojo y verás mejor para poder sacar la pajita de tu hermano.
Respetar al SEÑOR conduce a la vida, uno se siente contento y no se preocupa por nada.
Afortunado el que no sigue el consejo de los perversos, ni el ejemplo de los pecadores, ni se une con los que andan burlándose de todo.
El amor no es descortés ni egoísta. No se enoja fácilmente. El amor no lleva cuenta de las ofensas.
No se olviden de hacer el bien a los demás ni de compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios.
El que confía en las riquezas se marchitará, pero el que practica la justicia reverdecerá como el follaje.
«Afortunados los que reconocen su necesidad espiritual, porque el reino de Dios les pertenece.
Siempre dediquen al Señor Jesús todo lo que digan y lo que hagan, dando gracias a Dios Padre a través de Jesús.
¡Aleluya! Qué afortunado es el que teme al SEÑOR y le gusta mucho hacer lo que él manda.
El ejercicio físico te sirve de algo, pero una vida dedicada a Dios te trae bendiciones tanto para la vida presente como para la del mundo venidero.
El que se deja controlar por su mentalidad humana tendrá muerte, pero el que deja que el Espíritu controle su mente tendrá vida y paz.
les dijo: —El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí. Y si me recibe a mí, también recibe a mi Padre que me envió. El más insignificante entre ustedes es el más importante.
No debemos cansarnos de hacer el bien. Si no nos rendimos, tendremos una buena cosecha en el momento apropiado.
Todo lo bueno que hemos recibido, todo don perfecto que viene de arriba es de Dios, del Padre creador de los astros del cielo, en quien nunca hay cambio ni sombra.
Por eso les doy este consejo: dejen que el Espíritu guíe su vida y no complazcan los deseos perversos de su naturaleza carnal.
Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito.
Respetar al SEÑOR es una enseñanza sabia; se requiere humildad para recibir honores.
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará. Dios es generoso y nos da todo con agrado.
Den gracias a Dios siempre, porque eso es lo que él quiere para ustedes en Jesucristo.
Es más, creo que nada vale la pena comparado con el invaluable bien de conocer a Jesucristo, mi Señor. Por Cristo he abandonado todo lo que creía haber alcanzado. Ahora considero que todo aquello era basura con tal de lograr a Cristo.
El que ama el dinero nunca se satisface con lo que tiene, siempre quiere más y más. Eso tampoco tiene sentido.
»No guarden tesoros para ustedes aquí en la tierra, donde la polilla y el óxido los dañarán, y donde los ladrones entran a robárselos.»Cuando des algo a los pobres, no llames la atención de todo el mundo como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles. Lo hacen para que los demás hablen bien de ellos. Les digo la verdad: con eso, ellos ya tienen su recompensa.Más bien, guarden tesoros para ustedes en el cielo donde ni la polilla ni el óxido los dañarán y donde los ladrones no pueden entrar a robárselos.
Sé paciente y espera las obras del SEÑOR. No te enfurezcas cuando veas que los perversos se salen con la suya.
Vivamos correctamente como gente que pertenece al día: no asistamos a parrandas ni borracheras. No usemos nuestro cuerpo para inmoralidades ni pecados sexuales. No debemos causar problemas ni tener celos.
No te exaltes, no te molestes; no dejes que tu ira te lleve a ti también a hacer cosas malas.
No permitas que los perversos te inquieten ni sientas envidia de los que hacen maldades,En su mente traman violencia y no hablan más que de hacer el mal.pues el perverso no tiene ninguna esperanza; su lámpara se apagará.
No vivan según el modelo de este mundo. Mejor dejen que Dios transforme su vida con una nueva manera de pensar. Así podrán entender y aceptar lo que Dios quiere y también lo que es bueno, perfecto y agradable a él.
Es verdad que dedicarse a Dios es una manera de ganar mucho, pero en el sentido de vivir contento cada uno con lo que tiene.
Pon en mí el deseo de cumplir con tus mandatos y no el de satisfacer mis deseos egoístas.
Pero el Espíritu produce el fruto de amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,humildad y dominio propio. No existe ninguna ley en contra de esas cosas.
pues todavía no siguen al Espíritu. Aun hay envidias y peleas entre ustedes, ¿no demuestra eso que todavía no han crecido espiritualmente y que actúan como cualquier otro del mundo?
»No codicies la casa de tu semejante, ni codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada de lo que él tenga».
No digo esto porque necesite ayuda, pues he aprendido a adaptarme a cualquier situación.Yo sé cómo vivir en pobreza o en abundancia. Conozco el secreto de estar feliz en todos los momentos y circunstancias: pasando hambre o estando satisfecho; teniendo mucho o teniendo poco.
El amor es paciente y bondadoso. El amor no es envidioso. No es presumido ni orgulloso.
No permitas que los perversos te inquieten, ni sientas envidia de los que hacen maldades.
Ustedes desean las cosas pero no las consiguen. Su envidia puede llegar hasta el extremo de matar y aun así no consiguen lo que quieren. Por eso discuten y pelean. No consiguen lo que quieren porque no se lo piden a Dios.Y cuando le piden a Dios no reciben nada porque la razón por la que piden es mala, para poder gastar en sus propios placeres.
Entonces, no hagan ningún mal: no digan mentiras, no sean hipócritas, no sean envidiosos ni se maldigan unos a otros.
Solo el corazón conoce sus propias amarguras, y no comparte su felicidad con ningún extraño.
Puede que mi mente y mi cuerpo se destruyan, pero tengo a Dios que es la roca que amo; él es todo lo que necesito en mi vida.
Vivan en paz y armonía unos con otros. No sean orgullosos, sino amigos de los que la gente desprecia. No se crean mejores ni más sabios que los demás.
Cuando Dios los corrija con su mano poderosa, acéptenlo con humildad. Después, cuando llegue la hora, él los exaltará.Confíen a Dios todas sus preocupaciones, porque él cuida de ustedes.
Tú me enseñas el camino que lleva a la vida. Hay mucha alegría en tu presencia; a tu derecha hay placeres que duran para siempre.
Cada uno debe evaluar sus propios actos y estar satisfecho de sus logros sin compararse con los demás.
No nos atrevemos a ponernos al mismo nivel de los que se alaban a sí mismos. Al medirse con medidas que ellos mismos han creado, demuestran que en realidad no entienden nada.
Luego Jesús les dijo: —Aléjense de toda avaricia porque la vida no depende del tener muchas cosas.
No amen el dinero, sino conténtense con lo que tienen. Porque Dios dijo: «Nunca te abandonaré ni te dejaré solo».
Así que saquen todo el mal de su vida: pecados sexuales, inmoralidades, malos pensamientos, malos deseos y codicia, que es una forma de adorar ídolos.
Hagan todo lo posible por vivir en paz. Cada uno preocúpese por lo suyo y trabaje para ganarse la vida, como ya les hemos dicho antes.
Vi que la gente por envidia trata de triunfar y ser mejor que los demás; no les gusta que los demás tengan más que ellos. Eso tampoco tiene sentido, es como tratar de atrapar el viento.
Esto es lo malo del mundo: querer complacer los malos deseos; dejarnos atraer por lo malo que vemos y sentirnos orgullosos de lo que tenemos. Pero nada de eso viene del Padre, sino del mundo.
Así que no temas al que se enriquece y aumenta el lujo de su casa,porque nada se llevará cuando muera, ni su lujo descenderá con él.
En un momento las tienes y luego se esfuman; vuelan tan rápido que parece que tuvieran alas como las águilas.
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