Y les dijo: 'Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida de cada uno no está en la abundancia de las cosas, que posee(i)'.
Pues yo os digo, que todo aquel, que pusiere los ojos en una mujer para codiciarla(g), ya cometió adulterio en su corazón con ella.
Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno, y amará al otro; o al uno sufrirá, y al otro despreciará(z). No podéis servir a Dios y a las riquezas(a).
Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno, y amará al otro; o al uno se llegará, y al otro despreciará. No podéis servir a Dios y a las riquezas'.
Y además os digo: Que más fácil cosa es pasar un camello por el ojo de una aguja(s), que entrar un rico en el reino de los cielos'.
Mas Dios le dijo: ‘¡Necio!, esta noche te vuelven a pedir el alma(l); ¿lo que has allegado(m), para quién será?’ Así es el que atesora para sí, y no es rico en Dios(n)'.
Mas los fariseos, que eran avaros, oían todas estas cosas; y le escarnecían(o). Y les dijo: 'Vosotros sois los que os vendéis por justos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, abominación es delante de Dios.
No queráis atesorar para vosotros tesoros en la tierra, donde orín y polilla los consume, y en donde ladrones los desentierran, y roban. Mas atesorad para vosotros tesoros en el cielo, en donde no los consume orín ni polilla, y en donde ladrones no los desentierran, ni roban. Porque en donde está tu tesoro, allí está también tu corazón(x).
Vended lo que poseéis, y dad limosna(u). Haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos, que jamás falta, a donde el ladrón no llega(v), ni roe la polilla; Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.
Y Jesús le dijo, cuando le vio triste: '¡Cuán dificultosamente entrarán en el reino de Dios los que tienen los dineros! Porque más fácil cosa es pasar un camello por el ojo(n) de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios'.
Le preguntaban también los soldados, diciendo: 'Y nosotros ¿qué haremos?' Y les dijo: 'No maltratéis a nadie, ni le calumniéis, y contentaos con vuestro sueldo(l)'.
Porque ¿qué aprovecha un hombre(i), si granjeare todo el mundo, y se pierde él a sí mismo, y se daña a sí mismo?
Porque así es, como un hombre, que al partirse lejos, llamó a sus siervos, y les entregó sus bienes: Y dio al uno cinco talentos, y al otro dos, y al otro dio uno, a cada uno según su capacidad(j); y se partió luego(k). El que había recibido los cinco talentos(l), se fue a negociar con ellos, y ganó otros cinco. Asimismo el que había recibido dos, ganó otros dos. Mas el que había recibido uno, fue y cavó en la tierra, y escondió allí el dinero de su señor. Después de largo tiempo vino el señor de aquellos siervos, y los llamó a cuentas. Y llegando el que había recibido los cinco talentos, presentó otros cinco talentos, diciendo: 'Señor, cinco talentos me entregaste; he aquí otros cinco he ganado de más'. Su señor le dijo: 'Muy bien, siervo bueno y fiel; porque fuiste fiel en lo poco, te pondré sobre lo mucho; entra en el gozo de tu señor'. Y se llegó también el que había recibido los dos talentos, y dijo: 'Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado'. Su señor le dijo: 'Bien está, siervo bueno y fiel; porque fuiste fiel sobre lo poco, te pondré sobre lo mucho; entra en el gozo de tu señor'. Y llegando también el que había recibido un talento, dijo: 'Señor, sé(m) que eres un hombre de recia condición; siegas en donde no sembraste, y allegas en donde(n) no esparciste. Y temiendo, me fui, y escondí tu talento en tierra. He aquí tienes lo que es tuyo'. Y respondiendo su señor, le dijo: 'Siervo malo y perezoso, sabías que siego en donde no siembro, y que allego en donde no he esparcido; Pues debiste haber dado mi dinero a los banqueros, y viniendo yo hubiera recibido ciertamente con usura lo que era mío. Quitadle pues el talento, y dádselo al que tiene diez talentos. Porque será dado a todo el que tuviere, y tendrá más(o); mas al que no tuviere, le será quitado aun lo que parece que tiene. Y al siervo inútil echadlo en las tinieblas exteriores. Allí será el llorar, y el crujir de dientes'.
Por tanto os digo: no andéis afanados para vuestra alma, qué comeréis(b), ni para vuestro cuerpo, que vestiréis. ¿No es más el alma que la comida y el cuerpo más que el vestido?
Dad, y se os dará: buena medida, y apretada, y remecida, y colmada darán en vuestro seno(y). Porque con la misma medida con que midiereis, se os volverá a medir'.
Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, lanzad demonios. Graciosamente recibisteis; dad graciosamente.
Y el Señor le dijo: 'Ahora vosotros los fariseos limpiais lo de fuera del vaso y del plato; mas vuestro interior está lleno de rapiña(v) y de maldad. ¡Necios!, ¿el que hizo lo que está de fuera, no hizo también lo que está de dentro(w)? Esto no obstante, lo que resta(x), dad limosna; y todas las cosas os son limpias(y).
Buscad pues primeramente el reino de Dios, y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Y les contó una parábola, diciendo: 'El campo de un hombre rico había llevado abundantes frutos; Y él pensaba entre sí mismo, y decía: ‘¿Qué haré(j), porque no tengo en donde encerrar mis frutos?’ Y dijo: ‘Esto haré: derribaré mis graneros, y los haré mayores; y allí recogeré todos mis frutos, y mis bienes. Y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes allegados para muchísimos años. Descansa, come, bebe, ten banquetes(k)’. Mas Dios le dijo: ‘¡Necio!, esta noche te vuelven a pedir el alma(l); ¿lo que has allegado(m), para quién será?’
Dícenle: 'Del César'. Entonces les dijo: 'Pues pagad a César, lo que es del César; y a Dios, lo que es de Dios(x)'.
Y así todo lo que queréis que los hombres hagan con vosotros, hacedlo también vosotros con ellos; porque esta es la ley y los profetas(i).
Cuando esto oyó Jesús, le dijo: 'Aún te falta una cosa. Vende todo cuanto tienes, y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; y ven, y sígueme'.
Y el que fue sembrado entre las espinas, éste es, el que oye la palabra, pero los cuidados de este siglo, y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y queda infructuosa(q).
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