Pero si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús° su Hijo nos limpia de todo pecado.
¡cuánto más la sangre del Mesías, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestras° conciencias de las obras muertas para servir al Dios vivo!
Así que Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: A menos que comáis la carne del Hijo del Hombre y bebáis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo por su propia sangre, padeció fuera de la puerta.
Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay remisión.°
y por medio de Él reconciliar consigo mismo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz por medio de Él, por la sangre de su cruz.°
Pero ahora en Jesús el Mesías, vosotros, que en un tiempo estabais lejos, fuisteis hechos cercanos por la sangre del Mesías.
en quien tenemos la° redención por su sangre, el perdón de los pecados,° conforme a las riquezas de su gracia,
Por tanto, mucho más ahora, habiendo sido declarados justos por su sangre, seremos salvos de la ira por medio de Él.
Y ellos lo vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra de su testimonio, y despreciaron su vida hasta la° muerte.°
La sangre os será por señal en las casas donde estéis, pues veré la sangre y os pasaré por alto, y no habrá en vosotros plaga para destruir cuando Yo azote la tierra de Egipto.
porque esto es mi sangre° del° pacto,° la cual es derramada a favor de muchos, para perdón de pecados.
Tened cuidado de vosotros mismos y de todo el rebaño en que el Espíritu Santo os puso por obispos para apacentar la iglesia de Dios,° que adquirió mediante su propia sangre.
a quien Dios ha propuesto públicamente como sacrificio expiatorio por su sangre a través de la fe,° como evidencia de su justicia, a causa de haber pasado por alto, Dios en su paciencia, los pecados pasados,
Y el Dios de paz, el cual, en virtud de la sangre del pacto eterno, levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, os perfeccione en todo° lo bueno para que hagáis su voluntad, haciendo en nosotros° lo que es agradable delante de Él por medio de Jesús el Mesías, a quien sea la gloria por los siglos, amén.
Éste es el que vino mediante° agua y sangre: Jesús el Mesías. No sólo por el agua, sino por el agua y por la sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
y de Jesús el Mesías, el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos y el Soberano de los reyes de la tierra.° Al que nos ama y nos libertó° de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo un reino° sacerdotal para su Dios y Padre:° a Él sea la gloria y la soberanía por los siglos, amén.
y de Jesús el Mesías, el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos y el Soberano de los reyes de la tierra.° Al que nos ama y nos libertó° de nuestros pecados con su sangre,
Así que, hermanos, teniendo confianza para entrar en el lugar santísimo por la sangre de Jesús, la cual° nos abrió un camino nuevo y vivo, por medio del velo, esto es, de su carne;
ni por medio de la sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró una vez por todas en el lugar santísimo, habiendo asegurado eterna redención.
el cual es también la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Y tomando una° copa, dio gracias y se la dio, diciendo: Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre° del° pacto,° la cual es derramada a favor de muchos, para perdón de pecados.
por cuanto plugo° que la plenitud de todo habitara en Él, y por medio de Él reconciliar consigo mismo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz por medio de Él, por la sangre de su cruz.°
De manera que cualquiera que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.
Asimismo, tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto° en mi sangre.° Haced° esto, todas las veces que la bebáis, en memoria de mí. Entonces, tan a menudo° como comáis este pan y bebáis la copa, la muerte del Señor proclamáis° hasta que venga.
Pero Dios demuestra° su mismo amor hacia nosotros en que, siendo nosotros aún pecadores, el Mesías murió por nosotros. Por tanto, mucho más ahora, habiendo sido declarados justos por su sangre, seremos salvos de la ira por medio de Él.
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en Él.
Así que, hermanos, teniendo confianza para entrar en el lugar santísimo por la sangre de Jesús, la cual° nos abrió un camino nuevo y vivo, por medio del velo, esto es, de su carne; y teniendo un gran Sacerdote sobre la Casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo los corazones° rociados, y así libres° de mala conciencia, y los cuerpos lavados con agua pura.°
sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, que vuestros padres os legaron, no con cosas corruptibles, como la plata o el oro; sino con la sangre preciosa del Mesías, como de un cordero sin mancha y sin defecto,
E igualmente la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto° en mi sangre,° la cual es derramada por vosotros.
Pero jamás me suceda gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesús, el Mesías, por medio de la cual el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo.
Pero Él fue traspasado por nuestras transgresiones, Molido por nuestros pecados. El precio° de nuestra paz cayó sobre Él, Y por su herida fuimos sanados.
Así que Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: A menos que comáis la carne del Hijo del Hombre y bebáis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que mastica° mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré en el día postrero.
Asimismo, tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto° en mi sangre.° Haced° esto, todas las veces que la bebáis, en memoria de mí.
diciendo: Pequé entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: ¿Y a nosotros qué? ¡Allá tú!
Y cantan un cántico nuevo, diciendo: ¡Digno eres de tomar el rollo, y de abrir sus sellos, Porque Tú fuiste inmolado, Y con tu sangre° redimiste para Dios, De toda tribu y lengua y pueblo y nación;
Y le he dicho: Señor mío, tú lo sabes. Me dijo: Éstos son los que salen fuera° de la gran tribulación,° y lavaron sus ropas y las blanquearon en la sangre del Cordero.
y ya no vivo yo, sino que el Mesías vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, quien me amó, y se entregó a sí mismo por mí.
sabiendo esto: que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él, a fin de que el cuerpo del pecado fuera desactivado° para no servir más al pecado.
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente también con Él todas las cosas?
Él mismo llevó nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero,° para que nosotros, habiendo muerto a los pecados, vivamos para la justicia. Por sus heridas° fuisteis sanados.°
y reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo° por medio de la cruz, matando en ella la enemistad.
anulando° el acta° de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,°
Por tanto, habiendo sido declarados justos por la fe, tenemos paz ante Dios mediante nuestro Señor Jesucristo.
Y yendo un poco más adelante, cayó sobre su rostro, y orando dijo: ¡Padre mío, si es posible pase de mí esta copa!° pero no como Yo quiero, sino como Tú.
diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
de otra manera, hubiera sido necesario° padecer repetidamente desde la creación del mundo, pero ahora ha sido manifestado una vez por todas en la consumación de los siglos, para quitar el pecado por medio del sacrificio de sí mismo.
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