Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice entonces al paralítico -: 'Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa'.'
Y aquellos hombres, maravillados, decían: '¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?'
Recorría Yeshúa toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Su fama llegó a toda Siria; y le trajeron todos los que se encontraban mal con enfermedades y sufrimientos diversos, endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curó.
Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente.Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.'
el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
Y sucedió que cuando acabó Yeshúa estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.
Un día que estaba enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Yerushalaim. El poder del Señor le hacía obrar curaciones.
- ¿Quién es ése que viene de Edom, de Bosrá, con ropaje teñido de rojo? ¿Ese del vestido esplendoroso, y de andar tan esforzado? - Soy yo que hablo con justicia, un gran libertador.
Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; él expulsó a los espíritus con una palabra, y curó a todos los enfermos, para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías:=El tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades.=
De ahí que pueda también salvar perfectamente a los que por él se llegan a Di-s, ya que está siempre vivo para interceder en su favor.
Díceles: '¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?' Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza. Y aquellos hombres, maravillados, decían: '¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?'
constituido Hijo de Di-s con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos, Yeshúa HaMashiaj Señor nuestro,
=cómo Di-s=a Yeshúa de Nazaret=le ungió con el Espíritu Santo=y con poder, y cómo él pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el Diablo, porque Di-s estaba con él;
A éste le ha exaltado Di-s con su diestra como Jefe y Salvador, para conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados.
mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Mesias, fuerza de Di-s y sabiduría de Di-s.
Yeshúa recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando todo enfermedad y toda dolencia.
Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Y a la cuarta vigilia de la noche vino él hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: 'Es un fantasma', y de miedo se pusieron a gritar. Pero al instante les habló Yeshúa diciendo: '¡Animo!, que soy yo; no temáis.'
Los hombres de aquel lugar, apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le presentaron todos los enfermos. Le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaron salvados.
Y se le acercó mucha gente trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y otros muchos; los pusieron a sus pies, y él los curó. De suerte que la gente quedó maravillada al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban curados, los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Di-s de Israel.
Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Sepulcro no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.'
Díceles: 'Por vuestra poca fe. Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: 'Desplázate de aquí allá', y se desplazará, y nada os será imposible.' Yendo un día juntos por Galilea, les dijo Yeshúa: 'El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres;
'Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.' Pedro se acercó entonces y le dijo: 'Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?'
Yeshúa se acercó a ellos y les habló así: 'Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: '¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen.' Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.
Viendo Yeshúa la fe de ellos, dice al paralítico: 'Hijo, tus pecados te son perdonados.' Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: '¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Di-s sólo?' Pero, al instante, conociendo Yeshúa en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: '¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: 'Tus pecados te son perdonados', o decir: 'Levántate, toma tu camilla y anda?' Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -: 'A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.'' Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Di-s, diciendo: 'Jamás vimos cosa parecida.'
Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle. Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: 'Tú eres el Hijo de Di-s.'
El, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: '¡Calla, enmudece!' El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. Y les dijo: '¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?' Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: 'Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?'
Y llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas, pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Yeshúa, corrió y se postró ante él y gritó con gran voz: '¿Qué tengo yo contigo, Yeshúa, Hijo de Di-s Altísimo? Te conjuro por Di-s que no me atormentes.' Es que él le había dicho: 'Espíritu inmundo, sal de este hombre.' Y le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?' Le contesta: 'Mi nombre es Legión, porque somos muchos.' Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región. Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; y le suplicaron: 'Envíanos a los puercos para que entremos en ellos.' Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara - unos 2.0000 se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar. Los porqueros huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas; y salió la gente a ver qué era lo que había ocurrido. Llegan donde Yeshúa y ven al endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano juicio, y se llenaron de temor. Los que lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos. Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término. Y al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con él. Pero no se lo concedió, sino que le dijo: 'Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti.' El se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Yeshúa había hecho con él, y todos quedaban maravillados.
Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Yeshúa, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: 'Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré.' Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Yeshúa, dándose cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y decía: '¿Quién me ha tocado los vestidos?' Sus discípulos le contestaron: 'Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: '¿Quién me ha tocado?'' Pero él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante él y le contó toda la verdad. El le dijo: 'Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad.'
Y tomando la mano de la niña, le dice: '=Talitá kum=', que quiere decir: 'Muchacha, a ti te digo, levántate.' La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor.
Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos.
Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados.
Entonces él mandó a la gente acomodarse sobre la tierra y, tomando los siete panes y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran, y ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos pocos pececillos. Y, pronunciando la bendición sobre ellos, mandó que también los sirvieran. Comieron y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes siete espuertas. Fueron unos 4.000; y Yeshúa los despidió.
Yeshúa, mirándolos fijamente, dice: 'Para los hombres, imposible; pero no para Di-s, porque todo es posible para Di-s.'
Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.'
=El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos==y proclamar un año de gracia del Señor.=
Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros: '¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen.' Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.
Y sucedió que, estando en una ciudad, se presentó un hombre cubierto de lepra que, al ver a Yeshúa, se echó rostro en tierra, y le rogó diciendo: 'Señor, si quieres, puedes limpiarme.' El extendió la mano, le tocó, y dijo: 'Quiero, queda limpio.' Y al instante le desapareció la lepra.
Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados, - dijo al paralítico -: 'A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa'.'
Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Yerushalaim y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: 'Joven, a ti te digo: Levántate.' El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él=se lo dio a su madre.=
En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y dolencias, y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos.
Entonces les dijo: '¿Dónde está vuestra fe?' Ellos, llenos de temor, se decían entre sí maravillados: 'Pues ¿quién es éste, que impera a los vientos y al agua, y le obedecen?'
Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que no había podido ser curada por nadie, se acercó por detrás y tocó la orla de su manto, y al punto se le paró el flujo de sangre. Yeshúa dijo: '¿Quién me ha tocado?' Como todos negasen, dijo Pedro: 'Maestro, las gentes te aprietan y te oprimen.' Pero Yeshúa dijo: 'Alguien me ha tocado, porque he sentido que una fuerza ha salido de mí.' Viéndose descubierta la mujer, se acercó temblorosa, y postrándose ante él, contó delante de todo el pueblo por qué razón le había tocado, y cómo al punto había sido curada. El le dijo: 'Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz.'
Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Di-s y a curar.
Pero las gentes lo supieron, y le siguieron; y él, acogiéndolas, les hablaba acerca del Reino de Di-s, y curaba a los que tenían necesidad de ser curados.
y todos quedaron atónitos ante la grandeza de Di-s. Estando todos maravillados por todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos:
Regresaron los 72 alegres, diciendo: 'Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.' El les dijo: 'Yo veía a Satán caer del cielo como un rayo. Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño;
'Mirad, y voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto.'
Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Les dice Yeshúa: 'Llenad las tinajas de agua.' Y las llenaron hasta arriba. 'Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.' Ellos lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio
Porque, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere.
En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida. En verdad, en verdad os digo: llega la hora (ya estamos en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Di-s, y los que la oigan vivirán.
Les dijo Yeshúa: 'Yo soy el pan de la vida.El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.
'El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada.Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.
Yeshúa les habló otra vez diciendo: 'Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.'
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir.Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.'
Yeshúa le respondió: 'Yo soy la resurrección El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?'
En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.
Yo soy la vid; vosotros los sarmientos.El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.
Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí.En el mundo tendréis tribulación.Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo.'
Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado.
sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Yerushalaim, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.'
'Israelitas, escuchad estas palabras: A Yeshúa, el Nazoreo, hombre acreditado por Di-s entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Di-s hizo por su medio entre vosotros, como vosotros mismos sabéis,
'Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Di-s ha constituido Señor y Mesias a este Yeshúa a quien vosotros habéis crucificado.'
