Esto es mi sangre del nuevo pacto que es derramada por muchos para el perdón de pecados.
De la misma manera, después de haber cenado, dijo acerca de la copa: Esta copa es el nuevo pacto mediante mi sangre que por causa de ustedes es derramada.
Pero ahora Jesucristo ha recibido un ministerio más excelente que el otro, como también el pacto del cual Él fue hecho mediador es más excelente, y fue dado con más excelentes promesas que el otro, porque si el primero hubiera sido sin defecto, no hubiera habido lugar para éste, que es el segundo,
Por lo cual, Él vino a ser mediador del nuevo pacto, para que por su muerte Él viniera a ser salvación para los que transgredieron el primer pacto, para que reciban la promesa los que han sido llamados a la herencia eterna,
'ESTE ES EL PACTO QUE LES DARÉ DESPUÉS DE AQUELLOS DÍAS, DECLARA YAHWEH: 'PONDRÉ MI LEY EN SUS MENTES, Y LA ESCRIBIRÉ EN SUS CORAZONES, Y NO RECORDARÉ SUS INIQUIDADES NI SUS PECADOS' '
No piensen que he venido a abolir la ley o los profetas, no he venido a abolir, sino a cumplir, porque de cierto les digo que hasta que los cielos y la Tierra dejen de ser, ni una yod[9] ni una tilde de la ley dejará de ser hasta que todo se cumpla.
Porque la promesa dada a Abraham y a su descendencia de que serían herederos del mundo, no fue dada mediante ley, sino mediante la justicia de su fe,
Hermanos míos, hablo en términos humanos: Un pacto entre hombres, una vez ratificado, nadie lo invalida ni le hace alguna modificación. Ahora bien, la promesa fue hecha a Abraham y a su Simiente. Él no le dijo: 'A tus simientes', como refiriéndose a muchos, sino como a uno: 'A TU SIMIENTE', la cual es el Cristo.
y si ustedes son del Cristo, son. por tanto, simiente de Abraham y herederos de acuerdo a la promesa.
Digo pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera! Porque yo también soy de Israel, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual conoció de antemano. ¿O no saben ustedes lo que dice la Escritura respecto a Elías, cuando se queja de Israel ante Dios, diciendo:
a causa de todas estas cosas, éste es un mejor pacto, del cual Jesús ha venido a ser su fiador.
porque los acusó, diciendo: 'HE AQUÍ, VIENEN DÍAS, DECLARA YAHWEH, EN QUE CONSUMARÉ UN NUEVO PACTO PARA LA FAMILIA DE LA CASA DE ISRAEL Y PARA LA FAMILIA DE LA CASA DE JUDÁ; NO COMO AQUEL PACTO QUE HICE CON SUS PADRES EL DÍA QUE LOS TOMÉ DE SU MANO Y LOS SAQUÉ DE LA TIERRA DE EGIPTO. POR CUANTO NO PERMANECIERON EN MI PACTO, TAMBIÉN YO LOS DESECHÉ, DECLARA YAHWEH. 'PERO ÉSTE ES EL PACTO QUE ESTABLECERÉ CON LA FAMILIA DE LA CASA DE ISRAEL DESPUÉS DE AQUELLOS DÍAS, DECLARA YAHWEH: PONDRÉ MI LEY EN SUS MENTES, Y LA ESCRIBIRÉ EN SUS CORAZONES, Y YO SERÉ SU DIOS, Y ELLOS SERÁN MI PUEBLO,
Registro genealógico de Jesucristo[1], hijo de David, hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zéraj, y Fares engendró a Hesrón, y Hesrón engendró a Aram. Aram engendró a Aminadab; Aminadab engendró a Najsón, y Najsón engendró a Salmón. Y Salmón engendró, de Rajab, a Boaz; Boaz engendró, de Rut, a Obed, y Obed engendró a Isaí. E Isaí engendró al rey David, y David engendró a Salomón de la que había sido esposa de Urías. Salomón engendró a Roboam; Roboam engendró a Abías, y Abías engendró a Asa. Asa engendró a Josafat; Josafat engendró a Joram, y Joram engendró a Uzías. Uzías engendró a Jotam; Jotam engendró a Acaz, y Acaz engendró a Ezequías. Ezequías engendró a Manasés; Manasés engendró a Amón, y Amón engendró a Josías. Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos cuando estaban bajo cautiverio en Babilonia. Después del cautiverio en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel engendró a Zorobabel. Zorobabel engendró a Abiud; Abiud engendró a Eliaquim, y Eliaquim engendró a Azor. Azor engendró a Sadoc; Sadoc engendró a Aquim, y Aquim engendró a Eliud. Eliud engendró a Eleazar; Eleazar engendró a Matán, y Matán engendró a Jacob. Jacob engendró a José, el esposo de Mariam, de quien nació Jesús, llamado el Cristo[2]. Por tanto, todas las generaciones desde Abraham hasta David fueron catorce generaciones; y desde David hasta el cautiverio en Babilonia, catorce generaciones; y desde el cautiverio en Babilonia hasta el Cristo, catorce generaciones.
y mostró misericordia a nuestros padres y recordó sus santos pactos, y los juramentos que hizo a nuestro padre Abraham, que nos concedería
Ustedes son los hijos de los profetas y del pacto que Dios concertó con nuestros padres, cuando dijo a Abraham: 'EN TU SIMIENTE SERÁN BENDITAS TODAS LAS NACIONES DE LA TIERRA'.
que son los hijos de Israel, a quienes pertenecen la adopción, la gloria, los pactos, la ley, el culto establecido en ella, las promesas y los patriarcas, y por medio de quienes apareció el Cristo en la carne, que es Dios sobre todas las cosas, a quien son nuestras alabanzas y nuestras bendiciones eternamente y para siempre. Amén.
porque todas las promesas de Dios en Él, en el Cristo, son sí, y por tanto, por medio de Él nosotros damos el amén para la gloria de Dios.
porque los que son de las obras de ley están bajo maldición, porque está escrito: 'MALDITO TODO AQUEL QUE NO PONGA POR OBRA TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN ESTA LEY'. Y es evidente que nadie es justificado por la ley ante Dios, porque está escrito: 'EL JUSTO SERÁ SALVO POR LA FE'. No obstante, la ley no procede de fe, sino que EL QUE PONGA POR OBRA LAS COSAS ESCRITAS EN ELLA, SERÁ SALVO POR ELLAS. Pero el Cristo nos ha rescatado de la maldición de la ley, al hacerse maldición por nosotros, porque está escrito: 'Maldito todo aquel que es colgado en un madero', para que la bendición de Abraham fuera sobre los gentiles por medio de Jesucristo, y nosotros recibiéramos la promesa del espíritu mediante la fe.
Y con esto, el espíritu santo daba a entender que no había sido revelado todavía el camino de los santos, mientras el primer tabernáculo permaneciera en pie. Y ésta es la figura: en aquel tiempo eran presentadas ofrendas y sacrificios que no podían hacer perfecta la conciencia del que los ofrecía,
Y les digo que de ahora en adelante no beberé de este fruto de la vid hasta el día cuando lo beba nuevo con ustedes en el reino de Dios.
Bendito es Yahweh, el Dios de Israel, porque ha visitado y ha dado salvación a su pueblo. Él ha levantado para nosotros un poder de salvación en la casa de David su siervo,
porque la promesa fue para ustedes, para sus hijos y para todos los que están lejos, a los que Dios llame.
