Oración
¡Dios bueno y eterno, Altísimo Señor! Te alabo porque eres Justo, Santo y digno de toda suprema alabanza y adoración. Te pido que despiertes en hombres y mujeres el anhelo de buscarte, de manera que sea derramado sobre ellos tu Espíritu Santo. Que dispongan su corazón para clamar e interceder por la iglesia, las familias y naciones. Levanta intercesores así como Nehemías, que busquen tu rostro en ayuno, oración y ruego. Con un amor genuino y una aptitud valiente para colocarse en la posición de otros por amor y compasión a ellos, dispuestos a asumir el reto de clamar por el bien del prójimo, cerrando toda brecha al enemigo. Señor, intercesores apasionados y comprometidos, que se unan en un mismo Espíritu, clamando e intercediendo y doblando rodillas por piedad a los demás, siendo compasivos y sensibles al dolor y a la carga de otros. En el nombre de Jesús. ¡Amén!