La predicación del mensaje evangélico alcanzaba a círculos cada vez más amplios, y el número de los discípulos aumentaba de manera extraordinaria en Jerusalén, donde muchos sacerdotes judíos aceptaron la fe de Cristo. Arresto de Esteban
Porque os aseguro que mientras permanezcan el cielo y la tierra, y hasta que todo se haya cumplido, ni un punto ni una coma se borrarán de la ley.
que prediques la palabra de Dios, insistiendo en ella a tiempo y a destiempo. Argumenta para convencer, reprende si es necesario y exhorta con toda paciencia,
Además, desde que eras niño conoces las Sagradas Escrituras, en las que puedes hallar la sabiduría necesaria para alcanzar la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.
Pero el mensaje del Señor no dejaba de propagarse, y el número de creyentes aumentaba sin cesar.
Sin embargo, no nos engañemos: no es este un mensaje al que solo hayamos de prestar oídos. Sobre todo es menester ponerlo por obra.
Toda la Escritura nos ha sido dada por Dios, que la ha inspirado, y es útil para enseñarnos la verdad, hacernos comprender nuestros errores y ayudarnos a llevar una vida recta. De este modo, los creyentes caminan hacia la perfección, hacia su plena capacitación para la práctica del bien.
Los ciudadanos de Berea, que eran mucho más abiertos que los de Tesalónica, recibieron con gran aprecio el mensaje; y cada día examinaban solícitamente las Escrituras para comprobar la veracidad de lo que Pablo y Silas les enseñaban.
Nunca cesaremos de dar gracias a Dios porque, cuando recibisteis la palabra de Dios que nosotros os anunciamos, no pensasteis que nuestro mensaje fuera algo puramente humano, sino que lo aceptasteis como lo que verdaderamente es: la palabra de Dios activa en vosotros que sois creyentes.
Que la palabra de Cristo rebose en vosotros de tal manera que unos a otros seáis capaces de instruiros y animaros con sabiduría, y que, llenos de gratitud vuestros corazones, cantéis al Señor salmos, himnos y cánticos espirituales,
Jesús le contestó: Esto está escrito: 'No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios'.
Así pues, cualquiera que escucha estas palabras mías y las pone en práctica es comparable a un hombre sensato que construyó su casa sobre la roca firme.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras nunca pasarán. Se desconocen el día y la hora
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras permanecerán para siempre. Se desconocen el día y la hora
¡Y Dios bendiga más aún a los que escuchan su palabra y la ponen por obra! La señal de Jonás
En el principio de todas las cosas era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios.
Aquella Palabra se hizo hombre, y como hombre vivió entre nosotros con plenitud de gracia y de verdad. Y fuimos testigos de su gloria, la gloria que pertenece al Hijo único de Dios Padre.
Os aseguro esto: El que escucha mi mensaje y cree a Dios, que me envió, tiene vida eterna; y nunca caerá en condenación a causa de sus pecados, porque ha pasado de la muerte a la vida.
La vida que permanece procede del espíritu; en cambio, lo que procede de la carne no aprovecha para nada. Las palabras que os he hablado, son espíritu y vida que permanece para siempre.
Pero Jesús les habló diciendo: Vosotros seréis verdaderamente mis discípulos si vivís de acuerdo con mis enseñanzas, porque entonces conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Con las enseñanzas que os he transmitido, vosotros, como sarmientos podados, habéis quedado limpios.
Los que creyeron a su palabra, unos tres mil en total, fueron bautizados y se unieron a los demás creyentes.
Cuando acabaron de orar se estremeció el lugar donde se habían reunido los creyentes, y todos ellos quedaron llenos del Espíritu Santo. A partir de entonces, se entregaron con mayor denuedo a predicar el mensaje de Dios. Los creyentes comparten sus bienes
A mí no me avergüenza en absoluto ser portador del evangelio de Cristo, porque es revelación del poder de Dios para salvar a todos los que creen, a los judíos en primer lugar, pero también a los que no lo son.
Además dice: 'Cerca de ti está la palabra, en tus labios y en tu corazón'. En esta palabra a la que se hace referencia consiste el mensaje de la fe que predicamos:
Porque la fe viene cuando se escucha con atención el mensaje que predicamos acerca de Jesucristo.
