Porque ¿a qué vienen esas jactancias? ¿Qué tenéis que Dios no os haya dado? Y si lo que tenéis os lo ha dado Dios, ¿por qué os jactáis como si lo hubierais conseguido con vuestro propio esfuerzo?
Que vuestro comportamiento sea siempre irreprochable, para que los gentiles, que en el tiempo actual os critican e incluso os tachan de criminales, puedan después considerar la bondad de vuestras obras y glorifiquen a Dios el día en que Cristo venga. Sumisión a los gobernantes y a los superiores
Huye de las pasiones juveniles y, junto con todos aquellos que con corazón limpio invocan al Señor, sigue la senda de la justicia, de la fe, del amor a Dios y de la paz.
porque debéis saber que en el reino de Cristo y de Dios no tendrá parte ni herencia nadie que sea inmoral o impuro, ni nadie que sea avaro, pues que un avaro no es sino un idólatra que pone su dinero en el lugar que corresponde a Dios.
Permitidme ahora, hermanos, que todavía os diga esto: prestad la máxima atención posible a todo lo que sea verdadero, noble, justo, puro, amable, honesto y digno de encomio; esto es, ocupaos en todo lo que es virtuoso y merece alabanza,
Jesús les dijo: En este mundo, los reyes se erigen en dueños de las naciones, ejercen su autoridad sobre ellas y todavía se les da el título de bienhechores. Pero entre vosotros no debe ser así, sino que el más importante póngase al nivel del recién llegado, y el que dirige póngase al nivel del que está sirviendo.
No debemos buscar tan sólo nuestro propio bien, sino también el bien de los demás.
Lo que vosotros, en primer lugar, debéis hacer es buscar el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás os será añadido.
y nunca paguéis mal por mal ni injuria por injuria; por el contrario, bendecid siempre, sabiendo que Dios os ha llamado a haceros herederos de su bendición.
Los que tan sólo buscan el propio enriquecimento son capaces de todo por conseguirlo, sin percatarse de que su necia codicia puede dañarlos, corromperles la mente y llevarlos finalmente a destrucción y perdición;
No hagáis nada por rivalidad o vanagloria; antes bien, sed humildes, y cada uno considere a los demás como mejores que él mismo.
Cuidad unos de otros, no sea que alguno no llegue a alcanzar el favor y la ayuda de Dios. No deis lugar a que broten en vosotros raíces de amargura que os impidan progresar en vuestra fe y que contaminen la vida espiritual de muchos.
¿Por qué miras la paja que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en la viga que tú tienes en el tuyo? ¿Te atreverías a pedirle permiso a tu hermano para sacar la paja de su ojo, sin antes haber sacado la viga que está en el tuyo? ¡Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver con claridad para sacar la paja del ojo de tu hermano! El árbol y su fruto
Y no os olvidéis de hacer el bien y de compartir lo que tenéis con los que pasan necesidad. ¡Esos son los sacrificios que agradan a Dios!
y que todo lo que hagáis o digáis, lo hagáis en el nombre del Señor Jesús, y por medio de él ofrezcáis a Dios Padre vuestras acciones de gracias. Normas para la familia cristiana
porque así como el ejercicio físico (aunque sea de utilidad limitada) es provechoso para el cuerpo, el ejercicio espiritual es útil para todo, pues contiene promesa de vida, tanto de la actual como de la venidera.
Porque la intención del Espíritu es vida y paz; en cambio, la intención de la naturaleza pecaminosa es muerte,
Cualquiera que en nombre mío se preocupa de un niño como este, de mí mismo se preocupa; y el que de mí se preocupa, se preocupa del Padre, que me envió. ¿Queréis que os diga quién es el más importante entre todos vosotros? El más importante es el que a sí mismo se tiene por menos importante.
No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque si lo hacemos sin desmayar, a su tiempo cosecharemos ricas bendiciones.
Todo lo que recibimos de bueno y perfecto procede de Dios, creador de todas las luces del universo y en quien no hay cambio alguno ni sombra de variación.
Os aconsejo que vuestra conducta sea conforme al Espíritu Santo, y que no obedezcáis a los impulsos de nuestra naturaleza pecadora.
Así pues, muchos últimos serán primeros, y muchos primeros serán últimos. Jesús predice de nuevo su muerte
Sabemos también que a quienes aman a Dios y responden a su llamamiento para entrar a formar parte de su plan, todo cuanto pueda sucederles redundará en su propio beneficio.
