porque esto es mi sangre, la de la nueva alianza, la cual es derramada por muchos para remisión de pecados.
Asimismo también el vaso, después de cenar, diciendo: Es te vaso es el nuevo testamento en mi sangre que por vosotros es derramada.
Más ahora Jesús ha conseguido tanto superior ministerio cuanto también de mejor alianza es mediador la cual está Constituida sobre mejores promesas. Si, en efecto, aquella primera alianza fuera intachable, no se buscaría lugar de la segunda. Porque reprochándoles dice (Jere. 31:31):
Y por eso es mediador de testamento nuevo, para que venida la muerte para la redención de los pecados cometidos bajo el primer testamento, reciban los llamados la mesa de la eterna herencia.
Esta es la alianza que concluiré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en los corazones de ellos, y las inscribiré en los pensamientos de ellos, y de los pecados y de las iniquidades de ellos ya no me acordaré.
y así todo Israel será salvado, como está escrito (Is. 59:20-21, cf. 27-29): Vendrá de Sión el que libra, y apartará de Jacob la impiedad, y éste es el pacto de mi parte con ellos, cuando quitaré los pecados de ellos.
No penséis que vine para abrogar la Ley o los Profetas ; no vine para abrogar, sino para cumplir. En verdad, pues, os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde pasará de la ley hasta que todo sea hecho.
porque no es por ley que fué hecha a Abraham o a su linaje la promesa que él sería heredero del mundo, sino por justicia de fe.
Hermanos, como hombre digo: aunque de hombre una vez celebrado un contrato, nadie lo anula, ni le hace adición. A Abraham fueron dichas las promesas, a él y a su simiente: no dice: y a las simientes, como por muchas, sino como por una: Y a tu simiente, que es Cristo. (Gen. 13:15; 17:8).
Si, pues, vosotros sois de Cristo, en consecuencia sois simiente de Abraham, según la promesa, herederos.
Mas con respecto a Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo desobediente y contradictor (65:2). Digo pues: ¿Desechó Dios a su pueblo? No, por cierto, y en efecto yo soy israelita, del linaje de Abraham, de la tribu de Benjamín.
He aquí vienen días, dice el Señor concluiré con la casa de Israel y con la Casa de David alianza nueva, no como la alianza que hice con los padres de ellos en el día que los tomé por la mano para sacarlos de tierra de Egipto, porque ellos no permanecieron en mi alianza y yo me disgusté de ellos, dice el Señor. Por lo cual esta es la alianza que celebraré con la casa de Israel, después de aquellos días, dice el Señor, dando mis leyes en la mente de ellos y sobre el corazón de ellos las escribiré, y les seré por Dios, y ellos me serán por pueblo
Libro genealógico de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judas y a sus hermanos. Judas engendró de Thamar a Fares y a Zara; Fares engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, Aram engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naason, Naason engendró a Salmón, Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Ruth a Obed, Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David el rey, David el rey engendró a Salomón, de la de Urías, Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abía, Abía engendró a Asa, Asa engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatam, Joatam engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manases, Manases engendró a Amón, Amón engendró a Josías, Josías engendró a Jeconías ya sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquim, Eliaquim engendró a Azor, Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matan, Matan engendró a Jacob, Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús el dicho Cristo. Así que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones; y desde David hasta la deportación de Babilonia,. catorce generaciones; y desde la deportación de Babilonia hasta el Cristo, catorce generaciones.
para tener misericordia de nuestros padres, y acordarse de su alianza santa, juramento que hizo a Abraham, padre nuestro, de darnos que,
Vosotros sois los hijos de los profetas y de la alianza que Dios celebró con nuestros padres, diciendo a Abraham (Gen. 22:18): Y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra.
los cuales son israelitas, de los cuales son la adopción y la gloria y las alianzas y la legislación y el culto y las promesas, cuyos son los padres y de los cuales es el Cristo por lo que es según la carne. El que es sobre todo sea Dios bendito por los siglos de los siglos! Amén.
porque cuantas promesas de Dios hay en él son sí; por eso también por él el amén para gloria a Dios por nosotros.
