Que bueno es saber que a pesar de los golpes que nos puede dar la vida, tenemos y contamos con el poder de Dios en nuestras vidas. Los hijos de Dios nunca estamos solos ante ninguna circunstancia, Dios está presente siempre, el Señor va delante de ti peleando tus batallas y llenándote de su poder para que obtengas la victoria en esa situación que estás atravesando. En (2 Corintios 12:9-10) Dios te dice que te bastes en su gracia porque su poder se perfecciona en tu debilidad, es hermoso saber que en medio de eso que vives, tus problemas, tu debilidad, Dios está allí perfeccionando su poder en tu vida. Dios nos reviste de su poder (Lucas 24:49) Y he aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre; pero vosotros, permaneced en la ciudad hasta que seáis investidos con poder de lo alto. Contamos con un Dios todo poderoso, para Dios no hay nada imposible él puede hacer lo que sea, confía en él y Dios obrará en tu vida.
Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar. Y de repente sobrevino del cielo un ruido, como de un viento que irrumpe impetuosamente, y llenó toda la casa en la que se hallaban.
Entonces se les aparecieron unas lenguas como de fuego, que se dividían y se posaban sobre cada uno de ellos. Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les hacía expresarse.
Cuando terminaron su oración, tembló el lugar en el que estaban reunidos y todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios con libertad.
sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra.
'Israelitas, escuchad estas palabras: a Jesús Nazareno, hombre acreditado por Dios ante vosotros con milagros, prodigios y señales, que Dios realizó entre vosotros por medio de él, como bien sabéis, a éste, que fue entregado según el designio establecido y la presciencia de Dios, le matasteis clavándole en la cruz por mano de los impíos. Pero Dios le resucitó rompiendo las ataduras de la muerte, porque no era posible que ésta lo retuviera bajo su dominio.
pero el Paráclito, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todo y os recordará todas las cosas que os he dicho.
Y cuando comencé a hablar, descendió sobre ellos el Espíritu Santo, igual que al principio lo hizo sobre nosotros.
En efecto, David dice de él: 'Tenía siempre presente al Señor ante mis ojos', 'porque está a mi derecha, para que yo no vacile.' 'Por eso se alegró mi corazón' 'y exultó mi lengua', 'y hasta mi carne descansará en la esperanza'; 'porque no abandonarás mi alma en los infiernos', 'ni dejarás que tu Santo vea la corrupción.' 'Me diste a conocer los caminos de la vida' 'y me llenarás de alegría con tu presencia.'
Pedro les dijo: -Convertíos, y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Al oír esto se dolieron de corazón y les dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: -¿Qué tenemos que hacer, hermanos? Pedro les dijo: -Convertíos, y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa es para vosotros, para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para todos los que quiera llamar el Señor Dios nuestro.
Exaltado, pues, a la diestra de Dios, y recibida del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
Y de repente sobrevino del cielo un ruido, como de un viento que irrumpe impetuosamente, y llenó toda la casa en la que se hallaban.
Mientras estaba a la mesa con ellos les mandó no ausentarse de Jerusalén, sino esperar la promesa del Padre: -La que oísteis de mis labios: que Juan bautizó con agua; vosotros, en cambio, seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días.
Asimismo también el Espíritu acude en ayuda de nuestra flaqueza: porque no sabemos lo que debemos pedir como conviene; pero el mismo Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables.
Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les hacía expresarse.
Una esperanza que no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado.
Entonces se les aparecieron unas lenguas como de fuego, que se dividían y se posaban sobre cada uno de ellos.
Y sabed que yo os envío al que mi Padre ha prometido. Vosotros permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de la fuerza de lo alto.
y yo rogaré al Padre y os dará otro Paráclito para que esté con vosotros siempre: el Espíritu de la verdad, al que el mundo no puede recibir porque no le ve ni le conoce; vosotros le conocéis porque permanece a vuestro lado y está en vosotros.
que Juan bautizó con agua; vosotros, en cambio, seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días.
Ellos aceptaron su palabra y fueron bautizados; y aquel día se les unieron unas tres mil almas.
Y de estas cosas somos testigos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios ha dado a todos los que le obedecen.
Ahora bien, vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros. Si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, ése no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, ciertamente el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu tiene vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo de entre los muertos dará vida también a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que habita en vosotros.
En cambio, los frutos del Espíritu son: la caridad, el gozo, la paz, la longanimidad, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre, la continencia. Contra estos frutos no hay ley.
