[Guímel] Grande [es] el SEÑOR y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable.
Porque grande [es] el SEÑOR, y digno de ser grandemente loado, y de ser temido sobre todos los dioses.
Sálvanos, SEÑOR Dios nuestro, y júntanos de [entre] los gentiles, para que loemos tu santo Nombre, para que nos gloriemos de tus alabanzas.
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad; porque también el Padre tales [adoradores] busca que le adoren.
Al Vencedor: sobre Mut-labén: Salmo de David. [Te] alabaré, oh SEÑOR, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas. Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo;
Así que, ofrezcamos por [medio de] él a Dios siempre sacrificio de alabanza, es a saber, fruto de labios que confiesen su Nombre.
hablando entre vosotros con salmos, y con himnos, y canciones espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;
El [será] tu alabanza, y él [será] tu Dios, que ha hecho contigo estas grandes y terribles cosas que tus ojos han visto.
Y oí a toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está sobre el mar, y todas las cosas que están en él, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea alabanza, honra, y gloria, y potencia, para siempre jamás.
que decían a alta voz: El Cordero que fue muerto es digno de tomar potencia, y riquezas, y sabiduría, y fortaleza, y honra, y gloria, y bendición.
El SEÑOR [es] mi fortaleza y mi escudo; en él esperó mi corazón, y fui ayudado; por tanto se gozó mi corazón, y con mi canción le alabaré.
De David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue. [Alef] Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; su alabanza [será] siempre en mi boca.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; [quien es] la salud de mi rostro, y el Dios mío.
Entonces el pueblo dio grita, y [los sacerdotes] tocaron las trompetas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la trompeta, dio el pueblo grita con gran vocerío, y el muro cayó a plomo. El pueblo subió [luego] a la ciudad, cada uno derecho [hacia] adelante, y la tomaron.
Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico al SEÑOR, y dijeron: Cantaré [yo] al SEÑOR, porque se ha magnificado grandemente, echando en el mar al caballo y al que en él subía.
Al Vencedor: a los hijos de Coré: Salmo. Pueblos todos, batid las manos; aclamad a Dios con voz de júbilo. Porque el SEÑOR es Sublime y temible; Rey grande sobre toda la tierra.
Canción de Salmo a los hijos de Coré. Grande [es] el SEÑOR y digno de ser en gran manera alabado en la ciudad de nuestro Dios, [en] el monte de su santidad.
El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le enseñaré la salud de Dios.
Pronto [está] mi corazón, oh Dios, mi corazón [está] dispuesto; cantaré, y diré salmos. Despierta, oh gloria mía; despierta, salterio y arpa; me levantaré de mañana. Te alabaré en los pueblos, oh Señor; cantaré de ti en las naciones.
Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu Nombre alzaré mis manos.
Al Vencedor: Canción de Alabanza. Jubilad a Dios toda la tierra. Cantad la gloria de su Nombre; poned gloria [en] su alabanza.
Salmo de Canción para el día del Sábado. Bueno [es] alabar al SEÑOR, y cantar salmos a tu Nombre, oh Altísimo; anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad en las noches,
Cantad al SEÑOR canción nueva; cantad al SEÑOR, toda la tierra. Cantad al SEÑOR, bendecid su Nombre; anunciad de día en día su salud.
Entrad por sus puertas con confesión; por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su Nombre.
De David. Bendice, alma mía al SEÑOR; y todas mis entrañas al Nombre de su santidad. Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios:
Alabad al SEÑOR, invocad su Nombre; haced notorias sus obras en los pueblos. Cantadle, decid salmos a él; hablad de todas sus maravillas.
Alelu-JAH. Alabad al SEÑOR, porque [es] bueno; porque para siempre [es] su misericordia.
No a nosotros, oh SEÑOR, no a nosotros, sino a tu Nombre da gloria; por tu misericordia, por tu verdad.
Alabad al SEÑOR todos los gentiles; alabadle todos los pueblos. Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia; y la verdad del SEÑOR es para siempre. Alelu-JAH.
De David. Te Alabaré con todo mi corazón; delante de los dioses te cantaré salmos. Adoraré al templo de tu santidad, y alabaré tu Nombre sobre tu misericordia y tu verdad; porque has hecho magnífico tu Nombre, [y has engrandecido] tu dicho sobre todas las cosas.
Salmo de alabanza: de David. [Alef] Te ensalzaré, mi Dios, mi Rey; [y] bendeciré tu Nombre por el siglo y para siempre. [Bet] Cada día te bendeciré, y alabaré tu Nombre por siglo y para siempre. [Guímel] Grande [es] el SEÑOR y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable.
Alelu-JAH Alaba, oh alma mía, al SEÑOR. Alabaré al SEÑOR en mi vida; diré salmos a mi Dios mientras viviere.
Alelu-JAH, porque [es] bueno cantar salmos a nuestro Dios; porque suave y hermosa es la alabanza.
Alelu-JAH. Alabad a Dios en su santuario; alabadle en el extendimiento de su fortaleza. Alabadle por sus proezas; alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. Alabadle a son de shofar; alabadle con salterio y arpa. Alabadle con adufe y flauta; alabadle con cuerdas y órgano. Alabadle con címbalos resonantes; alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira alabe a JAH. Alelu-JAH.
El SEÑOR [es] mi fortaleza, y mi canción, el me es por salud; este [es] mi Dios, y a éste adornaré; Dios de mi padre, y a éste ensalzaré.
Confesad al SEÑOR, invocad su nombre, haced notorias en los pueblos sus obras. Cantad a él, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas. Gloriaos en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al SEÑOR.
Cantad al SEÑOR, toda la tierra; anunciad de día en día su salud. Declarad entre los gentiles su gloria, y en todos los pueblos sus maravillas. Porque grande [es] el SEÑOR, y digno de ser grandemente loado, y de ser temido sobre todos los dioses.
Asimismo el rey David se alegró mucho, y bendijo al SEÑOR delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito [seas] tú, oh SEÑOR, Dios de Israel, nuestro padre, de siglo a siglo. Tuya es, oh SEÑOR, la magnificencia, y el poder, y la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra [son tuyas]. Tuyo, oh SEÑOR, es el reino, y la altura sobre todos [los que están] por cabeza. Las riquezas y la gloria [están] delante de ti, y tú señoreas a todos; y en tu mano está la potencia y la fortaleza, y en tu mano la grandeza y fuerza de todas las cosas. Ahora pues, Dios nuestro, nosotros te confesamos, y loamos el Nombre de tu grandeza.
Y tocaban las trompetas, y cantaban con la voz todos a una como un [varón] alabando y confesando al SEÑOR, cuando alzaban la voz con trompetas y címbalos, e instrumentos de música, cuando alababan al SEÑOR, [diciendo]: Porque [es] bueno, porque su misericordia [es] para siempre. Y la Casa fue llena de [una] nube, la Casa del SEÑOR. Y no podían los sacerdotes estar para ministrar por causa de la nube; porque la gloria del SEÑOR había llenado la Casa de Dios.
Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen al SEÑOR, y alabasen en la hermosura de la santidad, mientras que salía la gente armada, y dijesen: Confesad al SEÑOR, porque su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron con clamor y con alabanza, puso el SEÑOR a los hijos de Moab y [los del] monte de Seir para que asechasen a los hijos de Amón, que venían contra Judá, y se mataron [los unos a los otros].
Y cantaban, alabando y confesando al SEÑOR, [y decían]: Porque [es] bueno, porque para siempre [es] su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo jubilaba con gran júbilo, alabando al SEÑOR, porque la Casa del SEÑOR era acimentada.
Y dijeron los levitas, Jesúa y Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías: Levantaos, bendecid al SEÑOR vuestro Dios eternalmente; y bendiga el nombre de tu gloria; alto sobre toda bendición y alabanza. Tú, oh SEÑOR, eres solo; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con toda su ejército; la tierra y todo lo que [está] en ella; los mares y todo lo que [hay] en ellos; y [tú] vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.
y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. El SEÑOR dio, y el SEÑOR quitó; sea el nombre del SEÑOR bendito.