Pedro le dijo: 'No tengo plata ni oro; pero lo que tengo, te doy: en nombre de Yeshúa HaMashiaj, el Nazoreo, ponte a andar.'
sabed todos vosotros y todo el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de Yeshúa HaMashiaj, el Nazoreo, a quien vosotros crucificasteis y a quien Di-s resucitó de entre los muertos; por su nombre y no por ningún otro se presenta éste aquí sano delante de vosotros.
extendiendo tu mano para realizar curaciones, señales y prodigios por el nombre de tu santo siervo Yeshúa.'
Por mano de los apóstoles se realizaban muchas señales y prodigios en el pueblo... Y solían estar todos con un mismo espíritu en el pórtico de Salomón,
Venía haciendo esto durante muchos días. Cansado Pablo, se volvió y dijo al espíritu: 'En nombre de Yeshúa HaMashiaj te mando que salgas de ella.' Y en el mismo instante salió.
En efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte por un solo hombre ¡con cuánta más razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia, reinarán en la vida por un solo, por Yeshúa HaMashiaj!
sabiendo que Mesias, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más, y que la muerte no tiene ya señorío sobre él. Su muerte fue un morir al pecado, de una vez para siempre; mas su vida, es un vivir para Di-s.
Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Yeshúa de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Mesias de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros.
=¿Quién condenará?=¿Acaso Mesias Yeshúa, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Di-s, y que intercede por nosotros?
Y Di-s, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros mediante su poder.
Pero ¡gracias sean dadas a Di-s, que nos da la victoria por nuestro Señor Yeshúa HaMashiaj!
Pero él me dijo: 'Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza'. Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Mesias.
y cuál la soberana grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, conforme a la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Mesias, resucitándole de entre los muertos y sentándole a su diestra en los cielos, por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación y de todo cuanto tiene nombre no sólo en este mundo sino también en el venidero.
para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior, que Mesias habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor,
Por lo cual Di-s le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Yeshúa=toda rodilla se doble=en los cielos, en la tierra y en los abismos,=y toda lengua confiese=que Mesias Yeshúa es SEÑOR para gloria de Di-s Padre.
porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia.
pues Di-s tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos.
Porque en él reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente, y vosotros alcanzáis la plenitud en él, que es la Cabeza de todo Principado y de toda Potestad;
ya que os fue predicado nuestro Buena Noticia no sólo con palabras sino también con poder y con el Espíritu Santo, con plena persuasión. Sabéis cómo nos portamos entre vosotros en atención a vosotros.
Estos sufrirán la pena de una ruina eterna, alejados=de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,=
Es cierta y digna de ser aceptada por todos esta afirmación: Mesias Yeshúa vino al mundo a salvar a los pecadores; y el primero de ellos soy yo. Y si encontré misericordia fue para que en mí primeramente manifestase Yeshúa HaMashiaj toda su paciencia y sirviera de ejemplo a los que habían de creer en él para obtener vida eterna. Al Rey de los siglos, al Di-s inmortal, invisible y único, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
y que se ha manifestado ahora con la Manifestación de nuestro Salvador Mesias Yeshúa, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar vida e inmortalidad por medio del Buena Noticia
Por tanto, así como los=hijos=participan de la sangre y de la carne, así también participó él de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al Diablo, y libertar a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud.
Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado. Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna.
=el mismo que,=sobre el madero,=llevó nuestros pecados=en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la justicia;=con cuyas heridas habéis sido curados.=
Pues también Mesias, para llevarnos a Di-s, murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu.
Quien comete el pecado es del Diablo, pues el Diablo peca desde el principio.El Hijo de Di-s se manifestó para deshacer las obras del Diablo.
pues todo lo que ha nacido de Di-s vence al mundo.Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. Pues, ¿quien es el que vence al mundo sino el que cree que Yeshúa es el Hijo de Di-s?
Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Di-s, 'Aquel que es, que era y que va a venir', el Todopoderoso.
Únete al canal de BibliaTodo en tu app favorita: