La época de la navidad es un excelente momento para reflexionar sobre el gran amor que Dios mostró por nosotros al enviar a su hijo Jesús al mundo. También es un momento magnífico para compartir ese mensaje y ese amor con los que nos rodean. Recordemos que la Navidad es una de las fiestas más importantes que celebra el cristianismo, junto con la Pascua de Resurrección y Pentecostés: el Nacimiento de Jesucristo en Belén. En esta época solemos ser más receptivos y consientes sobre lo que tenemos y lo que sentimos también, seamos agradecidos con Dios por todo lo que nos regaló durante el año. Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. (Isaías 9:6) Que está navidad las promesas de Dios nos animen a vivir de una manera diferente, que apreciemos el valor de su sangre en la cruz, para rechazar toda tendencia secular mundana, y que florezca en nosotros el espíritu de bondad y generosidad, rico en amor y dotado de toda la paciencia que recibimos en el Bautismo. Recordemos que para estar de pie en la vida, tendremos que estar de rodillas ante Dios.
Jesús nació en Belén un pueblo de Judea, durante el reinado de Herodes. Por entonces llegaron a Jerusalén, procedentes de Oriente, unos sabios,Al ver la estrella, se llenaron de alegría.Entraron entonces en la casa, vieron al niño con su madre María y, cayendo de rodillas, lo adoraron. Sacaron luego los tesoros que llevaban consigo y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Y advertidos por un sueño para que no volvieran adonde estaba Herodes, regresaron a su país por otro camino.Cuando se marcharon los sabios, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: — Levántate, toma al niño y a su madre, huye con ellos a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. José se levantó, tomó al niño y a la madre en plena noche y partió con ellos camino de Egipto,donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo. Al darse cuenta Herodes de que se habían burlado de él aquellos sabios, montó en cólera y mandó matar en Belén y sus alrededores a todos los niños menores de dos años, conforme al tiempo que calculó a partir de los informes de los sabios.Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías:En Ramá ha resonado un clamor de muchos llantos y lamentos. Es Raquel, que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque están muertos. Después de muerto Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José, en Egipto,que preguntaban: — ¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Nosotros hemos visto aparecer su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.
Pero el ángel le dijo: — No tengas miedo, María, pues Dios te ha concedido su gracia.Vas a quedar embarazada, y darás a luz un hijo, al cual pondrás por nombre Jesús.
Por esta razón, también José, que era descendiente del rey David, se dirigió desde Nazaret, en la región de Galilea, a Belén, la ciudad de David, en el territorio de Judea,El niño iba creciendo y robusteciéndose; estaba lleno de sabiduría y gozaba del favor de Dios.Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén, a celebrar la fiesta de la Pascua.Cuando el niño cumplió doce años, subieron juntos a la fiesta, como tenían por costumbre.Una vez terminada la fiesta, emprendieron el regreso. Pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo advirtieran.Pensando que iría mezclado entre la caravana, hicieron una jornada de camino y al término de ella comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos.Y como no lo encontraron, regresaron a Jerusalén para seguir buscándolo allí.Por fin, al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas.Cuantos lo oían estaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas.Sus padres se quedaron atónitos al verlo; y su madre le dijo: — Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados buscándote.Jesús les contestó: — ¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?para empadronarse allí juntamente con su esposa María, que se hallaba embarazada.
Y sucedió que, mientras estaban en Belén, se cumplió el tiempo del alumbramiento.Y María dio a luz a su primogénito; lo envolvió en pañales y lo puso en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
Por eso, así dice el Señor del universo: He pensado refinarlos y probarlos, ¿qué otra cosa puedo hacer con su maldad?
El ángel le contestó: — El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Dios Altísimo te envolverá. Por eso, el niño que ha de nacer será santo, será Hijo de Dios.
Y cuando dé a luz a su hijo, tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.Todo esto sucedió en cumplimiento de lo que el Señor había dicho por medio del profeta:Una virgen quedará embarazada y dará a luz un hijo, a quien llamarán Emmanuel, que significa “Dios con nosotros”.
Entraron entonces en la casa, vieron al niño con su madre María y, cayendo de rodillas, lo adoraron. Sacaron luego los tesoros que llevaban consigo y le ofrecieron oro, incienso y mirra.
