La palabra del Señor se extendía y el número de los discípulos se multiplicaba rápidamente en Jerusalén. Incluso muchos de los sacerdotes aceptaban la fe.
porque os aseguro que, mientras existan el cielo y la tierra, la ley no perderá ni un punto ni una coma de su valor, hasta que todo se haya cumplido.
que prediques la palabra y que instes a tiempo y fuera de tiempo. Argumenta, reprende, exhorta con toda paciencia y enseñanza.
y que desde la niñez sabes las Sagradas Escrituras, que te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
Te afligió, te hizo pasar hambre y te sustentó con maná, comida que ni tú ni tus padres habíais conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor vivirá el hombre.
Sed hacedores de la palabra y no tan solo oidores, de manera que os engañéis a vosotros mismos.
Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia,para que el hombre de Dios sea perfecto, perfectamente instruido para toda buena obra.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.
Los judíos de Berea eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con mucha atención, y todos los días estudiaban las Escrituras para ver si era cierto lo que se les decía.
Por todo ello también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, porque cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, no la recibisteis como palabra humana, sino como lo que es en verdad, la palabra de Dios, que actúa en vosotros los creyentes.
La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros. Enseñaos y exhortaos unos a otros con toda sabiduría. Cantad al Señor salmos, himnos y cánticos espirituales, con corazones agradecidos.
sino que en la ley del Señor está su delicia y en su ley medita de día y de noche. Es como un árbol plantado junto al arroyo, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae, y todo lo que hace prospera.
Las palabras del Señor son palabras limpias, como plata refinada en horno de barro, purificada siete veces.
En cuanto a Dios, perfecto es su camino y acrisolada la palabra del Señor; escudo es a todos los que en él esperan.
La ley del Señor es perfecta: convierte el alma; el testimonio del Señor es fiel: hace sabio al sencillo.Los mandamientos del Señor son rectos: alegran el corazón; el precepto del Señor es puro: alumbra los ojos.
Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos; y todo el ejército de ellos, por el aliento de su boca.
porque el Señor da la sabiduría y de su boca proceden el conocimiento y la inteligencia.
Hijo mío, pon atención a mis palabras; presta oído a mis razones.No las pierdas de vista; guárdalas en lo profundo de tu corazón,porque son vida para los que las hallan y medicina para todo su cuerpo.
La hierba se seca y se marchita la flor, mas la palabra de nuestro Dios permanece para siempre».
Lo juré por mí mismo, de mi boca salió una sentencia y no será revocada: «Que ante mí se doblará toda rodilla y jurará toda lengua».
Así ha dicho el Señor, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy el Señor, tu Dios, que te enseña para tu provecho, que te encamina por el camino que debes seguir.
Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la he enviado.
Por tanto, así ha dicho el Señor, Dios de los ejércitos: Por haber dicho esto, yo pongo mis palabras en tu boca como fuego, y a este pueblo como leña, y los consumirá.
Fueron halladas tus palabras, y yo las comí. Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, Señor, Dios de los ejércitos.
¿No es mi palabra como un fuego, dice el Señor, y como un martillo que despedaza la piedra?
Diles, por tanto: «Así ha dicho el Señor: Mis palabras se cumplirán sin demora; lo que yo digo se cumplirá, dice el Señor».
Él respondió: —Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
A cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las pone en práctica, lo compararé a una persona prudente que edificó su casa sobre la roca.
Y la Palabra se encarnó y habitó entre nosotros; y vimos su gloria, la gloria que le corresponde como Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Os aseguro que quien oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna y no será condenado, sino que ha pasado de muerte a vida.
El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para entender esto. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Entonces Jesús se dirigió a los judíos que habían creído en él: —Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos,conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.
Los que aceptaron su palabra fueron bautizados. Aquel día se añadieron alrededor de tres mil personas.
Cuando terminaron de orar, el lugar en que estaban congregados tembló y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban con valentía la palabra de Dios.
Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree: en primer lugar para los judíos y también para los griegos.
Pero añade: Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:
Todas las cosas que se escribieron en el pasado se escribieron para nuestra enseñanza, con el fin de que tengamos esperanza, por medio de la paciencia y el consuelo de las Escrituras.
Porque verdaderamente, la palabra de la cruz es locura para los que se pierden; pero para los que se salvan, es decir, para nosotros, es poder de Dios,
Y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría humana, sino con demostración del Espíritu y de poder,para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios.
Por medio de este evangelio seréis salvos, si retenéis la palabra que os he predicado. De lo contrario, habréis creído en vano.
Nosotros no somos como muchos que negocian con la palabra de Dios, sino que con sinceridad hablamos de Cristo, como enviados de Dios, y en la presencia de Dios.
Antes bien renunciamos a actuar a escondidas como teniendo vergüenza, pues no nos comportamos con astucia, ni adulteramos la palabra de Dios. Por el contrario, al manifestar la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana delante de Dios.
En él también vosotros, que habíais oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habíais creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.
