Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argumentar, para corregir y para educar en la justicia, con el fin de que el hombre de Dios esté bien dispuesto, preparado para toda obra buena.
Pero tenéis que ponerla en práctica y no sólo escucharla engañándoos a vosotros mismos.
Pero él replicó: -Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan.
'Por lo tanto, todo el que oye estas palabras mías y las pone en práctica, es como un hombre prudente que edificó su casa sobre roca;
Él respondió: -Escrito está: 'No sólo de pan vivirá el hombre', 'sino de toda palabra que procede' 'de la boca de Dios'.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y se os concederá.
Que la palabra de Cristo habite en vosotros abundantemente. Enseñaos con la verdadera sabiduría, animaos unos a otros con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando agradecidos en vuestros corazones.
Pero el centurión le respondió: -Señor, no soy digno de que entres en mi casa. Pero basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano.
Os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres darán cuenta en el día del Juicio. Por tus palabras, pues, serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
'En verdad, en verdad os digo que el que escucha mi palabra y cree en el que me envió tiene vida eterna, y no viene a juicio sino que de la muerte pasa a la vida.
El espíritu es el que da vida, la carne no sirve de nada: las palabras que os he hablado son espíritu y son vida.
Decía Jesús a los judíos que habían creído en él: -Si vosotros permanecéis en mi palabra, sois en verdad discípulos míos, conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Cuando terminaron su oración, tembló el lugar en el que estaban reunidos y todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios con libertad.
La palabra de Dios se propagaba, y aumentaba considerablemente el número de discípulos en Jerusalén, y gran cantidad de sacerdotes obedecían a la fe.
No me avergüenzo del Evangelio, porque es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío en primer lugar y también del griego.
¿Qué dice, en cambio? 'Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón'. Se refiere a la palabra de la fe que predicamos.
Porque todas las cosas que ya están escritas fueron escritas para nuestra enseñanza, con el fin de que mantengamos la esperanza mediante la paciencia y la consolación de las Escrituras.
Porque el mensaje de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para los que se salvan, para nosotros, es fuerza de Dios.
y mi mensaje y mi predicación no se han basado en palabras persuasivas de sabiduría, sino en la manifestación del Espíritu y del poder, para que vuestra fe no se fundamente en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios.
y por el cual sois salvados, si lo guardáis tal como os lo anuncié. ¡Y si no, habéis creído en vano!
Porque no somos como tantos otros que adulteran la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios y delante de Dios, hablamos en Cristo.
Antes bien, nos abstuvimos de los disimulos vergonzosos, no procediendo con astucia ni falsificando la palabra de Dios, sino recomendándonos a nosotros mismos ante toda conciencia humana por la manifestación de la verdad delante de Dios.
Por él también vosotros, una vez oída la palabra de la verdad -el Evangelio de nuestra salvación-, al haber creído, fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido,
Recibid también el 'yelmo de la salvación' 'y la espada del Espíritu', que es 'la palabra de Dios',
al poner en alto la palabra de vida, para gloria mía en el día de Cristo, porque no habré corrido en vano ni en vano habré trabajado.
a causa de la esperanza en lo que os está reservado en los cielos. De ello ya habéis sido instruidos al recibir la palabra de la verdad, el Evangelio
Y por eso también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, porque, cuando recibisteis la palabra que os predicamos, la acogisteis no como palabra humana, sino como lo que es en verdad: palabra divina, que actúa eficazmente en vosotros, los creyentes.
Esmérate por presentarte ante Dios como un hombre honrado, trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que expone con rectitud la doctrina verdadera.
y porque desde niño conoces la Sagrada Escritura, que puede darte la sabiduría que conduce a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.
que mantenga con firmeza la palabra fiel que se ajusta a la enseñanza recibida, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y corregir a los adversarios.