Y en esto no hay distinción entre judíos y gentiles, porque uno es el Señor de todos ellos, que es generoso para con todo aquel que lo invoca: porque TODO EL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERÁ SALVO.
pero ustedes son linaje escogido, para que sirvan como sacerdotes para el reino; pueblo santo, congregación redimida para que anuncien las glorias de Aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable,
Por esta razón, somos justificados por la fe que es por gracia, para que la promesa sea firme para toda su descendencia, no solamente para los que se basan en la ley, sino también para los que son de fe de Abraham, que es el padre de todos nosotros.
Hermanos míos, hablo en términos humanos: Un pacto entre hombres, una vez ratificado, nadie lo invalida ni le hace alguna modificación.
pero al llegar el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo nacido de mujer y que estaba bajo ley, para redimir a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos,
No piensen que he venido a abolir la ley o los profetas, no he venido a abolir, sino a cumplir,
'ESTE ES EL PACTO QUE LES DARÉ DESPUÉS DE AQUELLOS DÍAS, DECLARA YAHWEH: 'PONDRÉ MI LEY EN SUS MENTES, Y LA ESCRIBIRÉ EN SUS CORAZONES,
y entonces todo Israel será salvo, como está escrito: 'VENDRÁ A SIÓN EL REDENTOR Y APARTARÁ LA INIQUIDAD DE JACOB, Y ENTONCES TENDRÁN UN PACTO CONMIGO, CUANDO LES HAYA PERDONADO SUS PECADOS'.
'HE AQUÍ MI SIERVO EN QUIEN ME HE COMPLACIDO; MI AMADO, A QUIEN MI ALMA HA DESEADO. PONDRÉ MI ESPÍRITU SOBRE ÉL Y ANUNCIARÁ JUICIO A LAS NACIONES.
sabiendo que no con plata ni con oro, que se deterioran, fueron redimidos de sus vanas acciones, las cuales recibieron de sus padres, sino con la preciosa sangre del Cordero sin mancha y sin contaminación, que es el Cristo,
¿Qué diremos, pues, acerca de esto? Si Dios está a favor nuestro, ¿quién contra nosotros?
Vayan, pues, y aprendan lo que significa: 'COMPASIÓN QUIERO, NO SACRIFICIO', porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Así pues, por cuanto somos justificados por medio de la fe, tenemos paz para con Dios mediante nuestro Señor Jesucristo, por quien fuimos acercados por medio de la fe a esta gracia en la que estamos, y nos deleitamos en la esperanza de la gloria de Dios;
Y cuando hagamos lo que es bueno, no nos cansemos, porque llegará el tiempo de cosechar, y ya no nos cansaremos.
Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; toquen a la puerta, y se les abrirá; porque todo el que pida recibirá, y el que busque, hallará, y al que toque a la puerta, se le abrirá.
Porque no me avergüenzo del Evangelio, pues es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree en Él, ya sea de los judíos primeramente, ya sea de los gentiles; porque por medio de Él es revelada la justicia de Dios por fe para fe. Como está escrito: 'EL JUSTO SERÁ SALVO POR LA FE'.
Busquen, pues, primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
Y el Dios de paz, que por medio de la sangre del pacto eterno levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran Pastor del rebaño, los haga madurar en toda buena obra, para que hagan su voluntad, haciendo Él en nosotros lo que es agradable en su presencia por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria eternemente y para siempre. Amén.
Al marcharse Jesús de allí, vio a un varón llamado Mateo sentado en el lugar de los tributos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, lo siguió. Y mientras ellos se encontraban sentados a la mesa en la casa, muchos publicanos y pecadores llegaron y se sentaron a la mesa con Jesús y sus discípulos.
Pero no es que la palabra de Dios haya fallado, porque no todos los que pertenecen a Israel, son Israel,
no dudó de la promesa de Dios como un incrédulo, sino como fortaleciéndose en fe, dio gloria a Dios,
Pero los frutos del espíritu son: amor, gozo, paz, paciencia, afabilidad, bondad, confianza, humildad, dominio de sí mismo. Contra tales cosas no hay ley,
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