El amor de Dios Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que le aman, de los llamados según su designio.
Pidan y se les dará Lc 11,9-13; cfr. Jn 14,13s Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá,
Contentar a los demás Nosotros, los fuertes, tenemos que cargar con las flaquezas de los débiles y no buscar nuestra satisfacción.
No se olviden de hacer el bien y de ser solidarios: ésos son los sacrificios que agradan a Dios.
De ese modo el Espíritu nos viene a socorrer en nuestra debilidad. Aunque no sabemos pedir como es debido, el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no se pueden expresar.
Por lo cual podemos decir confiados: El Señor me auxilia y no temo: ¿qué podrá hacerme un hombre?
Socórrenos, Dios Salvador nuestro, por el honor de tu Nombre; líbranos y perdona nuestros pecados, en atención a tu Nombre.
El Señor es mi fuerza y mi escudo: en él confía mi corazón. Me socorrió y mi corazón se alegra; le doy gracias con mi cántico.
Confía en el Señor de todo corazón y no te fíes de tu propia inteligencia; en todos tus caminos tenlo presente, y él enderezará tus sendas.
Levanto los ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
No temas, que yo estoy contigo; no te angusties, que yo soy tu Dios: te fortalezco y te auxilio y te sostengo con mi diestra victoriosa.
si das tu pan al hambriento y sacias el estómago del necesitado, surgirá tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía.
Él reserva su ayuda para los hombres rectos, es escudo para el de conducta intachable,
Consuelo en la tribulación Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre compasivo y Dios de todo consuelo, que nos consuela en cualquier tribulación, para que nosotros, podamos consolar a los que pasan cualquier tribulación con el mismo consuelo que recibimos de Dios.
Por tanto, acerquémonos confiados al trono de nuestro Dios, para obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.
Teniendo todo esto en cuenta, ¿qué podemos decir? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién estará en contra?
Porque yo, el Señor, tu Dios te agarro de la diestra, y te digo: No temas, yo mismo te auxilio.
Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo, la corriente no te anegará; cuando pases por el fuego, no te quemarás, la llama no te abrasará.
Yo esperaba impacientemente al Señor; él se inclinó a mí y escuchó mi clamor. Me levantó de la fosa fatal, de la charca fangosa. Asentó mis pies sobre una roca, afianzó mis piernas.
Les he dicho esto para que gracias a mí tengan paz. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
Esto les recomendamos, hermanos: reprendan a los que no quieren trabajar, a los desanimados, anímenlos, a los débiles socórranlos y con todos sean pacientes.
Sólo en Dios encuentro descanso, de él viene mi salvación. Sólo él es mi roca, mi salvación, mi alcázar: jamás vacilaré.
Vengan a mí, los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy tolerante y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su vida. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.
Yo soy un pobre desgraciado, pero el Señor piensa en mí. Tú eres mi ayuda y mi salvador, ¡Dios mío, no tardes!
Y Dios puede colmarlos de dones, de modo que, teniendo siempre lo necesario, les sobre para hacer toda clase de obras buenas.
Por tanto, como elegidos de Dios, consagrados y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión, de amabilidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
Porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, era emigrante y me recibieron,
Ahora bien, Dios nos demostró su amor en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Ayudémonos los unos a los otros para incitarnos al amor y a las buenas obras. No faltemos a las reuniones, como hacen algunos, antes bien animémonos mutuamente tanto más cuanto que vemos acercarse el día del Señor.
El Señor Dios se dijo: -No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda adecuada.
Si uno vive en la abundancia y viendo a su hermano necesitado le cierra el corazón y no se compadece de él, ¿cómo puede conservar el amor de Dios?
-Te instruiré, te señalaré el camino que debes seguir te aconsejaré, con mis ojos puestos en ti.
porque sé que esto servirá para mi salvación, gracias a las oraciones de ustedes y por el auxilio del Espíritu de Jesucristo.
Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas, no te retiraré mi lealtad ni mi alianza de paz vacilará -dice el Señor, que te quiere-.
El Dios de la paciencia y el consuelo les conceda tener los unos para con los otros los sentimientos de Cristo Jesús, de modo que, con un solo corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Guiados por el Espíritu Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad; pero no esta libertad para dar rienda suelta a sus bajos instintos; más bien, háganse servidores los unos de los otros por medio del amor.
Conversión del pueblo Pero el Señor espera para apiadarse de ustedes, aguanta para tenerles compasión porque el Señor es un Dios recto: dichosos los que esperan en él.
Ez 34; Jn 10 El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes praderas me hace reposar, me conduce a fuentes tranquilas y recrea mis fuerzas. Me guía el sendero adecuado haciendo gala su oficio.
El que habita al amparo del Altísimo y pernocta a la sombra del Todopoderoso, diga al Señor: Tú eres mi refugio y mi alcázar, mi Dios en quién confío.
El Señor te guiará siempre, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos, serás un huerto bien regado, un manantial de aguas cuyas aguas nunca se agotan,
El Señor es mi luz y mi salvación: ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida: ¿de quién me asustaré?
Por eso, no se preocupen del mañana, que el mañana se ocupará de sí. A cada día le basta su problema.
No te tengas por sabio, respeta al Señor y evita el mal; ésa es la mejor medicina para tu cuerpo y para tus huesos.
Cada uno, como buen administrador de la multiforme gracia de Dios, ponga al servicio de los demás los dones que haya recibido.
Señor, tú me sondeas y me conoces. Sabes cuando me siento o me levanto, de lejos percibes mis pensamientos;
Ustedes no han tenido hasta ahora ninguna prueba que supere sus fuerzas humanas. Dios es fiel y no permitirá que sean probados por encima de sus fuerzas, al contrario, con la prueba les abrirá una salida para que puedan soportarla.
Mi Dios, colmará todas sus necesidades según su riqueza y generosidad por medio de Cristo Jesús.
Reino de la justicia 11,1-9; Sal 72 Miren: reinará con justicia un rey y sus jefes gobernarán según derecho. Será cada uno como abrigo del viento, reparo del aguacero, como acequias en tierra seca, sombra de roca maciza en tierra reseca.
¡Sean fuertes y valientes, no teman, no se acobarden ante ellos!, que el Señor, tu Dios, avanza a tu lado, no te dejará ni te abandonará.
Samuel tomó una piedra y la plantó entre Mispá y Sen, y la llamó Eben-Ézer, explicando: -Hasta aquí nos ayudó el Señor.
Que el Señor te responda en el día del aprieto, que te proteja el Nombre del Dios de Jacob. Que te auxilie desde el santuario, que te apoye desde Sión.
Ayúdame, Señor, Dios mío, sálvame según tu amor. Sepan que tu mano hizo esto, que tú, Señor, lo hiciste.
Si camino entre peligros, me conservas vivo: ante la furia de mis enemigos extiendes tu izquierda y tu derecha me salva.
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