Jesús nos acercó a Dios al morir en la cruz. Ahora podemos orar en favor de otros cristianos o por aquellos que están perdidos, pidiendo a Dios que cumpla sus deseos según lo que Él quiera. Dios desea que cada creyente participe activamente en la oración de intercesión. ¡Qué increíble privilegio tenemos al poder acudir confiadamente ante el trono del Dios Todopoderoso con nuestras peticiones! La Palabra de Dios dice: "¿Quién acusará a los escogidos de Dios? ¡Dios es el que justifica! ¿Quién condenará? ¡Cristo Jesús es el que murió! Más aún, el que resucitó y está a la derecha de Dios, y quien intercede por nosotros" (Romanos 8:34). Dios llama a todos los cristianos a ser intercesores.
orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones,
Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto.
Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros,
Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.
Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.
Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos.
Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,