Y María dio a luz a su primogénito; lo envolvió en pañales y lo puso en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
Pero el ángel les dijo: — No tengan miedo, porque vengo a traerles una buena noticia, que será causa de gran alegría para todo el pueblo.En la ciudad de David les ha nacido hoy un Salvador, que es el Mesías, el Señor.
Pero, al llegar el momento cumbre de la historia, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo el régimen de la ley,para liberarnos del yugo de la ley y alcanzarnos la condición de hijos adoptivos de Dios.
Todo esto sucedió en cumplimiento de lo que el Señor había dicho por medio del profeta:Una virgen quedará embarazada y dará a luz un hijo, a quien llamarán Emmanuel, que significa “Dios con nosotros”.
Y la Palabra se encarnó y habitó entre nosotros; y vimos su gloria, la que le corresponde como Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Para aumentar el señorío con una paz sin fronteras sobre el trono de David; lo asentará en todo su territorio con seguridad y firmeza, con justicia y con derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor del universo piensa ejecutar todo esto. El Señor ha mandado un aviso a Jacob, que caerá sobre Israel.
Por esta razón, también José, que era descendiente del rey David, se dirigió desde Nazaret, en la región de Galilea, a Belén, la ciudad de David, en el territorio de Judea,El niño iba creciendo y robusteciéndose; estaba lleno de sabiduría y gozaba del favor de Dios.Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén, a celebrar la fiesta de la Pascua.Cuando el niño cumplió doce años, subieron juntos a la fiesta, como tenían por costumbre.Una vez terminada la fiesta, emprendieron el regreso. Pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo advirtieran.Pensando que iría mezclado entre la caravana, hicieron una jornada de camino y al término de ella comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos.Y como no lo encontraron, regresaron a Jerusalén para seguir buscándolo allí.Por fin, al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas.Cuantos lo oían estaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas.Sus padres se quedaron atónitos al verlo; y su madre le dijo: — Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados buscándote.Jesús les contestó: — ¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?para empadronarse allí juntamente con su esposa María, que se hallaba embarazada.Pero ellos no comprendieron lo que les decía.Después el niño regresó a Nazaret con sus padres y siguió sujeto a ellos. En cuanto a su madre, guardaba todas estas cosas en lo íntimo de su corazón.Y Jesús crecía, y con la edad aumentaban su sabiduría y el favor de que gozaba ante Dios y la gente.Y sucedió que, mientras estaban en Belén, se cumplió el tiempo del alumbramiento.Y María dio a luz a su primogénito; lo envolvió en pañales y lo puso en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
En aquel mismo instante apareció junto al ángel una multitud de otros ángeles del cielo, que alababan al Señor y decían:— ¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que gozan de su favor!
Por eso el Señor abandonará a los suyos hasta que dé a luz la que ha de dar a luz. Y el que aún quede de sus hermanos volverá a reunirse con el pueblo de Israel.
El nacimiento de Jesús, el Mesías, fue así: María, su madre, estaba prometida en matrimonio a José; pero antes de convivir con él quedó embarazada por la acción del Espíritu Santo.José, su esposo, que era un hombre justo, no quiso denunciarla públicamente, sino que decidió separarse de ella de manera discreta.
Luego los ángeles volvieron al cielo, y los pastores se decían unos a otros: — Vamos a Belén, a ver eso que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.Fueron a toda prisa y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en el pesebre.
Aclama al Señor tierra entera, griten de júbilo, alégrense, canten.Canten al Señor con la cítara, con la cítara y con voz melodiosa;con clarines y al son de trompetas, aclamen al Señor, el rey.
Un rebrote saldrá del tocón de Jesé, de sus raíces brotará un renuevo. Aquel día la raíz de Jesé será el estandarte de los pueblos, a ella acudirán las naciones y será esplendorosa su morada. Aquel día tenderá otra vez su mano el Señor y rescatará al resto de su pueblo: lo que quedó de Asiria y de Egipto, de Patros, de Cus y de Elam, de Senaar, de Jamat y de las islas. Alzará un estandarte a las naciones y reunirá a los dispersos de Israel, congregará a los diseminados de Judá de los cuatro extremos de la tierra. Acabarán los celos de Efraín, cesará la enemistad de Judá; Efraín no tendrá celos de Judá, Judá no oprimirá a Efraín. Juntos atacarán por occidente a Filistea, unidos saquearán a la gente de oriente. Su mano caerá sobre Edom y Moab, los de Amón serán sus vasallos.El Señor secará el canal de Egipto, descargará su mano contra el Éufrates, su potente aliento lo golpeará, dividiéndolo en siete riachuelos, y podrá ser cruzado en sandalias. Existirá una calzada para el resto de mi pueblo, para el resto que quedó de Asiria, lo mismo que la hubo para Israel el día que salió de Egipto.El espíritu del Señor en él reposará: espíritu de inteligencia y sabiduría, espíritu de consejo y de valor, espíritu de conocimiento y de respeto al Señor. Se inspirará en el respeto al Señor.
Vas a quedar embarazada, y darás a luz un hijo, al cual pondrás por nombre Jesús.Un hijo que será grande, será Hijo del Altísimo. Dios, el Señor, le entregará el trono de su antepasado David,reinará eternamente sobre la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin.
Los pastores se volvieron dando gloria a Dios y alabándolo por lo que habían visto y oído, pues todo había sucedido tal y como se les había anunciado.
Multiplicas el gozo, aumentas la alegría; se alegran ante ti igual que al cosechar, lo mismo que gozan al repartir el botín.
Simeón los bendijo y anunció a María, la madre del niño: — Mira, este niño va a ser causa en Israel de que muchos caigan y otros muchos se levanten. Será también signo de contradicciónpuesto para descubrir los pensamientos más íntimos de mucha gente. En cuanto a ti, una espada te atravesará el corazón.
Y advertidos por un sueño para que no volvieran adonde estaba Herodes, regresaron a su país por otro camino.
Y lo mismo que los hijos comparten una misma carne y sangre, también Jesús las compartió para poder así, con su muerte, reducir a la impotencia al que tiene poder para matar, es decir, al diablo,y liberar a quienes el miedo a la muerte ha mantenido de por vida bajo el yugo de la esclavitud.
Canten al Señor un cántico nuevo, que cante al Señor la tierra entera;Digan a las naciones: “El Señor es rey”. El universo está seguro, no se derrumbará. Él juzgará con rectitud a los pueblos.Que se alegre el cielo y se goce la tierra, que retumbe el mar y cuanto lo llena;que el campo entero se llene de gozo, que griten de júbilo los árboles del bosque,delante del Señor que viene dispuesto a gobernar la tierra. Él juzgará al universo con justicia y a los pueblos con su fidelidad.canten al Señor, bendigan su nombre; pregonen su salvación día tras día.Pregonen su gloria entre las naciones, sus prodigios entre todos los pueblos.
Tanto amó Dios al mundo, que no dudó en entregarle a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino tenga vida eterna.
Entonces dijo María: — Todo mi ser ensalza al Señor. Mi corazón está lleno de alegría a causa de Dios, mi Salvador,
¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, que ha venido a auxiliar y a dar la libertad a su pueblo! Nos ha suscitado un poderoso salvador de entre los descendientes de su siervo David.Eran los dos de edad muy avanzada y no tenían hijos, porque Isabel era estéril.Esto es lo que había prometido desde antiguo por medio de sus santos profetas:
donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
¡Álzate radiante, que llega tu luz, la gloria del Señor clarea sobre ti! Extranjeros levantarán tus muros, sus reyes estarán a tu servicio; cierto que te herí en mi cólera, pero ahora te quiero complacido. Tus puertas estarán siempre abiertas, no se cerrarán ni de noche ni de día, para traerte las riquezas de los pueblos, que vendrán guiados por sus reyes. El pueblo y el reino que no te sirvan acabarán en ruinas, serán desolados. A ti acudirá la pompa del Líbano, cipreses, abetos y pinos juntos, para dar prestancia a mi santa morada: así honraré el estrado de mis pies.Vendrán a ti, humillados, los hijos de quienes te oprimían; te honrarán postrados a tus plantas todos los que te despreciaban; te llamarán Ciudad del Señor, la Sión del Santo de Israel. En lugar de estar abandonada, despreciada, sin habitantes, te convertiré en orgullo de los siglos, gozo de generaciones y generaciones. Mamarás la leche de los pueblos, mamarás de los pechos de reyes, y sabrás que yo, el Señor, te salvo; que tu redentor es el Fuerte de Jacob. En lugar de bronce, te traeré oro, en lugar de hierro, te traeré plata, en lugar de madera, bronce, y hierro en lugar de piedras. Te pondré como gobernante la paz, la justicia será quien te dirija. Ya no habrá violencia en tu tierra, ni exterminio ni destrucción dentro de tus fronteras; llamarás a tu muralla “Victoria” y dirás a tus puertas “Alabanza”.Ya no será el sol tu luz durante el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, pues será el Señor tu luz para siempre, tu Dios te servirá de resplandor; Mira: la tiniebla cubre la tierra, negros nubarrones se ciernen sobre los pueblos, mas sobre ti clarea la luz del Señor, su gloria se dejará ver sobre ti;tu sol ya no se pondrá y tu luna no menguará, pues será el Señor tu luz para siempre y se habrá cumplido tu tiempo de luto. Todos los de tu pueblo serán justos, poseerán la tierra a perpetuidad: ellos son el brote que planté, la obra que realicé para mi gloria. El pequeño acabará siendo mil, el más joven un pueblo potente. Yo, el Señor, no tardaré en cumplir todo esto a su tiempo.los pueblos caminarán a tu luz, los reyes al resplandor de tu alborada.
Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado: recibió en casa a [María] su esposa,y sin haber tenido antes relaciones conyugales con ella, María dio a luz a un hijo al que José puso por nombre Jesús.
En cuanto a ti, hijo mío, serás profeta del Dios Altísimo, porque irás delante del Señor para preparar su venida y anunciar a su pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados. Y es que la misericordia entrañable de nuestro Dios, nos trae de lo alto un nuevo amanecer para llenar de luz a los que viven en oscuridad y sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por caminos de paz.
¡Aleluya! Alaben al Señor desde los cielos, alaben al Señor en las alturas.fieras y todo el ganado, reptiles y pájaros alados;reyes de la tierra y pueblos todos, príncipes y jueces de la tierra,los jóvenes y también las doncellas, los ancianos con los niños.Alaben el nombre del Señor, que sólo su nombre es excelso, su majestad domina cielos y tierra.Él reviste de fortaleza a su pueblo, es motivo de alabanza para sus fieles, para Israel, su pueblo cercano. ¡Aleluya!Alábenlo todos sus ángeles, alábenlo todo su ejército.Alábenlo, sol y luna, alábenlo estrellas brillantes.Alábenlo, los cielos más altos, las aguas que están sobre ellos.
Y añade Isaías: Surgirá un descendiente de la familia de Jesé ; se alzara para gobernar a los pueblos y en él pondrán las naciones su esperanza.
Por aquel entonces vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso que esperaba la liberación de Israel. El Espíritu Santo estaba con Simeóny le había hecho saber que no moriría antes de haber visto al Mesías enviado por el Señor.Guiado por el Espíritu Santo, Simeón fue al Templo cuando los padres del niño Jesús llevaban a su hijo para hacer con él lo que ordenaba la ley.Y tomando al niño en brazos, alabó a Dios diciendo:Ahora, Señor, ya puedo morir en paz, porque has cumplido tu promesa.Todos tenían que ir a empadronarse, cada uno a su ciudad de origen.Con mis propios ojos he visto la salvación que nos envías
De modo que desde Abrahán a David hubo catorce generaciones; otras catorce desde David a la deportación a Babilonia, y otras catorce desde la deportación hasta el Mesías.
Fue creciendo ante el Señor como un brote, como raíz en tierra de secano, sin aspecto atrayente, sin lozanía.
Que los reyes de Tarsis y las islas le traigan obsequios, que los reyes de Sabá y de Sebá le ofrezcan presentes.¡Que todos los reyes se inclinen ante él, que todas las naciones lo sirvan!
Se presentó, pues, Ana en aquel mismo momento alabando a Dios y hablando del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.
Tú, Belén, en el territorio de Judá, no eres en modo alguno la menor entre las ciudades importantes de Judá, pues de ti saldrá un caudillo que guiará a mi pueblo Israel.
Salmo de David. Oráculo del Señor a mi señor: “Siéntate a mi derecha, hasta que haga de tus rivales el estrado de tus pies”.
Este es mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien me complazco. Lo he dotado de mi espíritu, para que lleve el derecho a las naciones.
