Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito.
Los que somos fuertes en la fe debemos aceptar como nuestras las debilidades de los que son menos fuertes, y no buscar lo que a nosotros mismos nos agrada.
No se olviden ustedes de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen; porque estos son los sacrificios que agradan a Dios.
De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras.
Así que podemos decir con confianza: «El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre?»
El Señor es mi poderoso protector; en él confié plenamente, y él me ayudó. Mi corazón está alegre; cantaré y daré gracias al Señor.
Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto.
1 (1b) Al contemplar las montañas me pregunto: «¿De dónde vendrá mi ayuda?»Mi ayuda vendrá del Señor, creador del cielo y de la tierra.
17 (18) El Señor atiende al clamor del hombre honrado, y lo libra de todas sus angustias.
No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa.
si te das a ti mismo en servicio del hambriento, si ayudas al afligido en su necesidad, tu luz brillará en la oscuridad, tus sombras se convertirán en luz de mediodía.
A cualquiera que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda al que te pida prestado.
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues él es el Padre que nos tiene compasión y el Dios que siempre nos consuela.Él nos consuela en todos nuestros sufrimientos, para que nosotros podamos consolar también a los que sufren, dándoles el mismo consuelo que él nos ha dado a nosotros.
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.
¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros!
Porque yo, el Señor tu Dios, te he tomado de la mano; yo te he dicho: “No tengas miedo, yo te ayudo.”»
Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo, si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás; si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás, las llamas no arderán en ti.
1 (2) Puse mi esperanza en el Señor, y él se inclinó para escuchar mis gritos;10 (11) No me he quedado callado acerca de tu justicia; he hablado de tu fidelidad y salvación. Jamás he ocultado tu amor y tu verdad ante tu pueblo numeroso.11 (12) Y tú, Señor, ¡no me niegues tu ternura! ¡Que siempre me protejan tu amor y tu fidelidad!12 (13) Pues me han pasado tantas desgracias que ni siquiera las puedo contar. Me han atrapado mis propias maldades; ¡hasta he perdido la vista! Son más que los pelos de mi cabeza, y hasta el ánimo he perdido.13 (14) Señor, por favor, ¡ven a librarme! Señor, ¡ven pronto en mi ayuda!14 (15) ¡Que sean puestos en completo ridículo los que tratan de acabar con mi vida! ¡Que huyan en forma vergonzosa los que quieren hacerme daño!15 (16) ¡Que huyan avergonzados los que se burlan de mí!16 (17) Pero que todos los que te buscan se llenen de alegría; que cuantos desean tu salvación digan siempre: «¡El Señor es grande!»17 (18) Y a mí, que estoy pobre y afligido, no me olvides, Señor. Tú eres quien me ayuda y me liberta; ¡no te tardes, Dios mío!2 (3) me salvó de la fosa mortal, me libró de hundirme en el pantano. Afirmó mis pies sobre una roca; dio firmeza a mis pisadas.
18 (19) El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza.
Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
El que desprecia a su amigo comete un pecado, pero ¡feliz aquel que se compadece del pobre!
También les encargamos, hermanos, que reprendan a los indisciplinados, que animen a los que están desanimados, que ayuden a los débiles y que tengan paciencia con todos.
1 (2) Solo en Dios encuentro paz; mi salvación viene de él.10 (11) No confíen en la violencia; ¡no se endiosen con el pillaje! Si llegan a ser ricos, no pongan su confianza en el dinero. 11-12 (12-13) Más de una vez he escuchado esto que Dios ha dicho: que el poder y el amor le pertenecen, y que él recompensa a cada uno conforme a lo que haya hecho.2 (3) Solo él me salva y me protege. No caeré, porque él es mi refugio.
Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar.Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso.a que le preguntaran si él era de veras el que había de venir, o si debían esperar a otro. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros.»
Ámense como hermanos los unos a los otros, dándose preferencia y respetándose mutuamente.
17 (18) Y a mí, que estoy pobre y afligido, no me olvides, Señor. Tú eres quien me ayuda y me liberta; ¡no te tardes, Dios mío!
Dios puede darles a ustedes con abundancia toda clase de bendiciones, para que tengan siempre todo lo necesario y además les sobre para ayudar en toda clase de buenas obras.
Cuando me llame, le contestaré; ¡yo mismo estaré con él! Lo libraré de la angustia y lo colmaré de honores;
Dios los ama a ustedes y los ha escogido para que pertenezcan al pueblo santo. Revístanse de sentimientos de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia.
¡Ten confianza en el Señor! ¡Ten valor, no te desanimes! ¡Sí, ten confianza en el Señor!
Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento.
Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.
Busquemos la manera de ayudarnos unos a otros a tener más amor y a hacer el bien.No dejemos de asistir a nuestras reuniones, como hacen algunos, sino animémonos unos a otros; y tanto más cuanto que vemos que el día del Señor se acerca.
Luego, Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien que sea una ayuda adecuada para él.»
Pues si uno es rico y ve que su hermano necesita ayuda, pero no se la da, ¿cómo puede tener amor de Dios en su corazón?
El Señor dice: «Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir.
pues yo sé que todo esto será para mi salvación, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo.
Feliz quien recibe ayuda del Dios de Jacob, quien pone su esperanza en el Señor su Dios.
Aunque las montañas cambien de lugar y los cerros se vengan abajo, mi amor por ti no cambiará ni se vendrá abajo mi alianza de paz.» Lo dice el Señor, que se compadece de ti.
Y Dios, que es quien da constancia y consuelo, los ayude a ustedes a vivir en armonía unos con otros, conforme al ejemplo de Cristo Jesús,para que todos juntos, a una sola voz, alaben al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Ustedes, hermanos, han sido llamados a la libertad. Pero no usen esta libertad para dar rienda suelta a sus instintos. Más bien sírvanse los unos a los otros por amor.
Pero el Señor los espera, para tener compasión de ustedes; él está ansioso por mostrarles su amor, porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que esperan en él!
1 (1b) El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre.
El que vive bajo la sombra protectora del Altísimo y Todopoderoso, no te sobrevendrá ningún mal ni la enfermedad llegará a tu casa;pues él mandará que sus ángeles te cuiden por dondequiera que vayas. Te levantarán con sus manos para que no tropieces con piedra alguna. Podrás andar entre leones, entre monstruos y serpientes. «Yo lo pondré a salvo, fuera del alcance de todos, porque él me ama y me conoce.Cuando me llame, le contestaré; ¡yo mismo estaré con él! Lo libraré de la angustia y lo colmaré de honores;lo haré disfrutar de una larga vida: ¡lo haré gozar de mi salvación!»dice al Señor: «Tú eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!»
Yo te guiaré continuamente, te daré comida abundante en el desierto, daré fuerza a tu cuerpo y serás como un jardín bien regado, como un manantial al que no le falta el agua.
1 (1b) El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer?
No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.
No te creas demasiado sabio; honra al Señor y apártate del mal: ¡esa es la mejor medicina para fortalecer tu cuerpo!
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
1 (1b) Señor, tú me has examinado y me conoces; aun allí me alcanzaría tu mano; ¡tu mano derecha no me soltaría!Si pensara esconderme en la oscuridad, o que se convirtiera en noche la luz que me rodea,la oscuridad no me ocultaría de ti, y la noche sería tan brillante como el día. ¡La oscuridad y la luz son lo mismo para ti! Tú fuiste quien formó todo mi cuerpo; tú me formaste en el vientre de mi madre. Te alabo porque estoy maravillado, porque es maravilloso lo que has hecho. ¡De ello estoy bien convencido!No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo mientras yo era formado en lo secreto, mientras era formado en lo más profundo de la tierra. Tus ojos vieron mi cuerpo en formación; todo eso estaba escrito en tu libro. Habías señalado los días de mi vida cuando aún no existía ninguno de ellos.Oh Dios, qué profundos me son tus pensamientos; ¡infinito es el conjunto de ellos!Si yo quisiera contarlos, serían más que la arena; y si acaso terminara, aún estaría contigo. Oh Dios, quítales la vida a los malvados y aleja de mí a los asesinos,tú conoces todas mis acciones; aun de lejos te das cuenta de lo que pienso.
2 (3) Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar,
Ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla.
Por lo tanto, mi Dios les dará a ustedes todo lo que les falte, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.
Así que no debemos cansarnos de hacer el bien; porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos.
Habrá un rey que reinará con rectitud y gobernantes que gobernarán con justicia.Ahora están confiadas, pero dentro de poco más de un año se estremecerán, porque se terminará la cosecha y no recogerán más uvas.Ustedes que viven despreocupadas, tiemblen; ustedes que se sienten confiadas, estremézcanse, quítense esos vestidos y pónganse ropas ásperas en señal de dolor. Hagan demostraciones de dolor por los campos risueños y los fértiles viñedos.Espinos y matorrales crecerán en mi país, en toda casa alegre de la ciudad amiga de las diversiones.El palacio estará abandonado; la ciudad, tan poblada, quedará desierta; las fortificaciones, abandonadas para siempre; allí vivirán contentos los asnos salvajes, y podrá comer el ganado.Pero el poder creador del Señor vendrá de nuevo sobre nosotros, y el desierto se convertirá en tierra de cultivo, y la tierra de cultivo será mucho más fértil. La rectitud y la justicia reinarán en todos los lugares del país.La justicia producirá paz, tranquilidad y confianza para siempre.Mi pueblo vivirá en un lugar pacífico, en habitaciones seguras, en residencias tranquilas,aunque el bosque sea talado y humillada la ciudad. Cada uno de ellos será como refugio contra el viento y protección contra la tempestad, como canales de riego en tierra seca, como la sombra de una gran roca en el desierto.
No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan, antes que se lo pidan.
Tengan valor y firmeza; no tengan miedo ni se asusten cuando se enfrenten con ellas, porque el Señor su Dios está con ustedes y no los dejará ni los abandonará.»
Después tomó Samuel una piedra y la colocó entre Mispá y Sen, y la llamó Eben-ézer, pues dijo: «Hasta ahora el Señor nos ha ayudado.»
1 (2) Que el Señor te escuche cuando estés angustiado; que el Dios mismo de Jacob te defienda.2 (3) Que te envíe auxilio y ayuda desde el santuario de Sión.
Ayúdame, Señor y Dios mío; ¡sálvame, por tu amor!Que sepan que tú, Señor, has hecho esto con tu mano.
Cuando me encuentro en peligro, tú me mantienes con vida; despliegas tu poder y me salvas de la furia de mis enemigos.
Únete al canal de BibliaTodo en tu app favorita: