La Biblia nos dice en Tito 2:14 que Jesús se entregó por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar un pueblo celoso de hacer el bien. Esto significa que su sacrificio en la cruz fue para limpiarte y salvarte de todo pecado. Jesús te compró con su propia sangre, la cual te redime y te otorga libre acceso al trono de la gracia. No fue nuestro poder lo que nos redimió, sino la sangre de Jesús, la cual está vigente en nuestras vidas. Por lo tanto, no debemos vivir atados a los pecados del pasado, ya que desde el momento en que nos arrepentimos, su sangre nos limpió para que pudiéramos seguir adelante. Ahora podemos enfocarnos en alcanzar la meta, sabiendo que fuimos rescatados de una manera de vivir vacía, no con riquezas materiales, sino con la preciosa sangre de Cristo, el cordero sin mancha ni contaminación.
en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;
y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.
Espere Israel a Jehová, Porque en Jehová hay misericordia, Y abundante redención con él;