Él, que es resplandor de su gloria e impronta de su sustancia y que sustenta todas las cosas con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó en los cielos a la diestra de la Majestad,
y llegaron a recibir el Espíritu Santo, y saborearon la palabra divina y la manifestación de la fuerza del mundo venidero,
Por la fe, sabemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que las cosas visibles llegaron a la existencia a partir de lo invisible.
Acordaos de vuestros pastores, que os proclamaron la palabra de Dios, e imitad su fe, considerando el buen final de su conducta.
Por libre decisión nos engendró con la palabra de la verdad, para que fuésemos como primicias de sus criaturas.
Por eso, apartad toda inmundicia y todo resto de maldad, y recibid con mansedumbre la palabra sembrada en vosotros, capaz de salvar vuestras almas.
Del mismo modo, la lengua es un miembro pequeño, pero va presumiendo de grandes cosas. ¡Mirad qué poco fuego basta para quemar un gran bosque! Así también la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad; es ella, de entre nuestros miembros, la que contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, inflama el curso de nuestra vida desde el nacimiento.
como quienes han sido engendrados de nuevo no de un germen corruptible, sino incorruptible, por medio de la palabra de Dios, viva y permanente. Porque 'Toda carne es como heno', 'y toda su gloria como flor de heno'; 'se seca el heno' 'y cae la flor', 'pero la palabra del Señor permanece para siempre'. Ésta es la palabra que os ha sido anunciada como buena nueva.
apeteced, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que con ella crezcáis hacia la salvación,
Si uno toma la palabra, que sea de verdad palabra de Dios; si uno ejerce un ministerio, hágalo en virtud del poder que Dios le otorga, para que en todas las cosas Dios sea glorificado por Jesucristo. Para él es la gloria y el poder por los siglos de los s
Y tenemos así mejor confirmada la palabra de los profetas, a la que hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que alumbra en la oscuridad, hasta que alboree el día y el lucero de la mañana amanezca en vuestros corazones. Pues ante todo debéis saber que ninguna profecía de la Escritura depende de la interpretación privada, porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que, impulsados por el Espíritu Santo, aquellos hombres hablaron de parte de Dios.
Ignoran deliberadamente que en otro tiempo hubo cielos y tierra. Ésta, por la palabra de Dios, surgió de las aguas, y quedó asentada en medio de ellas, y, así, el mundo de entonces pereció anegado por las aguas. A su vez, los cielos y la tierra de ahora, por la misma palabra, están reservados para el fuego y guardados para el día del Juicio y de la perdición de los impíos.
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y han palpado nuestras manos a propósito del Verbo de la vida
Os he escrito a vosotros, niños, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que existe desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros
Ésta es la confianza que tenemos en Él: si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha. Y puesto que sabemos que nos va a escuchar en todo lo que pidamos, sabemos que tenemos ya lo que le hemos pedido.
Bienaventurado quien lea y quienes escuchen las palabras de esta profecía, y guarden lo que está escrito en ella; porque el momento está cerca.
'Conozco tus obras -mira que he puesto ante ti una puerta abierta que nadie puede cerrar-, porque aunque tienes poca fuerza guardaste mi palabra y no negaste mi nombre.
Ellos lo vencieron por la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y despreciaron su vida hasta la muerte.
Y lo sembrado en buena tierra es el que oye la palabra y la entiende, y fructifica y produce el ciento, o el sesenta, o el treinta.
Y ellos, partiendo de allí, predicaron por todas partes, y el Señor cooperaba y confirmaba la palabra con los milagros que la acompañaban.
Jesús le respondió: -Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
Ciertamente, la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que una espada de doble filo: entra hasta la división del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y descubre los sentimientos y pensamientos del corazón.
Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación, a través de la palabra de Cristo.
como quienes han sido engendrados de nuevo no de un germen corruptible, sino incorruptible, por medio de la palabra de Dios, viva y permanente.
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Todo se hizo por él, y sin él no se hizo nada de cuanto ha sido hecho.
Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
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