y si se arrepintiere mi pueblo, sobre los que está invocado mi nombre, sobre ellos; y oraren y buscaren mi rostro y se volvieren de sus caminos los malos, yo escucharé del cielo y propicio seré a sus pecados y sanaré su tierra.
empero recibiréis fuerza, viniendo el Santo Espíritu sobre vosotros; y seréis mis testigos, y en Jerusalén, y en toda la Judea, y Samaria y hasta lo último de la tierra».
Que yo daré agua, en sed, a los que andan en lo inacuoso; pondré mi espíritu sobre tu simiente, y mis bendiciones sobre tus hijos;
Si confesáremos nuestros pecados, fiel es y justo para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia.
Esto dice el Altísimo en alturas, habitando el siglo, Santo en santo(b) , su nombre; Altísimo, en santos reposando; y a pusilánimes dando longanimidad, y dando vida a los del corazón quebrantados.
pues traeré tu curación; de plaga dolorosa te curaré, dice el Señor; pues «Dispersa» has sido llamada; caza vuestra es, que quien la busque no hay.
Y se predicará este evangelio del reino en toda la habitada(e) , en testimonio a todas las gentes, y entonces vendrá el fin.
Por lo cual dice: Is. 26:19 . Despiértate, el que duermes, y levántate de los muertos; y te iluminará el Cristo.
Y díjome: «Profetiza sobre el espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: «Esto dice el Señor: «De los cuatro vientos ven y sopla sobre estos muertos, y vivan.» Y profeticé según que me mandó; y entró en ellos el espíritu, y vivieron y pusiéronse sobre sus pies, congregación mucha sobremanera.
y no os conforméis a este siglo, sino transformaos con la renovación de la mente, para probaros: cuál(a) , la voluntad de Dios, la buena(b) , y bien placiente y perfecta.
Y será, después de esto, que derramaré de mi espíritu sobre toda carne; y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, y vuestros ancianos ensueños soñarán; y vuestros jovencillos visiones verán; y sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi espíritu(h)
Arrepentíos, pues, y convertíos, a que del todo se borren vuestros pecados, para que vengan tiempos de refrigerio desde faz del Señor,
Así que, si alguno en Cristo(k) , nueva criatura: lo viejo ha pasado; he aquí se ha hecho nuevo todo.
Si ascendiere al cielo, tú estás allí; si descendiere al infierno, pereces; si tomare(c) mis alas a través de la aurora(d) ; y me empabellonare en las extremidades del mar(e) ;
Y el Dios de toda gracia, el que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, habiendo un poco padecido vosotros; él os perfeccionará, afirmará, esforzará.
Y será en aquellos días dice Dios: derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; y vuestros jovencillos visiones verán, y vuestros ancianos ensueños soñarán;
cuando da a sus amados el sueño(b) . He aquí heredad del Señor: hijos, el galardón(c) del fruto del vientre de ella. Como flechas en mano de poderoso; así los hijos de los lanzados(d) .
Espíritu del Señor sobre mí; por lo cual me ha ungido; a evangelizar pobres enviádome, a sanar quebrantados de corazón, a predicar a cautivos perdón, y a ciegos, vista;
Entonces dice a sus discípulos: «La mies, por cierto, mucha; pero los obreros, pocos; rogad, pues, al señor de la mies, que apremie(k) obreros a su mies.»
Y el Dios de la esperanza llenaráos de todo gozo y paz en el creer; para que abundéis en la esperanza, en virtud de Espíritu Santo.
El Señor le ayudará sobre el lecho de su dolor: todo su estrado has vuelto(a) en su enfermedad.
y mirémonos(o) unos a otros, en estímulo de caridad y hermosas obras; no abandonando nuestra congregación, según costumbre de algunos, sino exhortando, y tanto más, cuanto veis acercarse el día(p) .
Siempre alegraos; incesantemente orad; en todo agradeced; que ésta, voluntad de Dios en Cristo Jesús para con vosotros.
que das la salud a los reyes; que has redimido a David, tu siervo. De espada mala líbrame,
y bendito, el nombre de su gloria por el siglo, y por el siglo del siglo; y llenaráse de su gloria toda la tierra. ¡Sea! ¡Sea! (Terminan los himnos de David, el hijo de Jesé) --.
Pero, si el espíritu del que resucitó a Jesús de muertos, habita en vosotros, el que resucitó a Cristo de muertos, vivificará también los mortales cuerpos vuestros, por inhabitar su espíritu en vosotros.
Por la cual causa te recuerdo que reinflames el carisma de Dios, que hay en ti por la imposición de mis manos. Pues no nos ha dado Dios espíritu de timidez, sino de fuerza, y caridad y templanza.
Y al que puede a todo exceder, en abundancia, sobre lo que pedimos o entendemos, según el poder, el que opera en nosotros;
Por lo tanto; también nosotros, tanta teniendo, que nos cerca, nube de testigos, carga deponiendo toda y el cautivador pecado, por paciencia corramos la que se nos propone, lid, mirando al de la fe autor y consumador, Jesús; quien en vez del que se le proponía gozo, soportó cruz, vergüenza menospreciando; y a la diestra del trono de Dios está sentado.
Y, lo bello haciendo, no desmayemos; que en el tiempo propio, segaremos, no desfalleciendo.
Sí, pues, vosotros, malos como sois, sabéis dádivas buenas dar a vuestros hijos ¿cuánto más el Padre, el desde cielo, dará Espíritu Santo a los que le piden?»
he aquí yo hago cosas nuevas que ahora nacerán; y las conoceréis. Y haré en el desierto vía; y en lo inacuoso, ríos.
Pedid al Señor lluvia a su hora: matutina y vespertina. El Señor ha hecho ostentaciones —y lluvia inverniza les dará, a cada uno hierba en el campo.
Y, pidiendo ellos, tembló el lugar en que estaban reunidos, y llenáronse todos ellos de Santo Espíritu; y hablaban la palabra de Dios con libre habla.
Hermanos, yo mismo no pienso haber(g) aprehendido; una cosa empero:(h) ya a lo de atrás olvidando, ya a lo de adelante tendiendo: tras la meta lánzome al premio de la suprema vocación de Dios, en Cristo Jesús.
Venid a mí, todos los trabajados y recargados, y yo os refrigeraré. Alzad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, porque suave soy y humilde del corazón, y hallaréis alivio para vuestras almas; que mi yugo es bueno; y mi carga, ligera es.»
Así que, hermanos míos amados, estables hacéos, inamovibles, abundando en la obra del Señor siempre; sabiendo que vuestra fatiga no es vana en el Señor.
Si habéis, pues, conresucitado en Cristo, lo de arriba buscad; donde el Cristo está en diestra de Dios sentado; lo de arriba pensad, no lo sobre la tierra.
Pues viviente, el verbo de Dios y eficaz, y cortante sobre toda cuchilla bifauce(e) ; y, pasando hasta la división del alma y espíritu, así de articulaciones como de médulas, y discernidor de intentos y pensamientos de corazón;
Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre elevaré mis manos. Como de médula y grosura(b) llénese mi alma; y labios de alborozo loarán tu nombre.
Está confiado, en todo tu corazón en Dios, y en tu sabiduría no te exaltes; para todos tus caminos conócela para que enderece tus caminos.
Buscad al Señor; y, hallando, invocadle; y, cuando se aproximare a vos, abandone el impío sus caminos y varón inicuo sus consejos, y vuélvase al Señor; y se le compadecerá; pues mucho perdonará vuestros pecados.
Consepultados, pues, hemos sido con él, por el bautismo en la muerte; para que, así como resucitó Cristo de muertos, por la gloria del Padre, así también nosotros en novedad de vida caminemos.
Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza; cual si carga pesada han pesado sobre mí.
el habitar en casa del Señor todos los días de mi vida; el contemplar el deleite del Señor, y visitar su templo.
Si el Señor no edificare la casa, en vano han trabajado los edificadores de ella; si el Señor no guardare la ciudad, en vano han velado los guardas de ella. En vano es para vosotros el madrugar(a) ; levantaos, después de estar sentados, los que coméis pan de dolor,
Dígoos que así gozo en el cielo habrá sobre un pecador arrepentido, que sobre noventa y nueve justos, los que necesidad no tienen de arrepentimiento».
Exhórtoos; pues, hermanos, por las piedades de Dios, que presentéis vuestros cuerpos hostia viviente, santa, bien placiente a Dios; el espiritual culto vuestro; y no os conforméis a este siglo, sino transformaos con la renovación de la mente, para probaros: cuál(a) , la voluntad de Dios, la buena(b) , y bien placiente y perfecta.
Con Cristo he sido crucificado; y vivo, no ya yo, pero vive en mí Cristo; y lo que ahora vivo en carne, en fe vivo la de Dios y Cristo; el que me amó y se entregó por mí.
Senténciame, Dios, y juzga mi juicio de ante gente no santa; de hombre inicuo y doloso líbrame. Porque tú eres, Dios, mi fortaleza; ¿por qué me has desechado? ¿Y por qué contristado ando, al atribularme mi enemigo?
y será Dios contigo por siempre; y te llenarás según que desea tu alma; y tus huesos se empingüecerán, y serán como huerto embriagado, y como fuente a que no ha faltado agua;
a que depongáis, según(f) la primera conversación, el viejo hombre, el que se corrompe según los apetitos del engaño(g) ; y a que os renovéis en el espíritu de vuestra mente, y os vistáis al nuevo hombre, al, según Dios, creado en justicia y santidad de la verdad(h) .
No tarda Dios la promesa, como algunos tardanza creen; sino que se longanima por nosotros; no queriendo que algunos perezcan, sino que todos a arrepentimiento se lleguen.
Heme alegrado de lo que se me ha dicho: «A casa del Señor iremos»; puestos estaban nuestros pies(a) en los atrios de Jerusalén,
para que se dé a los llorosos de Sión— a ellos gloria en vez de ceniza, ungüento de alegría a los llorosos, manto de gloria en vez de espíritu de abandono; y serán llamados generaciones de justicia, plantación del Señor en gloria.
y os daré corazón nuevo, y espíritu nuevo daré en vos; y quitaré el corazón el lapídeo de vuestra carne; y os daré corazón cárneo. Y mi espíritu daré en vos, y haré que en mis justificaciones andéis, y mis juicios guardéis y hagáis.
Y llenáronse todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu dábales arengar(b) .
Vosotros de Dios sois, hijitos; y le habéis vencido; porque mayor es el en vosotros que el en el mundo.
pero los que aguardan a Dios, mudarán fuerza(g) ; alas criarán, como águilas; correrán, y no trabajarán; caminarán, y no hambrearán.
Acercaos a Dios, y se acercará a vosotros. Limpiad manos, pecadores, y purificad corazones, dobles.
Pues cuantas promesas(g) de Dios en él, el «Sí»; por lo cual también por él, el «Amén»(h) ; a Dios para gloria por(i) nosotros.
Pues no me avergüenzo del Evangelio; pues la virtud de Dios es en salud a todo creyente: y a judío y a heleno.
Por esto también nosotros, desde el día que oímos, no cesamos, por vosotros orando y pidiendo que seáis llenos del conocimiento de la voluntad suya, en toda sabiduría, e inteligencia espiritual; para caminar dignos del Señor, para toda complacencia, en toda obra buena fructificando
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo; quien, según la muchedumbre de su misericordia, nos ha regenerado en esperanza viva, por resurrección de Jesucristo de entre muertos;
Ved qué amor nos ha dado el Padre: que hijos de Dios nos llamemos; y somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció.
pues dijo el Señor: «Dilata el lugar de tu tienda y de tus atrios; clava —no perdones—, alarga tus cuerdas, y tus estacas afianza; aún a la diestra y a la izquierda extiende; y tu simiente gentes heredará; y ciudades desiertas habitarás.
mantengamos la confesión de la esperanza indeclinable(n) (pues fiel, el que ha prometido);
¿Acaso por el siglo te airarás contra nosotros, o extenderás tu ira de generación en generación?
Y mi Dios llenará toda necesidad de vosotros, según su riqueza, en gloria, en Cristo Jesús.
Y, llegándose Jesús, hablóles, diciendo: «Dada me ha sido toda potestad en el cielo y sobre la tierra. Partiendo pues, enseñad a todas las gentes, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo y del Santo Espíritu, enseñándoles a guardar todo cuanto he mandado a vosotros. Y he aquí que estoy con vosotros todos los días hasta la consumación del siglo»(e) .
Pero el fruto del espíritu es: caridad, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, continencia, (temperancia, castidad). Contra las cuales cosas no es la ley.
¿Acaso se olvidará una mujer de su pequeñuelo, para no apiadarse de los frutos de su vientre? pero, si también éstos olvidare la mujer, yo empero, no me olvidaré de ti, dijo el Señor—. He aquí sobre mis manos he retratado tus muros, y delante de mí estás siempre,
indican que se ha conmovido tu corazón, y se ha humillado ante mí tu rostro al oír mis palabras sobre este lugar y los habitantes de él y te has humillado delante de mí y rasgado tus vestiduras y llorado delante de mí; yo he oído —dice el Señor,
quien debe el cielo ciertamente recibir, hasta tiempos de apocatástasis(b) de todo lo que habló Dios por boca de los santos, desde el siglo: sus profetas.
Que nuestra conversación en los cielos es; de donde también salvador aguardamos a Señor Jesucristo;
Pues, si a la sabiduría invocares y a la prudencia prestares tu voz; y si la buscares como plata; y como tesoros la escudriñares; entonces entenderás el temor del Señor, y el conocimiento de Dios hallarás.
y la esperanza no confunde; porque el amor de Dios difundido está en nuestros corazones por Espíritu Santo el dado a nosotros.
Venid, hijos, y ved las obras de Dios; temeroso en juicios sobre los hijos de los hombres;
empero, según está escrito: Is. 64,3 . «Lo que ojo no vio y oreja no oyó; y a corazón de hombre no ascendió— cuanto preparó Dios a los que le aman»;
pues no vosotros sois los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que habla en vosotros.
Pues estimo no dignos los padecimientos del presente tiempo para la gloria que se ha de revelar en nosotros.
mirando al de la fe autor y consumador, Jesús; quien en vez del que se le proponía gozo, soportó cruz, vergüenza menospreciando; y a la diestra del trono de Dios está sentado.
Exhorto, pues, ante todo, a que se hagan plegarias, oraciones, peticiones, agradecimientos por todos los hombres; por reyes y todos los que en eminencia están, para que placentera y tranquila vida pasen en toda piedad y honestidad.
Para lo cual también oramos siempre por vosotros, para que os digne del llamamiento el Dios nuestro y llene todo beneplácito de bondad, y obra de fe en poder;
Sacrificios de impíos, abominación para el Señor; y votos de bienandantes, aceptos ante él.
Y ésta la confianza que tenemos para con él: que, si algo pidiéremos, según su voluntad, nos oye. Y, si sabemos que nos oye lo que pidiéremos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos pedido.
Al convertir Señor la cautividad de Sión, fuimos hechos cual consolados. Entonces llenóse de gozo nuestra boca; y nuestra lengua, de alborozo;
Señor apiádate de nosotros; pues en ti confiamos. Hecha ha sido la simiente de los inobedientes en perdición; pero nuestra salud(a) , en tiempo de tribulación.
confiado de esto mismo: que, quien empezó en vosotros obra buena, perfeccionará hasta día de Jesucristo;
Así como hemos oído, así hemos visto en la ciudad del Señor de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; Dios fundóla por el siglo(c) .
Confesad al Señor que bueno, que por el siglo su misericordia. ¿Quién hablará los poderíos del Señor; oídas hará todos sus loores?
Y bendíjoles Dios, diciendo: «Creced y llenad la tierra, y enseñoreaos de ella y principad a los peces del mar, y a los volátiles del cielo, y a todo ganado, y a toda la tierra y a todos los reptiles que reptan sobre la tierra».
he aquí al Señor. El Señor con fuerza viene; y el brazo con dominación. He aquí su galardón, con él, y su obra delante de él. Como pastor pastoreará su grey; y con su brazo congregará corderos; y preñadas consolará.—
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