Y diréis en aquel día: Cantad al SEÑOR; invocad su nombre. Haced célebres en los pueblos sus obras. Recordad como su nombre es engrandecido. Cantad salmos al SEÑOR, porque ha hecho cosas magníficas; [sea] sabido esto por toda la tierra.
El SEÑOR, tú [eres] mi Dios; te alabaré, y ensalzaré tu nombre, porque has hecho maravillas, los consejos antiguos, la verdad firme.
Cantad al SEÑOR un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis al mar, y cuanto hay en él, [las] islas y los moradores de ellas.
A ordenar en Sion a los enlutados, para darles gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar del luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío del SEÑOR, para gloria suya.
De las misericordias del SEÑOR haré memoria, de las alabanzas del SEÑOR, conforme a todo lo que el SEÑOR nos ha dado, y de la grandeza de su beneficencia a la Casa de Israel, que les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus miseraciones.
Cantad al SEÑOR, load al SEÑOR; porque ha librado el alma del pobre de mano de los malignos.
Porque la higuera no florecerá, ni en las vides habrá fruto; la obra de la oliva mentirá, y los labrados no darán mantenimiento; las ovejas serán taladas de la majada, y en los corrales no habrá vacas; pero yo en el SEÑOR me alegraré, y en el Dios de mi salud me gozaré.
Alégrate mucho, hija de Sion; [da voces de] júbilo, hija de Jerusalén; he aquí, tu Rey vendrá a ti, Justo y Salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, así sobre un pollino hijo de asna.
Y las personas que iban delante, y las que iban detrás, aclamaban diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dice: Sí; ¿nunca leisteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?
Entonces María dijo: engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se alegró en Dios mi Salud,
Y repentinamente hubo con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, que alababan a Dios, y decían: Gloria en las alturas a Dios, Y en la tierra paz, y en el hombre buena voluntad.
Y cuando llegaron ya cerca de la bajada del monte de las Olivas, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzaron a alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habían visto, diciendo: ¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor; paz en [el] cielo, y gloria en [lo] altísimo!
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad; porque también el Padre tales [adoradores] busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en Espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Y perseverando unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la Iglesia los que habían de ser salvos.
Mas a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos [a Dios]; y los que estaban presos los oían. Entonces fue hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos soltaron.
pero que los gentiles glorifiquen a Dios por la misericordia; como está escrito: Por tanto yo te confesaré [a ti] entre los gentiles, y cantaré a tu Nombre.
¿Qué hay pues, hermanos? Cuando os juntáis, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación; hágase todo para edificación.
Bendito [sea] el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, [el] Cristo, el Padre de misericordias, y el Dios de toda consolación, el que nos consuela en todas nuestras tribulaciones, [para] que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.
Y no os embriaguéis de vino, en lo cual hay disolución; mas sed llenos de Espíritu; hablando entre vosotros con salmos, y con himnos, y canciones espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando gracias siempre de todo al Dios y Padre en el Nombre del Señor nuestro, Jesús, [el] Cristo;
llenos de fruto de justicia, que [son] por Jesús, el Cristo, a gloria y loor de Dios.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en esto ejercitaos.
dando gracias al Padre que nos hizo dignos para participar en la herencia de los santos en luz;
La palabra del Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con salmos e himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor. Y todo lo que hagáis, sea de palabra, o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias al Dios y Padre por él.
Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Por tanto, al Rey para siempre, inmortal, invisible, al único sabio Dios, [sea] honor y gloria por [los] siglos de [los] siglos. Amén.
Así que, hermanos, teniendo atrevimiento para entrar en el Santuario por la sangre de Jesús, [el] Cristo, por el camino que él nos consagró nuevo, y vivo, por el velo, es a saber, por su carne, y [teniendo] aquel Gran Sacerdote, sobre la casa de Dios, lleguémonos con corazón verdadero, y con fe llena, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia
Así que, tomando el Reino inmóvil, retengamos la gracia por la cual sirvamos a Dios, agradándole con temor y reverencia.