Si a alguno de vosotros le falta sabiduría, pídasela a Dios, porque él la da con liberalidad a cuantos se la piden, y no hace ninguna clase de reproches.
Dad gracias en todo momento y circunstancia, porque esto quiere Dios de quienes pertenecen a Cristo Jesús.
Más aún, todas las cosas me parecen pura pérdida cuando las comparo con el inapreciable beneficio de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por cuya causa lo he abandonado todo y lo tengo todo por basura.
Que vuestro amor sea auténtico, sin fingimiento. Odiad lo malo y poneos siempre al servicio del bien.
No acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde los ladrones entran a robar. Acumulad tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho destruyen y donde los ladrones no entran a robar.
Andemos como si ya fuera de día, decente y honestamente, no entre comilonas y borracheras, orgías y desenfrenos, peleas y envidias.
No os amoldéis a los usos y costumbres propios de este mundo; antes bien, procurad que vuestra mente renovada opere la transformación de vuestra personalidad, para que lleguéis a comprobar lo buena, grata y perfecta que es la voluntad de Dios.
Sin embargo, en la religión puede uno hallar la mayor de las riquezas, que consiste en ser feliz con lo que se tiene.
En cambio, cuando el Espíritu Santo dirige nuestra vida, produce en nosotros frutos de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, manÍsedumbre y templanza, cosas contra las cuales no existe ninguna ley.
Pero lo peor es que ahora seguís siendo tan carnales como antes, porque ¿acaso los celos, las rencillas y las disensiones que hay entre vosotros no son cosas propias de una conducta puramente humana?
Si alguien se muestra alegre, compartid con él su alegría; y si alguien está triste, uníos a él en su tristeza.
Y no digo esto porque yo me encontrara en otro tiempo o me encuentre ahora en necesidad, ya que en realidad sé contentarme con lo mucho o lo poco de que disponga. He aprendido a vivir, sea con escasez, sea con abundancia; y he aprendido a sentirme satisfecho, lo mismo con el estómago lleno que vacío, teniendo de sobra o pasando necesidad.
El amor es paciente y benigno; el amor no tiene celos ni envidia; el amor no es presumido ni vanidoso;
Codiciáis, pero nada conseguís; asesináis y os devora la envidia, pero no alcanzáis lo que queréis; lucháis y peleáis por algo, pero no lo obtenéis porque no lo pedís debidamente. Y cuando pedís, Dios no os contesta, porque solo pedís para satisfacer vuestros apetitos.
sin dejarnos llevar por ambiciones personales, que siempre terminan en envidias recíprocas y enemistades.
Despojaos, pues, de toda maldad y engaño, y apartaos de cualquier forma de hipocresía, envidias y difamaciones.
Trabajad juntos, en buena armonía; no pretendáis ser más que los otros, sino poneos al nivel de los más humildes; y no os tengáis por más sabios que el resto de los seres humanos.
Apartad de vosotros toda amargura, irritación e ira, y no deis lugar a disputas, insultos y malicias de ninguna clase.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, y él os ensalzará a su debido tiempo. Depositad en Dios todas vuestras ansiedades, porque él nunca dejará de cuidar de vosotros.
Lo que cada uno debe hacer es asegurarse de que actúa correctamente; de ese modo, sin entrar en comparaciones con otros, sentirá la satisfacción del deber cumplido,
Pero no penséis que somos tan atrevidos como para contarnos o compararnos con esos que van por ahí ensalzándose sin recato, considerándose medida justa de las cosas y comparándose consigo mismos, con lo cual demuestran su falta de sensatez.
Lo que debéis hacer es guardaros de codiciar sin medida las cosas que no tenéis, porque la vida no depende de la posesión de muchos bienes.
Huid de la avaricia y contentaos con lo que ya tenéis, pues el Señor dijo: 'No te desampararé ni te dejaré'.
Procurad que la serenidad presida vuestra vida; ocupaos en vuestros negocios personales y 'en trabajar con vuestras manos, tal como os lo hemos ordenado.
La tentación es la seductora atracción que ejercen sobre el hombre sus propios malos deseos.
Las cosas que hay en este mundo, como son los deseos carnales los deseos de los ojos y la soberbia, no proceden del Padre sino del propio mundo,
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