El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros, ¿cómo no va a hacernos el don de todas las cosas juntamente con él?
Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada en lo alto de una montaña no puede ocultarse.
El ángel entró en el lugar donde estaba María y le dijo: — Alégrate, favorecida de Dios. El Señor está contigo.
y le dijo: — Ponte en camino con el niño y con su madre y regresa con ellos a Israel, porque ya han muerto los que amenazaban la vida del niño.José tomó al niño y a la madre, se puso en camino y regresó con ellos a Israel.
Hasta sus confines detiene las guerras, rompe el arco, quiebra la lanza, destruye en el fuego los carruajes.
Salmo de acción de gracias. Aclama al Señor, tierra entera,sirvan al Señor con alegría, acudan con gozo a su presencia.Sepan que el Señor es Dios: él nos ha hecho y a él pertenecemos; somos su pueblo, el rebaño que apacienta.Crucen sus puertas dando gracias, sus atrios con alabanzas; denle gracias y bendigan su nombre,porque el Señor es bueno, su bondad perdura por siempre, su fidelidad por generaciones.
Es muy poco que seas mi siervo para restaurar a las tribus de Jacob y reconducir al resto de Israel. Voy a hacerte luz de las naciones para que llegue mi salvación hasta el confín de la tierra.
Entonces Herodes hizo llamar en secreto a los sabios para que le informaran con exactitud sobre el tiempo en que habían visto la estrella.Luego los envió a Belén diciéndoles: — Vayan allá y averigüen cuanto les sea posible acerca de ese niño. Y cuando lo hayan encontrado, háganmelo saber para que también yo vaya a adorarlo.
pues ha hecho maravillas conmigo aquel que es todopoderoso, aquel cuyo nombre es santo Durante el reinado de Herodes en Judea, hubo un sacerdote llamado Zacarías, que pertenecía al grupo sacerdotal de Abías. La esposa de Zacarías, llamada Isabel, pertenecía también a la descendencia de Aarón.y que siempre tiene misericordia de aquellos que le honran.
Pues bien, Dios nos ha dado la mayor prueba de su amor haciendo morir a Cristo por nosotros cuando aún éramos pecadores.
sino que se despojó de su grandeza, asumió la condición de siervo y se hizo semejante a los humanos. Y asumida la condición humana, se rebajó a sí mismo hasta morir por obediencia, y morir en una cruz.
Crucen sus puertas dando gracias, sus atrios con alabanzas; denle gracias y bendigan su nombre,
Te cubrirá una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá. Llegan todos de Sabá, trayendo oro e incienso, proclamando las gestas del Señor.
Una virgen quedará embarazada y dará a luz un hijo, a quien llamarán Emmanuel, que significa “Dios con nosotros”.
Con mis propios ojos he visto la salvación que nos envías y que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que se manifiesta a las naciones, y gloria de tu pueblo Israel.
Jesús se dirigió de nuevo a los judíos y les dijo: — Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
En efecto, todos ustedes, los que creen en Cristo Jesús, son hijos de Dios,pues todos ustedes los que han sido bautizados en Cristo, de Cristo han sido revestidos.
Augusto, el emperador romano, publicó por aquellos días un decreto disponiendo que se empadronaran todos los habitantes del Imperio.Pero el ángel les dijo: — No tengan miedo, porque vengo a traerles una buena noticia, que será causa de gran alegría para todo el pueblo.En la ciudad de David les ha nacido hoy un Salvador, que es el Mesías, el Señor.Esta será la señal para que lo reconozcan: encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. En aquel mismo instante apareció junto al ángel una multitud de otros ángeles del cielo, que alababan al Señor y decían:— ¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que gozan de su favor!Luego los ángeles volvieron al cielo, y los pastores se decían unos a otros: — Vamos a Belén, a ver eso que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.Fueron a toda prisa y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en el pesebre.Al verlo, contaron todo lo que el ángel les había dicho acerca del niño.Y todos cuantos escuchaban a los pastores se quedaban asombrados de lo que decían.María, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en lo íntimo de su corazón. Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria.Los pastores se volvieron dando gloria a Dios y alabándolo por lo que habían visto y oído, pues todo había sucedido tal y como se les había anunciado.A los ocho días llevaron a circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, el nombre que el ángel le puso antes de ser concebido.Más tarde, pasados ya los días de la purificación prescrita por la ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentárselo al Señor,cumpliendo así lo que dispone la ley del Señor: Todo primogénito varón ha de ser consagrado al Señor,y para ofrecer al mismo tiempo el sacrificio prescrito por la ley del Señor: una pareja de tórtolas o dos pichones. Por aquel entonces vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso que esperaba la liberación de Israel. El Espíritu Santo estaba con Simeóny le había hecho saber que no moriría antes de haber visto al Mesías enviado por el Señor.Guiado por el Espíritu Santo, Simeón fue al Templo cuando los padres del niño Jesús llevaban a su hijo para hacer con él lo que ordenaba la ley.Y tomando al niño en brazos, alabó a Dios diciendo:Ahora, Señor, ya puedo morir en paz, porque has cumplido tu promesa.Todos tenían que ir a empadronarse, cada uno a su ciudad de origen.
Vayan, pues, y hagan discípulos a los habitantes de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
Pero fue herido por nuestras faltas, triturado por nuestros pecados; aguantó el castigo que nos salva, con sus heridas fuimos curados.
Jesús le dijo: — Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre si no es por mí.
Se desveló por el pueblo de Israel, su siervo, acordándose de mostrar misericordia, conforme a la promesa de valor eterno que hizo a nuestros antepasados, a Abrahán y a todos sus descendientes.
El rey Herodes se inquietó mucho cuando llegó esto a sus oídos, y lo mismo les sucedió a todos los habitantes de Jerusalén.
Muchos dicen: “¿Quién nos mostrará el bien?”. ¡Extiende sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor!
El espíritu del Señor Dios me acompaña, pues el propio Señor me ha ungido, me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones destrozados, a proclamar la libertad a los cautivos, a gritar la liberación a los prisioneros,
para llenar de luz a los que viven en oscuridad y sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por caminos de paz.
Que el Dios de la esperanza, llene de alegría y paz la fe que ustedes tienen, para que desborden de esperanza sostenidos por la fuerza del Espíritu.
Alaben al Señor por su bondad, porque es eterno su amor.Al que mató a los primogénitos de Egipto, porque es eterno su amor;al que sacó a Israel de en medio de ellos, porque es eterno su amor,con mano fuerte y brazo extendido, porque es eterno su amor.Al que hendió el mar de las Cañas, porque es eterno su amor,e hizo que Israel lo atravesara, porque es eterno su amor;al faraón y su ejército hundió en él, porque es eterno su amor.Al que por el desierto condujo a su pueblo, porque es eterno su amor.Al que abatió a los grandes reyes, porque es eterno su amor,y mató a reyes poderosos, porque es eterno su amor:a Sijón, rey de los amorreos, porque es eterno su amor;Alaben al Dios de dioses, porque es eterno su amor.a Og, el rey de Basán, porque es eterno su amor,y como heredad entregó sus territorios, porque es eterno su amor,a su siervo Israel, porque es eterno su amor.Estando abatidos se acordó de nosotros, porque es eterno su amor;nos libró de nuestros enemigos, porque es eterno su amor.El Señor da sustento a toda criatura, porque es eterno su amor.¡Alaben al Dios del cielo porque es eterno su amor!Alaben al Señor de señores, porque es eterno su amor.
Pues Dios es mi salvación, en él confío y nada temo; Dios es mi fuerza y mi canto, el Señor es mi salvación.
Subiste a la altura, tomaste cautivos; recibiste tributos de los seres humanos, incluso de los mismos rebeldes, hasta tener, Señor Dios, una morada.
¡Qué grato es oír por los montes los pies del que trae buenas nuevas, que proclama la paz y el bienestar, que lanza el pregón de la victoria, que dice a Sión: “Tu Dios es rey”!
¿Y cómo lo van proclamar si no son enviados? Por eso dice la Escritura: ¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian buenas noticias!
Y prueba de que ustedes son hijos es que Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a sus corazones; y el Espíritu clama: “¡Abba!”, es decir, “¡Padre!”.
Estaba pensando en esto, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: — José, descendiente de David, no tengas reparo en convivir con María, tu esposa, pues el hijo que ha concebido es por la acción del Espíritu Santo.
Digan a las naciones: “El Señor es rey”. El universo está seguro, no se derrumbará. Él juzgará con rectitud a los pueblos.
pero a cuantos la recibieron y creyeron en ella, les concedió el llegar a ser hijos de Dios.
¡Aleluya! Alaben al Señor desde los cielos, alaben al Señor en las alturas.fieras y todo el ganado, reptiles y pájaros alados;reyes de la tierra y pueblos todos, príncipes y jueces de la tierra,los jóvenes y también las doncellas, los ancianos con los niños.Alaben el nombre del Señor, que sólo su nombre es excelso, su majestad domina cielos y tierra.Él reviste de fortaleza a su pueblo, es motivo de alabanza para sus fieles, para Israel, su pueblo cercano. ¡Aleluya!Alábenlo todos sus ángeles, alábenlo todo su ejército.Alábenlo, sol y luna, alábenlo estrellas brillantes.Alábenlo, los cielos más altos, las aguas que están sobre ellos.Que alaben el nombre del Señor, pues lo mandó y fueron creados,
Ámense de corazón unos a otros como hermanos y que cada uno aprecie a los otros más que a sí mismo.
Cada vez que los recuerdo, doy gracias a mi Dios,pues están librando el mismo combate en el que me vieron empeñado y que, como ahora oyen, sigo sosteniendo.y cuando ruego por ustedes, lo hago siempre lleno de alegría.No en vano han colaborado conmigo en la difusión del mensaje evangélico desde el primer día hasta hoy.
¡Álzate radiante, que llega tu luz, la gloria del Señor clarea sobre ti! Extranjeros levantarán tus muros, sus reyes estarán a tu servicio; cierto que te herí en mi cólera, pero ahora te quiero complacido. Tus puertas estarán siempre abiertas, no se cerrarán ni de noche ni de día, para traerte las riquezas de los pueblos, que vendrán guiados por sus reyes. El pueblo y el reino que no te sirvan acabarán en ruinas, serán desolados. A ti acudirá la pompa del Líbano, cipreses, abetos y pinos juntos, para dar prestancia a mi santa morada: así honraré el estrado de mis pies.Vendrán a ti, humillados, los hijos de quienes te oprimían; te honrarán postrados a tus plantas todos los que te despreciaban; te llamarán Ciudad del Señor, la Sión del Santo de Israel. En lugar de estar abandonada, despreciada, sin habitantes, te convertiré en orgullo de los siglos, gozo de generaciones y generaciones. Mamarás la leche de los pueblos, mamarás de los pechos de reyes, y sabrás que yo, el Señor, te salvo; que tu redentor es el Fuerte de Jacob. En lugar de bronce, te traeré oro, en lugar de hierro, te traeré plata, en lugar de madera, bronce, y hierro en lugar de piedras. Te pondré como gobernante la paz, la justicia será quien te dirija. Ya no habrá violencia en tu tierra, ni exterminio ni destrucción dentro de tus fronteras; llamarás a tu muralla “Victoria” y dirás a tus puertas “Alabanza”.Ya no será el sol tu luz durante el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, pues será el Señor tu luz para siempre, tu Dios te servirá de resplandor; Mira: la tiniebla cubre la tierra, negros nubarrones se ciernen sobre los pueblos, mas sobre ti clarea la luz del Señor, su gloria se dejará ver sobre ti;
Si, por el contrario, reconocemos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos purificará de toda iniquidad.
Y es que la misericordia entrañable de nuestro Dios, nos trae de lo alto un nuevo amanecer para llenar de luz a los que viven en oscuridad y sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por caminos de paz.
Pues bien, será el propio Señor quien les dará una señal: Véanla, la joven está embarazada y va a dar a luz un hijo, al que llamará Dios-con-nosotros.
Entonces dijo María: — Todo mi ser ensalza al Señor. Mi corazón está lleno de alegría a causa de Dios, mi Salvador, porque ha puesto sus ojos en mí que soy su humilde esclava. De ahora en adelante todos me llamarán feliz,
Y cuando dé a luz a su hijo, tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Pero el ángel les dijo: — No tengan miedo, porque vengo a traerles una buena noticia, que será causa de gran alegría para todo el pueblo.
Para aumentar el señorío con una paz sin fronteras sobre el trono de David; lo asentará en todo su territorio con seguridad y firmeza, con justicia y con derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor del universo piensa ejecutar todo esto.
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