Cuantos, pues, dependen de obras de ley, bajo maldición están, porque está escrito (Deut. 27:26): Maldito todo aquel que no permanece en todas las cosas que están escritas en el libro de la Ley para hacerlas. Que por ley nadie es justificado para con Dios es evidente, porque el justo de fe vivirá (Hab. 2:4). La Ley no es de la fe, mas el que hiciere estas cosas vivirá por ellas (Levit. 18:5). Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, hecho por nosotros maldición, porque está escrito (Deut. 21:23): Maldito todo hombre colgado al madero, para que a los gentiles la bendición de Abraham les venga en Cristo Jesús, para que recibamos la promesa del Espíritu por la fe.
mostrando el Espíritu Santo esto que aun no ha sido manifestada la vía del Santísimo, mientras que la primera tienda está en pie, la cual es parábola para el momento presente, según la cual se ofrecen dones y sacrificios que no pueden hacer perfecto concienzudamente al que hace el servicio
Os digo que no beberé desde ahora de este fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque visitó su pueblo, y le dio redención, y nos suscitó un cuerno de salvación en la casa de David, su siervo,
A vosotros pues es hecha la promesa, y a vuestros hijos y a todos los que están lejos, a cuantos quiera que llamare el Señor nuestro Dios.
Porque no hay diferencia de judío y de griego, el mismo en verdad es Señor de todos, siendo rico para todos los que lo invocan, porque todo el que invocare el nombre del Señor será salvado.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo en adquisición, para que anunciéis las virtudes de aquel que de las tinieblas os llamó a su admirable luz,
Por tanto es de fe, a fin de que sea gratuitamente, de suerte que sea firme la promesa a todo el linaje, no solamente al de la Ley, sino también al de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros,
Hermanos, como hombre digo: aunque de hombre una vez celebrado un contrato, nadie lo anula, ni le hace adición.
mas cuando vino el cumplimiento del tiempo, envió Dios al hijo de él nacido de mujer, nacido bajo la ley, a fin de que redimiese a los que estaban bajo la ley para que recibiésemos la adopción de hijos.
No penséis que vine para abrogar la Ley o los Profetas ; no vine para abrogar, sino para cumplir.
Esta es la alianza que concluiré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en los corazones de ellos, y las inscribiré en los pensamientos de ellos,
En efecto, no quiero que vosotros, hermanos, ignoréis este misterio, a fin de que no seáis presuntuosos en vosotros, que ha habido endurecimiento en parte a Israel hasta que la plenitud de los gentiles haya entrado, y así todo Israel será salvado, como está escrito (Is. 59:20-21, cf. 27-29): Vendrá de Sión el que libra, y apartará de Jacob la impiedad, y éste es el pacto de mi parte con ellos, cuando quitaré los pecados de ellos.
He aquí mi siervo a quien escogí, mi amado, en quien se complació mi alma; pondré mi espíritu sobre él, y juicio a los gentiles anunciará.
sabiendo que no es con cosas destructibles, plata u oro que fuisteis librados de vuestra vana conducta tradicional, sino con preciosa sangre como de cordero inmaculado, intachable, de Cristo
Id, pues, aprended qué es: Misericordia quiero y no sacrificio (Os. 6:6). No vine, pues, a llamar justos, sino pecadores a conversión (Le. 5:32).
Justificados, pues, por fe tenemos paz con Dios por nuestro Señor Jesu-Cristo por quien hemos tenido el acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos, y nos alabamos en esperanza de la gloria de Dios.
Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis; llamad, y se os abrirá, porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
porque no me avergüenzo del evangelio porque es potencia de Dios para salvación a todo el que cree, a judío primeramente y a griego, porque justicia de Dios en él se revela de fe en fe, como está escrito (Hab. 2:4): El justo de fe vivirá.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y la justicia de él, y todas éstas cosas se os darán por añadidura.
El Dios de la paz que ha traído de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas con la sangre de una alianza eterna, a nuestro Señor Jesu-Cristo, os haga aptos en todo bien para hacer la voluntad de él, haciendo en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesu-Cristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Y pasando de allí, Jesús vio a un hombre sentado en el banco de los impuestos, dicho Mateo ; y le dice: Sigúeme. Y levantándose le siguió. Y aconteció que estando él a la mesa en la casa he aquí muchos publicanos y pecadores vinieron y se ponían a la mesa con Jesús y sus discípulos.
No es tal que haya fallado la palabra de Dios, porque no todos los de Israel son Israel,
mas cuanto a la promesa de Dios no vaciló por la desconfianza, sino que fué confortado en la fe, dando gloria a Dios
Mas el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, longanimidad, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre, continencia, contra las tales cosas no hay ley.
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