'Sucederá' en los últimos días, dice Dios', 'que derramaré mi Espíritu sobre toda carne', 'y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas', 'y vuestros jóvenes tendrán visiones', 'y vuestros ancianos soñarán sueños.'
'Y sobre mis siervos y sobre mis siervas' 'derramaré mi Espíritu en aquellos días', 'y profetizarán.'
'Realizaré prodigios 'arriba' en el cielo' 'y señales abajo en la tierra', 'sangre, fuego y nubes de humo.' 'El sol se convertirá en tinieblas' 'y la luna en sangre', 'antes de que llegue' 'el día grande y manifiesto del Señor.' 'Y sucederá' 'que todo el que invoque el nombre del Señor' 'se salvará'.
El temor sobrecogía a todos, y por medio de los apóstoles se realizaban muchos prodigios y señales.
Arrepentíos, por tanto, y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, de modo que vengan del Señor los tiempos de la consolación, y envíe al Cristo que ha sido predestinado para vosotros, a Jesús,
Todavía estaba diciendo Pedro estas cosas cuando descendió el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban la palabra; y los fieles que procedían de la circuncisión y que habían acompañado a Pedro quedaron atónitos, porque también sobre los gentiles se derramaba el don del Espíritu Santo; pues les oían hablar lenguas y glorificar a Dios. Entonces habló Pedro:
Y cuando comencé a hablar, descendió sobre ellos el Espíritu Santo, igual que al principio lo hizo sobre nosotros. Entonces recordé la palabra del Señor cuando decía: 'Juan bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo'.
Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones altas y llegó a Éfeso. Encontró a algunos discípulos y les preguntó: -¿Habéis recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe? -Ni siquiera hemos oído que haya Espíritu Santo -le respondieron. Él les replicó: -¿Entonces con qué bautismo habéis sido bautizados? -Con el bautismo de Juan -dijeron. Pablo contestó: -Juan bautizó con un bautismo de penitencia diciendo al pueblo que creyeran en el que iba a venir detrás de él, es decir, en Jesús. Cuando oyeron esto se bautizaron en el nombre del Señor Jesús. Al imponerles Pablo las manos, vino el Espíritu Santo sobre ellos, de modo que hablaban en lenguas y profetizaban.
Asimismo también el Espíritu acude en ayuda de nuestra flaqueza: porque no sabemos lo que debemos pedir como conviene; pero el mismo Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables. Pero el que sondea los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, porque intercede según Dios en favor de los santos.
Pero nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos los dones que Dios nos ha concedido;
Y, puesto que sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: '¡Abbá, Padre!'
Por él también vosotros, una vez oída la palabra de la verdad -el Evangelio de nuestra salvación-, al haber creído, fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido, que es prenda de nuestra herencia, para redención de los que ha hecho suyos, para alabanza de su gloria.
para que, conforme a las riquezas de su gloria, os conceda fortaleceros firmemente en el hombre interior mediante su Espíritu.
Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios con el que habéis sido sellados para el día de la redención.
pues sé que me aprovecha para la salvación, gracias a vuestras oraciones y al auxilio del Espíritu de Jesucristo.
En efecto, Dios quiso dar a conocer a los suyos las riquezas de gloria que contiene este misterio para los gentiles: es decir, que Cristo está en vosotros y es la esperanza de la gloria.
Por tanto, el que menosprecia esto no menosprecia a un hombre, sino a Dios, que además os concede el don del Espíritu Santo.
y también nos fue garantizada por Dios con señales y prodigios, con diversos milagros y dones del Espíritu Santo, distribuidos según su voluntad. Jesús, hermano de los hombres, fue coronado de gloria y honor por encima de los Ángeles
Nos lo atestigua también el Espíritu Santo, porque después de haber dicho: 'Ésta es la alianza que estableceré con ellos' 'después de aquellos días, dice el Señor.' 'Pondré mis leyes en sus corazones' 'y las grabaré en sus inteligencias', añade: 'Y de sus pecados y de sus iniquidades' 'ya no me acordaré'.
El que guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él; y por esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.
Pues el Espíritu mismo da testimonio junto con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.
Y es Dios quien nos confirma con vosotros en Cristo, y quien nos ungió, y quien nos marcó con su sello, y nos dio como arras el Espíritu en nuestros corazones.
Pero quien nos ha preparado para este fin es Dios, el cual nos ha dado como arras el Espíritu.
para que la bendición de Abrahán llegase a los gentiles en Cristo Jesús, a fin de que por medio de la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
en quien también vosotros entráis a formar parte del edificio para ser morada de Dios por el Espíritu.
Al que tiene poder sobre todas las cosas para concedernos infinitamente más de lo que pedimos o pensamos, gracias a la fuerza que despliega en nosotros,
Así pues, por la consolación en Cristo y por el consuelo de la caridad, por la comunión en el Espíritu y por las entrañas de misericordia,
Y que la paz de Cristo se adueñe de vuestros corazones: a ella habéis sido llamados en un solo cuerpo. Y sed agradecidos.
En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros: en que nos ha hecho participar de su Espíritu.
Y después de decir esto, mientras ellos lo observaban, se elevó, y una nube lo ocultó a sus ojos. Estaban mirando atentamente al cielo mientras él se iba, cuando se presentaron ante ellos dos hombres con vestiduras blancas que dijeron: -Hombres de Galilea, ¿qué hacéis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que de entre vosotros ha sido elevado al cielo, vendrá de igual manera a como le habéis visto subir al cielo.
Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la madre de Jesús, y sus hermanos.
alabando a Dios y gozando del favor de todo el pueblo. Todos los días el Señor incorporaba a los que habían de salvarse.
Entonces Pedro le dijo: -No tengo plata ni oro; pero lo que tengo, te lo doy: ¡en el nombre de Jesucristo Nazareno, levántate y anda! Y tomándole de la mano derecha lo levantó, y al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos. De un brinco se puso en pie y comenzó a andar, y entró con ellos en el Templo andando, saltando y alabando a Dios.
Y por la fe en su nombre, a éste que veis y conocéis, su nombre le restableció, y la fe que viene de él le dio la completa curación ante todos vosotros.
Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaría había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Éstos, nada más llegar, rezaron por ellos, para que recibieran el Espíritu Santo, pues aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que sólo estaban bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
y los fieles que procedían de la circuncisión y que habían acompañado a Pedro quedaron atónitos, porque también sobre los gentiles se derramaba el don del Espíritu Santo;
-¿Podrá alguien negar el agua del bautismo a estos que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?
y les preguntó: -¿Habéis recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe? -Ni siquiera hemos oído que haya Espíritu Santo -le respondieron.
'Aquí está mi Siervo, a quien elegí', 'mi amado, en quien se complace mi alma.' 'Pondré mi Espíritu sobre él' 'y anunciará la justicia a las naciones.'
Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
A los que crean acompañarán estos milagros: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas, agarrarán serpientes con las manos y, si bebieran algún veneno, no les dañará; impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán curados.
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
En el último día, el más solemne de la fiesta, estaba allí Jesús y clamó: -Si alguno tiene sed, venga a mí; y beba quien cree en mí. Como dice la Escritura, de sus entrañas brotarán ríos de agua viva. Se refirió con esto al Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él, pues todavía no había sido dado el Espíritu, ya que Jesús aún no había sido glorificado.
Cuando venga Aquél, el Espíritu de la verdad, os guiará hacia toda la verdad, pues no hablará por sí mismo, sino que dirá todo lo que oiga y os anunciará lo que va a venir.
Perseveraban asiduamente en la doctrina de los apóstoles y en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.
Éstos, nada más llegar, rezaron por ellos, para que recibieran el Espíritu Santo, pues aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que sólo estaban bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
Marchó Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo: -Saulo, hermano, me ha enviado el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y te llenes del Espíritu Santo.
cómo a Jesús de Nazaret le ungió Dios con el Espíritu Santo y poder, y cómo pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
porque era un hombre bueno y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran muchedumbre se adhirió al Señor.
confortando los ánimos de los discípulos y exhortándoles a perseverar en la fe, diciéndoles que es preciso que entremos en el Reino de Dios a través de muchas tribulaciones.
Y Dios, que conoce los corazones, dio testimonio a favor de ellos, dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros;
Llegados cerca de Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió.
excepto que por todas las ciudades el Espíritu Santo testimonia en mi interior para decirme que me esperan cadenas y tribulaciones.
Porque no recibisteis un espíritu de esclavitud para estar de nuevo bajo el temor, sino que recibisteis un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: '¡Abbá, Padre!'
Pero el que sondea los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, porque intercede según Dios en favor de los santos.
A nosotros, en cambio, Dios nos lo reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, incluso las profundidades de Dios. Pues ¿qué hombre sabe lo que hay en el hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así también, las cosas de Dios nadie las ha conocido sino el Espíritu de Dios. Pero nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos los dones que Dios nos ha concedido;
Esforzaos por alcanzar la caridad. Aspirad también a los dones espirituales, especialmente al de profecía.
Porque en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente, y por él, que es cabeza de todo principado y potestad, habéis alcanzado la plenitud.
Porque es imposible que quienes una vez fueron iluminados, y gustaron también el don celestial,
A Dios nadie le ha visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor alcanza en nosotros su perfección. En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros: en que nos ha hecho participar de su Espíritu.
Juan salió al paso diciéndoles a todos: -Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatarle la correa de las sandalias: él os bautizará en el Espíritu Santo y en fuego.
'Yo os bautizo con agua para la conversión, pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de llevarle las sandalias. Él os bautizará en el Espíritu Santo y en fuego.
Éstos no están borrachos, como suponéis vosotros, pues es la hora tercia del día, sino que está ocurriendo lo que se dijo por el profeta Joel: 'Sucederá' en los últimos días, dice Dios', 'que derramaré mi Espíritu sobre toda carne', 'y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas', 'y vuestros jóvenes tendrán visiones', 'y vuestros ancianos soñarán sueños.' 'Y sobre mis siervos y sobre mis siervas' 'derramaré mi Espíritu en aquellos días', 'y profetizarán.' 'Realizaré prodigios 'arriba' en el cielo' 'y señales abajo en la tierra', 'sangre, fuego y nubes de humo.' 'El sol se convertirá en tinieblas' 'y la luna en sangre', 'antes de que llegue' 'el día grande y manifiesto del Señor.' 'Y sucederá' 'que todo el que invoque el nombre del Señor' 'se salvará'.
Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús; y en todos ellos había abundancia de gracia.
Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios,
Al ver Simón que por la imposición de manos de los apóstoles se confería el Espíritu Santo, les ofreció dinero:
Mientras Pedro seguía pensando en la visión, le dijo el Espíritu: -Mira, te buscan tres hombres.
Os exhorto, por tanto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestros cuerpos como ofrenda viva, santa, agradable a Dios: éste es vuestro culto espiritual. Y no os amoldéis a este mundo, sino, por el contrario, transformaos con una renovación de la mente, para que podáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, agradable y perfecto.
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis? Habéis sido comprados mediante un precio. Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo.
y quien nos marcó con su sello, y nos dio como arras el Espíritu en nuestros corazones.
Y os digo: caminad en el Espíritu y no deis satisfacción a la concupiscencia de la carne. Porque la carne tiene deseos contrarios al espíritu, y el espíritu tiene deseos contrarios a la carne, porque ambos se oponen entre sí, de modo que no podéis hacer lo que os gustaría.
A eso de la medianoche Pablo y Silas se pusieron a orar y a entonar alabanzas a Dios, mientras los presos les escuchaban. De repente se produjo un terremoto tan fuerte, que se conmovieron los cimientos de la cárcel, e inmediatamente se abrieron todas las puertas y se soltaron las cadenas de todos.
Así pues, no hay ya ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús. Porque la ley del Espíritu de la vida que está en Cristo Jesús te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.
Por tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva criatura: lo viejo pasó, ya ha llegado lo nuevo.
Él le respondió: -'Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma' y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento.
'El Espíritu del Señor está sobre mí, por lo cual me ha ungido para evangelizar a los pobres, me ha enviado para anunciar la redención a los cautivos y devolver la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos
Y Juan dio testimonio diciendo: -He visto el Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y permanecía sobre él. Yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: 'Sobre el que veas que desciende el Espíritu y permanece sobre él, ése es quien bautiza en el Espíritu Santo'.
Que el Dios de la esperanza os colme de toda alegría y paz en la fe, para que abundéis en la esperanza con la fuerza del Espíritu Santo.
Porque es imposible que quienes una vez fueron iluminados, y gustaron también el don celestial, y llegaron a recibir el Espíritu Santo, y saborearon la palabra divina y la manifestación de la fuerza del mundo venidero, y no obstante cayeron, vuelvan a la conversión, ya que, para su propio daño, crucifican de nuevo al Hijo de Dios y lo escarnecen.
Su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento del que nos ha llamado por su propia gloria y potestad: con ello nos ha regalado los preciosos y más grandes bienes prometidos, para que por éstos lleguéis a ser partícipes de la naturaleza divina, tras haber escapado de la corrupción que reina en el mundo a causa de la concupiscencia.
En cuanto a vosotros, tenéis la unción del Santo; y todos estáis instruidos. No os escribo porque ignoréis la verdad, sino porque la conocéis y sabéis que ninguna mentira proviene de la verdad.
Al imponerles Pablo las manos, vino el Espíritu Santo sobre ellos, de modo que hablaban en lenguas y profetizaban.
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