Esto se escribió tiempo atrás para nuestra instrucción, a fin de que, gracias a la paciencia y el aliento que recibimos de las Escrituras, miremos siempre adelante llenos de esperanza.
Sé muy bien que para quienes andan perdidos es una pura insensatez decirles que Cristo murió por salvarlos. Pero para quienes estamos en camino de salvación es poder de Dios.
Mi predicación, respaldada por el poder del Espíritu Santo, fue sencilla y totalmente despojada de arte oratoria y sabiduría humana, a fin de que vuestra fe no se basara en conceptos propios de esa sabiduría, sino únicamente en el poder de Dios. Sabiduría procedente del Espíritu
Por medio de este mensaje sois salvos, siempre que sigáis creyendo firmemente en él, pues en otro caso vuestra fe sería vana.
Desde luego, no ésos que buscando su personal provecho llegan incluso a falsear la palabra de Dios, sino los que con plena sinceridad llevamos el mensaje de Cristo, enviados por Dios y en la presencia de Dios.
Y no nos valemos de oscuras y vergonzosas artimañas para atraer a la gente; no andamos con argucias ni falseando el mensaje de Dios, sino que declaramos la verdad, como saben muy bien los que nos conocen y están abiertos a ella en buena conciencia delante de Dios.
También en Cristo, vosotros, que escuchasteis la palabra de la verdad, la buena nueva de la salvación, y que habéis creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido.
Cubríos la cabeza con el casco de la salvación y empuñad la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
asidos con fuerza a la palabra viva, para que cuando Cristo venga pueda yo gloriarme de no haber corrido en vano ni haber trabajado inútilmente.
Sabemos que desde la primera vez que se os predicó el mensaje del evangelio, que es la Palabra verdadera, tenéis puesta en los cielos toda vuestra esperanza.
Procura con la mayor diligencia presentarte aprobado delante de Dios, como obrero que no tiene de qué avergonzarse porque sabe analizar y exponer correctamente la palabra de Dios.
Además, desde que eras niño conoces las Sagradas Escrituras, en las que puedes hallar la sabiduría necesaria para alcanzar la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura nos ha sido dada por Dios, que la ha inspirado, y es útil para enseñarnos la verdad, hacernos comprender nuestros errores y ayudarnos a llevar una vida recta. De este modo, los creyentes caminan hacia la perfección, hacia su plena capacitación para la práctica del bien.
Su fe en las verdades en que fue instruido ha de ser firme y fuerte, para que él, a su vez, pueda instruir a otros y esté capacitado para convencer a los contradictores.
Y el Hijo, resplandor de la gloria de Dios y manifestación de su ser, y quien mantiene con su palabra poderosa el orden de todo lo que existe, se entregó a la muerte para purificarnos de nuestros pecados. Luego se sentó en el cielo, en el lugar de honor, a la derecha de la soberana majestad de Dios;
Porque la palabra de Dios es viva y poderosa, más cortante que cualquier espada de doble filo; penetra hasta dividir el alma y el espíritu, las coyunturas y las médulas, y enjuicia nuestros más íntimos pensamientos y propósitos.
Por la fe hemos podido entender que el universo entero surgió por la palabra de Dios, quien de lo que no se veía hizo todo lo que ahora vemos.
Recordad a vuestros guías, los que os comunicaron la palabra de Dios. Considerad atentamente cuáles hayan sido los resultados de su conducta hasta su muerte, e imitad su fe.
Por su propia voluntad nos ha engendrado mediante la verdad de su mensaje, para que vivamos una vida nueva y seamos primicias de una nueva creación. Hay que poner en práctica la palabra
Así pues, desechad cuanto en vuestra vida pueda haber de corrupción y abundancia de maldad, y recibid humildemente el mensaje plantado en vosotros, que es poderoso para traer la salvación a vuestras almas.
Pues bien, de modo similar, la lengua, esa diminuta parte de nuestro cuerpo, puede ser causa de grandes daños. Es como una chispa insignificante que provoca el incendio de un gran bosque. Mirad, la lengua es semejante a un fuego, a un mundo de maldad. Puesta entre nuestros miembros, puede contaminarnos el cuerpo por completo. Como una llama avivada por el fuego del infierno, puede incluso inflamar el curso entero de nuestra existencia.
porque en vosotros se ha operado un nuevo nacimiento, que ya no es debido a una simiente corruptible, sino a la incorruptible y permanente palabra de Dios. Porque: 'todo ser humano es como hierba, y su belleza es como la flor de la hierba. La hierba se marchita y su flor se cae, pero la palabra del Señor permanece para siempre'.Esta palabra viva es el evangelio que os ha sido anunciado.