Lo hizo para santificarla, después de haberla purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
Permaneced firmes en la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda sentirme orgulloso de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.
alentados por la esperanza que os está reservada en los cielos. De esta esperanza ya tenéis conocimiento desde que escuchasteis el evangelio, que es la palabra verdadera
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que expone bien la palabra de verdad.
y que desde la niñez sabes las Sagradas Escrituras, que te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia,para que el hombre de Dios sea perfecto, perfectamente instruido para toda buena obra.
apegado a la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y refutar a los que se oponen a ella.
Este, que es el resplandor de su gloria, la imagen misma de su sustancia y quien sustenta todas las cosas con su palabra poderosa, después de haber efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos, y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta e imitad su fe.
Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos las primicias de su creación.
Por eso, dejando toda inmundicia y tanta maldad, recibid con docilidad la palabra plantada en vosotros, la cual puede salvar vuestras almas.
Lo mismo sucede con la lengua. Aunque es un miembro pequeño, se jacta de grandes cosas. ¡Fijaos cómo tan solo se requiere de un pequeño fuego para quemar un inmenso bosque!Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo; y al ser encendida por el mismo infierno, es capaz de destruir toda nuestra existencia.
pues habéis nacido de nuevo, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre,porque: Toda carne es como hierba y toda la gloria del hombre como flor de la hierba; la hierba se seca y la flor se cae,mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta palabra es el evangelio que se os ha anunciado.
Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme a las fuerzas que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que despunte el día y el lucero de la mañana amanezca en vuestros corazones.Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Pero ante todo entended que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,porque nunca la profecía ha tenido su origen en voluntad humana, sino que los santos hombres hablaron de parte de Dios inspirados por el Espíritu Santo.
Estos ignoran a propósito que en el tiempo antiguo los cielos fueron hechos por la palabra de Dios y también la tierra, la cual proviene del agua y por medio del agua subsiste.Por eso el mundo de entonces pereció anegado en agua. Por esa misma palabra son preservados los cielos y la tierra que existen ahora, reservados para el fuego, en el día del juicio y de la destrucción de los malvados.
Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y tocado con nuestras manos respecto a la Palabra de vida
Padres, os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Jóvenes, os he escrito a vosotros porque sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.
Y esta es la confianza que tenemos en Dios, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.Y si sabemos que él oye todas nuestras peticiones, también sabemos que recibiremos lo que le hayamos pedido.
Dichosos el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y cumplen lo que en ella está escrito, porque el tiempo está cerca.
—Yo conozco tus obras. He puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar, pues aunque tienes poca fuerza, has obedecido mi palabra y no has negado mi nombre.
Ellos mismos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra de testimonio que dieron; pues menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
Hijo mío, no te olvides de mi ley, y que tu corazón guarde mis mandamientos,entonces tus graneros estarán colmados con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto.No menosprecies, hijo mío, el castigo del Señor, no te canses de que él te corrija, porque el Señor al que ama corrige, como el padre al hijo a quien quiere. ¡Dichoso aquel que halla la sabiduría y obtiene la inteligencia,porque su ganancia es más que la ganancia de la plata, sus beneficios más que los del oro fino!Más preciosa es que las piedras preciosas: ¡nada que puedas desear se puede comparar con ella! Larga vida hay en su mano derecha, y en su izquierda, riquezas y honra.Sus caminos son caminos deleitosos, y hay paz en todas sus veredas.Es árbol de vida para los que de ella echan mano, y dichosos son los que la retienen.El Señor fundó la tierra con sabiduría, afirmó los cielos con inteligencia.porque muchos días y años de vida y de paz te aumentarán.
Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre. Átalos siempre a tu corazón, enlázalos a tu cuello.Te guiarán cuando camines, te guardarán cuando duermas y hablarán contigo cuando despiertes.
En tu boca he puesto mis palabras y con la sombra de mi mano te he cubierto mientras extiendo los cielos, echo los cimientos de la tierra y digo a Sion: «Pueblo mío eres tú».
Y este será mi pacto con ellos, dice el Señor: «Mi espíritu que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán jamás de tu boca ni de la boca de tus hijos ni de la boca de los hijos de tus hijos». El Señor lo ha dicho, desde ahora y para siempre.
Me dijo el Señor: —Bien has visto, porque yo vigilo sobre mi palabra para ponerla por obra.
Pero el que fue sembrado en buena tierra es el que oye la palabra y la entiende, y da fruto, y produce a ciento, a sesenta y a treinta por uno.
El que es de Dios escucha las palabras de Dios, pero vosotros no las escucháis porque no sois de Dios.
Respondió Jesús: —El que me ama obedecerá mi palabra y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada con él.
Que el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que reboséis de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Mantengamos firme, sin fluctuar, la esperanza que profesamos, porque fiel es el que ha hecho la promesa.
Yo advierto a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno le añade algo, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.Y si alguno quita alguna de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.
Únete al canal de BibliaTodo en tu app favorita: