Permanezcan, pues, firmes en la libertad con la cual el Cristo nos hizo libres, y no se sujeten otra vez al yugo de esclavitud.
y repentinamente sobrevino un gran terremoto, y los cimientos de la prisión fueron sacudidos, y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.
'EL ESPÍRITU DE YAHWEH ESTÁ SOBRE MÍ. POR ESO ME HA UNGIDO PARA ANUNCIAR BUENAS NUEVAS A LOS POBRES, Y ME HA ENVIADO PARA RESTAURAR A LOS QUEBRANTADOS DE CORAZÓN,
porque su lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados, contra gobernantes, contra los poseedores de este mundo de tinieblas y contra los espíritus malignos que están bajo los cielos.
porque la ley del espíritu de vida que está en jesucristo te ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
que se presentó por encima de él un ángel de Yahweh, y resplandeció una luz en todo el edificio, y el ángel tocó a Simón en el costado, y lo despertó, diciéndole: ¡Levántate pronto! Entonces las cadenas cayeron de sus manos.
Así pues, no hay condenación para los que, estando en Jesucristo, no andan conforme a la carne, porque la ley del espíritu de vida que está en jesucristo te ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
y volviendo en sí, escapen del lazo de Satanás, por quien fueron enredados a su voluntad.
Y a Aquel que es capaz por su gran poder de hacer por nosotros mucho más de lo que pedimos o pensamos, conforme a su poder que opera en nosotros,
Pero ahora que han sido libertados del pecado y se han convertido en esclavos de Dios, tienen ustedes frutos santos, cuyo resultado es vida eterna.
Porque el Señor mismo es el espíritu, y donde está el espíritu del Señor, hay libertad.
porque sabemos que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él, para que el cuerpo de pecado sea inutilizado para que ya no sirvamos al pecado;
Por tanto, también nosotros que tenemos todos estos testigos alrededor nuestro como una nube, despojémonos de todas nuestras cargas, y del pecado que nos asedia en todo tiempo, y corramos con perseverencia en esta prueba de destreza que está puesta delante de nosotros, puestos los ojos en Jesús, porque Él fue el Autor y Consumador de nuestra fe, quien por el gozo que había para Él soportó la cruz, despreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Desechen de ustedes su anterior manera de vivir, al viejo hombre que se ha corrompido por pasiones desviadas, y renuévense en el espíritu de su mente, y vístanse[5] del nuevo hombre, que ha sido creado por Dios en la justicia y en la santidad de la verdad.
Porque todo el que es nacido de Dios vence al mundo, y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
y nos libertó del dominio de las tinieblas, y nos trasladó al reino de su Hijo amado,
De manera que ustedes ya no son esclavos, sino hijos, y si hijos, también herederos de Dios por medio de Jesucristo,
Pero el Dios de gracia que nos llamó a su gloria eterna por medio de Jesucristo, es quien nos ha permitido, mientras padecemos estas leves aflicciones, que seamos fortalecidos, afirmados y establecidos en Él para siempre.
Por tanto, puesto que los hijos han participado de carne y sangre, también Él participó de igual manera de estas cosas, para anular mediante su muerte al que tenía el poder de la muerte, es decir, a Satanás; y desatar a los que por medio a la muerte estaban durante toda su vida sometidos a servidumbre.
El que practica el pecado es de Satanás, porque Satanás ha sido pecador desde el principio. Para esto se manifestó el Hijo de Dios: para destruir las obras de Satanás.
Vengan a mí todos los que están abatidos y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí que soy manso[23] y humilde de corazón, y ENCONTRARÁN REPOSO PARA SUS ALMAS, porque mi yugo es placentero[24] y ligera mi carga.
No les ha sobrevenido prueba que no sea común a los hombres, pero Dios es fiel que no permitirá que sean ustedes probados más allá de lo que puedan, sino que dará la salida para su prueba de modo tal que puedan soportar.
Que el Dios de la esperanza los colme de todo gozo y paz en la fe, para que crezcan en su esperanza por el poder del espíritu santo.
porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino del poder de Dios, por medio de las cuales sometemos rebeldes fortalezas,
De cierto les digo que todo lo que aten en la Tierra, será atado en el Cielo, y lo que desaten en la Tierra, será desatado en el Cielo.
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