Sabemos, además, que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio.
Nosotros, los que somos fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no complacernos a nosotros mismos.
Hagan siempre el bien y compartan lo que poseen, porque esos son sacrificios agradables a Dios.
Igualmente, el mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables.
De manera que podemos decir con plena confianza: El Señor es mi protector: no temeré. ¿Qué podrán hacerme los hombres?
Ayúdanos, Dios salvador nuestro, por el honor de tu Nombre; líbranos y perdona nuestros pecados, a causa de tu Nombre.
el Señor es mi fuerza y mi escudo, mi corazón confía en él. Mi corazón se alegra porque recibí su ayuda: por eso le daré gracias con mi canto.
Confía en el Señor y de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia; reconócelo a él en todos sus caminos y él allanará tus senderos.
Canto de peregrinación. Levanto mis ojos a las montañas: ¿de dónde me vendrá la ayuda? La ayuda me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
pero el Señor rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de la tierra. Sade
No temas, porque yo estoy contigo, no te inquietes, porque yo soy tu Dios; yo te fortalezco y te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa.
si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía.
El reserva su auxilio para los hombres rectos, es un escudo para los que caminan con integridad;
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios.
Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.
¿Qué diremos después de todo esto? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
Porque yo, el Señor, soy tu Dios, el que te sostengo de la mano derecha y te digo: 'No temas, yo vengo en tu ayuda'.
Si cruzas por las aguas, yo estaré contigo, y los ríos no te anegarán; si caminas por el fuego, no te quemarás, y las llamas no te abrasarán.
Del maestro de coro. De David. Salmo. Esperé confiadamente en el Señor: él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo'.
Los exhortamos también a que reprendan a los indisciplinados, animen a los tímidos, sostengan a los débiles, y sean pacientes con todos.
Del maestro de coro. Al estilo de Iedutún. Salmo de David. Sólo en Dios descansa mi alma, de él me viene la salvación.
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana'.
Que se alegren y se regocijen en ti todos los que te buscan y digan siempre los que desean tu victoria; '¡Qué grande es el Señor!
Por otra parte, Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que siempre tengan lo que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de buenas obras.
me invocará, y yo le responderé. Estaré con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré;
Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia.
Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste y no quisiste que mis enemigos se rieran de mí.
porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron;
Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores.
Velemos los unos por los otros, para estimularnos en el amor y en las buenas obras. No desertemos de nuestras asambleas, como suelen hacerlo algunos; al contrario, animémonos mutuamente, tanto más cuanto que vemos acercarse el Día.
Después dijo el Señor Dios: 'No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada'.
Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la necesidad, le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios?
Yo te instruiré, te enseñaré el camino que debes seguir; con los ojos puestos en ti, seré tu consejero.
abre tu boca, juzga con justicia y defiende la causa del desvalido y del pobre. Alef
Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos'.
Porque sé que esto servirá para mi salvación, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo.
Del maestro de coro. 'No destruyas'. De David. Mictán. Cuando Saúl dio orden de vigilar su casa para matarlo.
Aunque se aparten las montañas y vacilen las colinas, mi amor no se apartará de ti, mi alianza de paz no vacilará, dice el Señor, que se compadeció de ti.
Que el Dios de la constancia y del consuelo les conceda tener los mismos sentimientos unos hacia otros, a ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Tú eres mi refugio, tú me libras de los peligros y me colmas con la alegría de la salvación. Pausa
Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales' háganse más bien servidores los unos de los otros, por medio del amor.
A pesar de todo, el Señor espera para apiadarse de ustedes; a pesar de todo, él se levantará para tenerles compasión; porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Felices todos los que esperan en él!
Salmo de David. El señor es mi pastor, nada me puede faltar. El me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.
Consideren como propias las necesidades de los santos y practiquen generosamente la hospitalidad.
Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso, di al Señor: 'Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío'.
El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan.
De David. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré?
No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.
No seas sabio a tus propios ojos, teme al Señor y apártate del mal: eso será un remedio para tu carne y savia para tus huesos.
Pongan al servicio de los demás los dones que han recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
Del maestro de coro. De David. Salmo. Señor, tú me sondeas y me conoces tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso,
Hasta ahora, ustedes no tuvieron tentaciones que superen sus fuerzas humanas. Dios es fiel, y él no permitirá que sean tentados más allá de sus fuerzas. Al contrario, en el momento de la tentación, les dará el medio de librarse de ella, y los ayudará a soportarla.
Dios colmará con magnificencia todas las necesidades de ustedes, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús.
No nos cansemos de hacer el bien, porque la cosecha llegará a su tiempo si no desfallecemos.
Sí, un rey reinará conforme a la justicia y los príncipes gobernarán según el derecho. Ellos serán como un refugio contra el viento, como un reparo contra la tormenta, como una corriente de agua en suelo árido, como la sombra de un peñasco en tierra reseca.
No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
¡Sean fuertes y valientes! No tengan miedo ni tiemblen ante ellas. Porque el Señor, tu Dios, te acompaña, y él no te abandonará ni te dejará desamparado'.
Samuel tomó una piedra, la colocó entre Mispá y El Diente, y la llamó Eben Ezer - que significa 'Piedra del socorro' - porque dijo: 'Hasta aquí nos ha socorrido el Señor'.
Del maestro de coro. Salmo de David. El Señor te haga triunfar en el momento del peligro, que el nombre del Dios de Jacob sea tu baluarte.
Ayúdame, Señor, Dios mío, sálvame por tu misericordia, para que sepan que aquí está tu mano, y que tú, Señor, has hecho esto;
Si camino entre peligros, me conservas la vida, extiendes tu mano contra el furor de mi enemigo, y tu derecha me salva.
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