Estas cosas os he hablado para que el gozo mío esté en vosotros y el gozo vuestro sea cumplido.
Siempre alegraos; incesantemente orad; en todo dad gracias, porque esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús para vosotros.
Gózaos y regocijaos porque vuestro galardón es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
Cuando ayunéis, no os pongáis carítristes, como los hipócritas, porque demudan sus rostros, de manera que parezcan a los hombres que ayunan. De cierto os digo que cobran su galardón. Mas tú, al ayunar, unge tu cabeza y lava tu rostro, de manera que no parezcas a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en lo secreto, y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en lo público.
Y he aquí, le presentaron un paralítico echado en una camilla. Y viendo la fe de ellos, Jesús dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo, te son perdonados tus pecados.
Díjole su señor: Bien, siervo bueno y fiel; sobre poco eras fiel; sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu señor.
Y alejándose presto del sepulcro, con temor y gran gozo, corrieron a dar las nuevas a sus discípulos.
Bienaventurados vosotros los hambrientos ahora porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora porque reiréis.
Solamente no os gocéis de esto que los espíritus se os sujetan a vosotros; más bien gózaos de que vuestros nombres están inscritos en los cielos. (Sal. 69:28).
Os digo que así habrá gozo en el cielo por un pecador que se convierte, más bien que por noventa y nueve justos, los cuales no tienen necesidad de conversión.
Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se convierte.
En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mas el mundo se regocijará. Vosotros seréis entristecidos, mas vuestra tristeza se tornará en gozo.
Y vosotros, pues, tenéis ahora tristeza, mas de nuevo os veré, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.
Mas ahora a ti voy. Y estas cosas hablo en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.
por quien hemos tenido el acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos, y nos alabamos en esperanza de la gloria de Dios. No sólo eso sino que también nos alabamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia
porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en espíritu santo ;
El Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz, en el creer, para que abundéis en la esperanza con fuerza de espíritu santo.
Mucha libertad tengo con vosotros, mucha razón de alabarme de vosotros. Estoy lleno de consolación, sobreabunda mi gozo sobre toda nuestra tribulación.
Mas el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, longanimidad, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre, continencia, contra las tales cosas no hay ley.
Por lo demás, mis hermanos, alegraos en el Señor. Escribiros las mismas cosas no me es penoso, y para vosotros es seguro.
Y la paz de Dios que sobrepuja todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
fortalecidos con toda fuerza según el poder de su gloria para toda paciencia y longanimidad, con gozo,
La palabra del Cristo habite en vosotros ricamente en toda sabiduría, enseñándoos y amonestándoos a vosotros mismos con. salmos, himnos y canciones espirituales con gracia cantando con vuestros corazones a Dios.
y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de grande aflicción con gozo de espíritu santo,
mirando al príncipe y consumador de la fe, a Jesús que, en cambio del gozo que le estaba propuesto, sufrió una cruz, no haciendo caso de la vergüenza, y a la diestra del trono de Dios se sentó (c. 8/-1).
Tened por sumo gozo, mis hermanos, cuando cayereis en pruebas diversas, entendiendo que lo probado de vuestra fe obra constancia,
al cual, sin haberlo visto, amáis, en el cual, ahora no viéndole, pero creyendo, os regocijáis con gozo inefable y glorificado,
al contrario en cuanto participáis de los padecimientos del Cristo, alegraos, para que también en la revelación de su gloria, os alegréis, regocijándoos.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo de buen nombre, si hay virtud alguna, si alguna alabanza, sea objeto de vuestro pensamiento.
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