El que se sienta llamado a hablar, hable de acuerdo con las palabras de Dios; el que se sienta inclinado a ayudar a los demás, hágalo con la energía que Dios le dé, para que Dios sea glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por todos los siglos. Amén. Sufriendo por seguir a Cristo
De ese modo se nos confirmó el mensaje profético, al que vosotros haréis bien en prestar la mayor atención, porque las profecías son como lámparas que están encendidas en medio de la oscuridad, hasta que amanezca el día y la estrella de la mañana resplandezca en vuestros corazones. A este propósito es importante reconocer que ninguna profecía de las Escrituras debe interpretarse a capricho de nadie en particular, del mismo modo que nunca las profecías fueron fruto de una iniciativa humana, sino que fue el Espíritu Santo el que impulsó a los profetas a comunicar sus mensajes.
Esa gente olvida voluntariamente que Dios, por medio de su palabra, hizo los cielos y la tierra al comienzo de la creación; y que destruyó el mundo de entonces, anegándolo en las aguas del diluvio mucho después de que la tierra surgiera del agua, de la cual procede y gracias a la cual también subsiste. Pero, por la misma palabra, los cielos y la tierra actuales están como reservados a la espera de la gran conflagración que sobrevendrá el día del juicio, cuando perecerán todos los que persisten en su rebeldía frente a Dios.
Lo que existía desde el principio de todas las cosas, lo que oímos, lo que vimos con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos, eso es la Palabra de vida.
Os he escrito, pues, a vosotros, padres, porque habéis conocido a Cristo, que existe desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, porque el mensaje de Dios ha arraigado en vuestros corazones y porque habéis luchado contra el maligno y lo habéis vencido. No amemos al mundo
y estamos seguros de que Dios nos escuchará siempre que le pidamos algo de acuerdo con su voluntad. Sabemos, pues, que él nos escucha cuando le presentamos nuestras peticiones, y también sabemos, sin ninguna duda, que responderá a lo que le hayamos pedido.
Bendito el que lee esta profecía y benditos los que la escuchan y la guardan, porque la hora de su cumplimiento ya está cerca. Saludos y doxología
'Yo conozco todas tus obras: que aunque no eres muy fuerte has tratado de obedecerme y no has negado mi nombre. Por eso he abierto delante de ti una puerta que nadie podrá cerrar.
Ellos lo vencieron por la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron despreciando su propia vida hasta la muerte.
Finalmente, la semilla sembrada en buena tierra representa al que escucha el mensaje, lo entiende y fructifica en él, de modo que produce ciento, o sesenta, o treinta granos por semilla. Parábola de la mala hierba
Los que pertenecen a Dios se alegran escuchando las palabras que Dios dice, pero vosotros no las escucháis porque no pertenecéis a Dios. Declaración de Jesús acerca de sí mismo
Respondió Jesús diciendo: El que me ama cumplirá los mandamientos que os he dado, y mi Padre lo amará también, y vendremos a él para que viva con nosotros.
Con hechos como estos, el mensaje del Señor crecía y se afirmaba entre los que vivían en aquella región.
Por lo tanto, gentiles, que el Dios que os ha dado la esperanza os colme de dicha y de paz por haber creído en él. Que reboséis de esperanza mediante el poder del Espíritu Santo que habita en vosotros. Pablo, ministro de los gentiles
Dicho esto, os recuerdo también que vuestra fortaleza ha de emanar del gran poder del Señor, que está en vosotros.
En cualquier caso, con la ayuda de Cristo, que me da fortaleza y poder, estoy preparado para hacer lo que sea necesario.
Mantengamos con firmeza, sin vacilar, el testimonio de la esperanza de nuestra salvación; pues Dios, que hizo la promesa, es absolutamente fiel y no dejará de cumplirla.
A todo aquel que reciba las palabras proféticas de este libro, yo le testifico esto: Si alguno añade algo a lo que aquí se dice, Dios le añadirá a él las plagas descritas en el libro. Y si alguno quita algo del contenido profético del libro, Dios le quitará a él su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa que aquí se describen.
Únete al canal de BibliaTodo en tu app favorita: