Ese día no me preguntaréis nada. En verdad, en verdad os digo: si le pedís al Padre algo en mi nombre, os lo concederá.
Él le miró fijamente y, sobrecogido de temor, dijo: -¿Qué ocurre, señor? Y le respondió: -Tus oraciones y limosnas han subido como memorial ante la presencia del Señor.
Así pues, Pedro estaba encerrado en la cárcel, mientras la Iglesia rogaba incesantemente por él a Dios.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y se os concederá.
cooperando también vosotros con la oración en favor nuestro, para que la gracia que se nos concedió por las plegarias de muchos, sea agradecida por muchos en nuestro nombre.
Que el Dios de la esperanza os colme de toda alegría y paz en la fe, para que abundéis en la esperanza con la fuerza del Espíritu Santo.
No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
-Por vuestra poca fe -les dijo-. Porque os aseguro que si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este monte: 'Trasládate de aquí allá', y se trasladaría, y nada os sería imposible.
Y puesto que sabemos que nos va a escuchar en todo lo que pidamos, sabemos que tenemos ya lo que le hemos pedido.
Ofrezcamos continuamente a Dios por medio de él un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre.
Porque no recibisteis un espíritu de esclavitud para estar de nuevo bajo el temor, sino que recibisteis un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: '¡Abbá, Padre!'
Al que tiene poder sobre todas las cosas para concedernos infinitamente más de lo que pedimos o pensamos, gracias a la fuerza que despliega en nosotros,
Vigilad orando en todo tiempo, a fin de que podáis evitar todos estos males que van a suceder, y estar en pie delante del Hijo del Hombre.
Así pues, confesaos unos a otros los pecados, y rezad unos por otros, para que seáis curados. La oración fervorosa del justo puede mucho.
Por lo tanto, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para que alcancemos misericordia y encontremos la gracia que nos ayude en el momento oportuno.
Y lo que pidáis en mi nombre eso haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.
Porque' los ojos del Señor miran a los justos', 'y sus oídos están atentos a sus plegarias', 'pero el rostro del Señor se vuelve contra los que obran mal.'
Velad y orad para no caer en tentación; el espíritu está pronto, pero la carne es débil.
No os preocupéis por nada; al contrario: en toda oración y súplica, presentad a Dios vuestras peticiones con acción de gracias.
Ésta es la confianza que tenemos en Él: si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha. Y puesto que sabemos que nos va a escuchar en todo lo que pidamos, sabemos que tenemos ya lo que le hemos pedido.
Tú, por el contrario, cuando te pongas a orar, entra en tu aposento y, con la puerta cerrada, ora a tu Padre, que está en lo oculto; y tu Padre, que ve en lo oculto, te recompensará.
Por tanto os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo recibisteis y se os concederá.
Sin fe, en efecto, es imposible agradarle, porque el que se acerca a Dios debe creer que existe y que premia a quienes le buscan.
Cuando terminaron su oración, tembló el lugar en el que estaban reunidos y todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios con libertad.
y recibiremos de Él cuanto pidamos, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que es grato a sus ojos.
Os suplico, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que luchéis juntamente conmigo, rogando a Dios por mí,
Si alguno de vosotros carece de sabiduría, que la pida a Dios -que da a todos abundantemente y sin echarlo en cara-, y se la concederá.
'Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra sobre cualquier cosa que quieran pedir, mi Padre que está en los cielos se lo concederá.
Asimismo también el Espíritu acude en ayuda de nuestra flaqueza: porque no sabemos lo que debemos pedir como conviene; pero el mismo Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables.
Por eso, te encarezco ante todo que se hagan súplicas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres,
A eso de la medianoche Pablo y Silas se pusieron a orar y a entonar alabanzas a Dios, mientras los presos les escuchaban.
pues sé que me aprovecha para la salvación, gracias a vuestras oraciones y al auxilio del Espíritu de Jesucristo.
Pero el Señor sí que es fiel y Él os mantendrá firmes y os guardará del Maligno.
acerquémonos con un corazón sincero y una fe plena, después de purificar nuestros corazones de una mala conciencia y de lavar nuestro cuerpo con agua pura.
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