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Cristo, que según su grande misericordia nos ha engendrado de nuevo en esperanza viva, por la resurrección de Jesús, el Cristo, de los muertos:
Mas vosotros sois el linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que mostréis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.
Si alguno habla, [hable] conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme a la virtud que Dios suministra; para que en todas [las] cosas sea Dios glorificado por Jesús el Cristo, al cual es gloria e imperio para siempre jamás. Amén.
Mas creced en la gracia, y [el] conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesús, el Cristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
Mirad cuál caridad nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a él.
[A] aquel, pues, que es poderoso para guardaros sin pecado, y presentaros delante de su gloria irreprensibles, con grande alegría, [al] Dios único sabio, nuestro Salvador, sea gloria y magnificencia, imperio y potencia, ahora y en todos los siglos. Amén.
y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre: a él sea gloria e imperio para siempre jamás. Amén.
Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor; y de dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día ni noche, diciendo: Santo, Santo, Santo el Señor Dios Todopoderoso, el que era, y que es, y que ha de venir. Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que está sentado en el trono, al que vive para siempre jamás; los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás; y echaban sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas.
que decían a alta voz: El Cordero que fue muerto es digno de tomar potencia, y riquezas, y sabiduría, y fortaleza, y honra, y gloria, y bendición. Y oí a toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está sobre el mar, y todas las cosas que están en él, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea alabanza, honra, y gloria, y potencia, para siempre jamás.
Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas naciones y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de luengas ropas blancas, y palmas en sus manos; y clamaban a alta voz, diciendo: Salvación al que está sentado sobre el trono de nuestro Dios, y al Cordero. Y todos los ángeles estaban alrededor del trono, y de los ancianos, y de los cuatro animales; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria, la sabiduría, y la acción de gracias, la honra, la potencia y la fortaleza, sean a nuestro Dios para siempre jamás. Amén.
diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu grande potencia, y has reinado.
Y oí una grande voz en el cielo que decía: Ahora es hecha en el cielo salvación, y virtud, y Reino de nuestro Dios, y potencia de su Cristo; porque el acusador de nuestros hermanos es ya derribado, el cual los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la Palabra de su testimonio; y no han amado sus vidas hasta la muerte.
Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso. Tus caminos son justos y verdaderos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y engrandecerá tu Nombre? Porque tú sólo eres Santo; por lo cual todos los gentiles vendrán, y adorarán delante de ti, porque tus juicios son manifestados.
Después de estas cosas oí una gran voz de gran compañía en el cielo, que decía: Alelu-JAH. Salvación y honra y gloria y potencia al Señor Dios nuestro,
Y salió una voz del trono, que decía: Load a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran compañía, y como ruido de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decían: ¡Alelu-JAH, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso ha reinado!
Venid, alegrémonos al SEÑOR; cantemos con júbilo a la roca de nuestra salud. Lleguemos ante su presencia con alabanza; cantemos a El con júbilo.
Cantad con júbilo al SEÑOR, toda la tierra; levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos. Cantad salmos al SEÑOR con arpa; con arpa y voz de cántico. Con trompetas y sonido de shofar, jubilad delante del SEÑOR el rey.
Reinará el SEÑOR para siempre; tu Dios, oh Sion, por generación y generación. Alelu-JAH.
Y cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria del SEÑOR sobre la Casa, cayeron en tierra en el solado sobre sus rostros, y adoraron, confesando al SEÑOR [diciendo]: Que [es] bueno, que su misericordia es para siempre.
Y Daniel habló, y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglo hasta siglo; porque suya es la sabiduría y la fortaleza.
tomaron ramos de palmas, y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna, Bendito el que viene en el Nombre del Señor, el Rey de Israel!
Alelu-JAH. Cantad al SEÑOR canción nueva; su alabanza [sea] en la congregación de los misericordiosos. Alégrese Israel con su Hacedor; los hijos de Sion se gocen con su Rey. Alaben su Nombre con baile; con adufe y arpa canten a él.
Ensalzamientos de Dios [modularán] en sus gargantas; y espadas de dos filos [habrá] en sus manos;
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