porque no nos ha dado Dios espíritu de temor, sino de poder, de amor y de exhortación[1].
Que su mente no se complazca en el dinero, sino que lo que tengan les sea suficiente, porque Yahweh mismo dice: 'NO TE DEJARÉ NI TE DESAMPARARÉ', de modo que podemos decir confiadamente: MI SEÑOR ES MI AYUDADOR, NO TENDRÉ TEMOR; ¿QUÉ PUEDE HACERME EL HOMBRE?
Por lo cual les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o qué beberán; ni por su cuerpo, qué vestirán. He aquí, ¿no es el alma[14] más importante que la comida y el cuerpo más importante que la ropa? Observen a las aves del cielo no siembran, ni cosechan, ni almacenan en graneros, y su Padre que está en el Cielo las alimenta. ¿No son acaso ustedes más importantes que ellas?
La paz les dejo, mi paz les doy; yo no se las doy como la da el mundo. No se turbe su corazón ni tengan miedo.
¿Qué diremos, pues, acerca de esto? Si Dios está a favor nuestro, ¿quién contra nosotros?
porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada podrán apartarme del amor de Dios que es por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Por lo demás, hermanos míos, fortalezcanse en nuestro Señor y en la grandeza de su poder, y vístanse de toda la armadura de Dios, para que sean capaces de estar firmes ante las estratagemas del Adversario;
En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera al temor, porque el temor proviene de la desconfianza, y al que teme no ha sido perfeccionado en el amor.
Vengan a mí todos los que están abatidos y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí que soy manso[23] y humilde de corazón, y ENCONTRARÁN REPOSO PARA SUS ALMAS, porque mi yugo es placentero[24] y ligera mi carga.
Estén alertas, y permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes. Todas sus cosas sean hechas con amor.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de su gracia para recibir misericordia y hallar gracia para ser auxiliados en tiempo de aflicción.
Mi Dios, pues, suplirá para toda su necesidad, según sus riquezas, en la gloria de Jesucristo.
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que tengan lo mejor.
gócense en su esperanza, y sean pacientes en sus aflicciones, siendo constantes en la oración.
Y a Aquel que es capaz por su gran poder de hacer por nosotros mucho más de lo que pedimos o pensamos, conforme a su poder que opera en nosotros,
PORQUE LOS OJOS DE YAHWEH ESTÁN SOBRE LOS JUSTOS, Y SUS OÍDOS ATENTOS PARA ESCUCHARLOS, PERO EL ROSTRO DE YAHWEH ESTÁ CONTRA LOS MALVADOS.
No les ha sobrevenido prueba que no sea común a los hombres, pero Dios es fiel que no permitirá que sean ustedes probados más allá de lo que puedan, sino que dará la salida para su prueba de modo tal que puedan soportar.
Por nada estén ansiosos, sino sean conocidas siempre sus peticiones delante de Dios en oración y súplicas y con acción de gracias, y la paz de Dios, que excede a todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Jesucristo.
Les he hablado estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero tengan ánimo, yo he vencido al mundo.
Ésta es la confianza que tenemos en Él: que en todo lo que le pedimos de acuerdo a su voluntad, Él nos escucha. Y si estamos convencidos de que Él nos escucha acerca de lo que le pedimos, confiamos en que ya hemos recibido de Él lo que le pedimos.
Pero el Dios de gracia que nos llamó a su gloria eterna por medio de Jesucristo, es quien nos ha permitido, mientras padecemos estas leves aflicciones, que seamos fortalecidos, afirmados y establecidos en Él para siempre.
Que el Dios de la esperanza los colme de todo gozo y paz en la fe, para que crezcan en su esperanza por el poder del espíritu santo.
de modo que podemos decir confiadamente: MI SEÑOR ES MI AYUDADOR, NO TENDRÉ TEMOR; ¿QUÉ PUEDE HACERME EL HOMBRE?
pero Él me ha dicho: 'Mi gracia te es suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad'. Así que me sentiré gozosamente orgulloso en mis debilidades, para que el poder del Cristo more en mí.
porque ustedes no recibieron espíritu de esclavitud para volver a estar en temor, sino que han recibido el espíritu de adopción, por medio del cual exclamamos: ¡Padre, Padre nuestro[5]!
Por esta causa, vístanse de toda la armadura de Dios para que puedan resistir al Maligno, y estando preparados en todo, puedan permanecer firmes.
ahora Dios muestra su amor para con nosotros, porque si cuando éramos pecadores el Cristo murió por nosotros,
Y junto con esto, tomen el escudo de la fe para que con él puedan apagar todos los dardos encendidos del Maligno.
'Y no nos hagas entrar en prueba[13], sino líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por siempre y para siempre. Amén'.
y mi Señor me librará de cualquier obra mala y me mantendrá a salvo para su reino celestial. A Él sea la gloria eternamente y para siempre. Amén.
Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, todo lo que quieran pedir lo tendrán.
y enséñenles que guarden todo lo que les he ordenado. He aquí, yo estoy con ustede todos los días, hasta el fin del mundo[49]. Amén.
Y si no eximió a su Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con Él todas las cosas?
Por tanto, todo el que escuche estas mis palabras y las ponga por obra, será semejante a un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca, y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron a aquella casa, pero no se derrumbó, porque sus cimientos habían sido puestos sobre la roca.
pero ustedes son hijos de Dios y los han vencido a ellos, porque mayor es el que está en ustedes que el que está en el mundo.
pero el Ayudador, el espíritu santo, a quien mi Padre enviará en mi Nombre, Él les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que les he dicho.
pero ustedes son linaje escogido, para que sirvan como sacerdotes para el reino; pueblo santo, congregación redimida para que anuncien las glorias de Aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable,
porque estoy convencido de esto: que Aquel que inició en ustedes las buenas obras, las perfeccionará hasta el día de nuestro Señor Jesucristo.
El espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y si somos hijos, también somos herederos: herederos de Dios, y coherederos con Jesucristo, para que si somos afligidos con Él, también seamos glorificados juntamente con Él;
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