Tú me muestras el camino de la vida, junto a ti abunda la alegría, a tu lado el gozo no tiene fin.
Entonces nuestra boca se llenó de sonrisas, nuestra lengua de canciones. Los otros pueblos decían: «El Señor ha hecho maravillas por ellos».
Hay un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para hacer duelo y un tiempo para bailar.
los decretos del Señor son rectos, alegran el corazón; el mandamiento del Señor es nítido, llena los ojos de luz;
El Señor es mi fortaleza y mi escudo, en él mi corazón confía. Me ha socorrido y estoy alegre, con mis cantos le doy gracias.
pues es pasajera su ira y eterna su bondad: quien de noche se retira llorando, por la mañana es un clamor de alegría.
Entonces Sara pensó: —Dios me ha hecho alegrarme, y todos los que sepan que he tenido un hijo, se alegrarán conmigo.
Estén siempre alegres.No cesen de orar.Manténganse en constante acción de gracias, porque esto es lo que Dios quiere de ustedes como cristianos.
como crepitar de cardos bajo la olla así es la risa del necio; y esto también es vana ilusión.
¿Por qué estoy abatido? ¿Por qué estoy tan turbado? En Dios pondré mi esperanza, no cesaré de alabarlo. ¡Él es mi Dios salvador!
Que en ti se alegren y se gocen todos cuantos te buscan; que los que anhelan tu salvación digan en todo momento: «¡Sea alabado el Señor!».
¡Vengan, cantemos con gozo al Señor, aclamemos al que es nuestro amparo salvador!Cuarenta años rechacé a esta generación y dije: «Son un pueblo extraviado, no conocen mis caminos».Yo juré lleno de cólera: «No entrarán en mi lugar de descanso».¡Vayamos hacia él dándole gracias, aclamémosle con cantos!
La luz se propaga para el justo, la alegría para quienes son rectos. ¡Alégrense, justos, en el Señor, alaben su santo nombre!
Los que siembran entre lágrimas, cosecharán entre cánticos. Al ir, va llorando el que lleva las semillas; pero volverá entre cantos trayendo sus gavillas.
Feliz quien venera al Señor, quien marcha por sus caminos. Comerás del trabajo de tus manos, serás feliz y te irá bien.
Para el desdichado todos los días son malos, el corazón feliz siempre está de fiesta.
Cuando se cumple el derecho, el justo se alegra y los malhechores se echan a temblar.
A quien le agrada, Dios le concede sabiduría, ciencia y alegría; pero al pecador le impone la tarea de recoger y acumular para dejárselo al que agrada a Dios. ¡También esto es ilusión y vano afán!
Y he comprendido que no hay para ellos más felicidad que alegrarse y pasarlo bien en la vida,pues también es don de Dios que toda persona coma, beba y disfrute en todas sus fatigas.
Por eso, he descubierto que para el ser humano no hay más felicidad que disfrutar de sus obras, porque esa es su recompensa. Pues nadie lo traerá a ver lo que sucederá después de él.
Porque no se preocupará demasiado de los días de su vida, si Dios le llena de alegría el corazón.
En día de felicidad, sé feliz; en día de adversidad, reflexiona; uno y otro los ha hecho Dios para que nadie descubra su futuro.
Anda, come con alegría tu pan y bebe contento tu vino, porque Dios ya ha aprobado tus obras.
Pues Dios es mi salvación, en él confío y nada temo; Dios es mi fuerza y mi canto, el Señor es mi salvación. Sacarán agua gozosos del manantial de la salvación.
Volverán los rescatados del Señor y entrarán con cánticos en Sion: encabezados por eterna alegría, seguidos de fiesta y de gozo; penas y suspiros huirán.
Los redimidos del Señor volverán, llegarán cantando a Sion, precedidos de eterna alegría, seguidos de júbilo exultante; se acabaron penas y aflicciones.
Saldrán con alegría, guiados en paz; montes y colinas clamarán a su paso, los árboles del campo los irán aplaudiendo.
a cubrirlos de honor en lugar de polvo, de perfume de fiesta en lugar de penas, de traje festivo en lugar de abatimiento. Los llamarán «robles fruto de la justicia», plantío para gloria del Señor.
al contrario, alégrense y gocen sin límites por lo que voy a crear. En efecto, voy a crear una Jerusalén que sea todo gozo, con una población llena de alegría. Saltaré de júbilo por Jerusalén, sentiré alegría por mi pueblo; no se oirán llantos en ella, ni gritos pidiendo socorro.
Si encontraba tus palabras las devoraba: tus palabras me servían de gozo, eran la alegría de mi corazón. ¡Yo era reconocido por tu nombre: Señor, Dios del universo!
Las muchachas gozarán bailando, junto con jóvenes y adultos; cambiaré su duelo en alegría, los consolaré, alegraré sus penas.
El Señor, tu Dios, está contigo; él es poderoso y salva. Se regocija por ti con alegría, su amor te renovará, salta de júbilo por ti.
¡Alégrense y estén contentos, porque en el cielo tienen una gran recompensa! ¡Así también fueron perseguidos los profetas que vivieron antes que ustedes!
Cuando ayunen, no anden por ahí con cara triste, como hacen los hipócritas, que ponen gesto de lástima para que todos se enteren de que están ayunando. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.Tú, por el contrario, cuando quieras ayunar, lávate la cara y perfuma tus cabellos,para que nadie se entere de que ayunas, excepto tu Padre que ve hasta lo más secreto. Y tu Padre, que ve hasta lo más secreto, te recompensará.
Allí le llevaron un paralítico echado en una camilla. Viendo Jesús la fe de los que lo llevaban, dijo al paralítico: —Ánimo, hijo. Tus pecados quedan perdonados.
El amo le contestó: «Está muy bien. Has sido un administrador honrado y fiel. Y como has sido fiel en lo poco, yo te pondré al frente de mucho más. Entra y participa en mi propia alegría».
Las mujeres se alejaron rápidamente del sepulcro y, asustadas pero al mismo tiempo llenas de alegría, corrieron a llevar la noticia a los discípulos.
Felices ustedes los que ahora tienen hambre, porque Dios los saciará. Felices ustedes los que ahora lloran, porque después reirán.
Pero aun así, no se alegren tanto de que los espíritus malignos los obedezcan como de que los nombres de ustedes estén escritos en el cielo.
Pues yo les digo que, igualmente, hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesiten convertirse.
Pues yo les digo que, igualmente, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.
Les aseguro que ustedes llorarán y gemirán, mientras que los del mundo se alegrarán; ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en alegría.
Así también ustedes; de momento están tristes, pero yo volveré a verlos y de nuevo ustedes se alegrarán con una alegría que nadie podrá quitarles.
Ahora voy a ti y digo estas cosas mientras todavía estoy en el mundo, para que ellos puedan compartir plenamente mi alegría.
Ha sido, en efecto, Cristo quien nos ha facilitado, mediante la fe, esta apertura a la gracia en la que estamos firmemente instalados a la vez que nos sentimos orgullosos abrigando la esperanza de participar en la gloria de Dios.En cuanto a la ley, únicamente sirvió para que el delito se multiplicara. Pero cuanto más se multiplicó el pecado, tanto más abundante fue la gracia.Así que, lo mismo que el pecado implantó el reinado de la muerte, ahora será la gracia la que reine por la justicia, conduciéndonos a la vida eterna por medio de Jesucristo, Señor nuestro.Es más, hasta de las dificultades nos sentimos orgullosos, porque sabemos que la dificultad produce constancia,
El reino de Dios no consiste en lo que se come o en lo que se bebe; consiste en una vida recta, alegre y pacífica que procede del Espíritu Santo.
Que el Dios de la esperanza llene de alegría y paz la fe que ustedes tienen, para que desborden de esperanza sostenidos por la fuerza del Espíritu.
Tengo puesta en ustedes toda mi confianza y es tanto el orgullo que siento por ustedes, que estoy rebosante de ánimo y de alegría a pesar de todas las penalidades.
En cambio, el Espíritu produce amor, alegría, paz, tolerancia, amabilidad, bondad, lealtad,humildad y dominio de sí mismo. Ninguna ley existe en contra de todas estas cosas.
Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. No me molesta escribirles las mismas cosas, si a ustedes les proporciona seguridad.
Y la paz de Dios, que desborda toda inteligencia, guardará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.
Su glorioso poder los dotará de una fortaleza a toda prueba para que sean ejemplo de constancia y paciencia, y para que, llenos de alegría,
Que el mensaje de Cristo los llene con toda su riqueza y sabiduría para que sean maestros y consejeros los unos de los otros, cantando a Dios salmos, himnos y canciones inspiradas con un corazón profundamente agradecido.
En cuanto a ustedes, siguieron nuestro ejemplo y el del Señor al recibir la palabra en medio de grandes dificultades, pero con la alegría que proporciona el Espíritu Santo.
Aún recuerdo tus lágrimas [de despedida]. ¡Ojalá pudiera verte de nuevo para llenarme de alegría
Hagámoslo con los ojos puestos en Jesús, origen y plenitud de nuestra fe. Jesús, que, renunciando a una vida placentera, afrontó sin acobardarse la ignominia de la cruz y ahora está sentado junto al trono de Dios.
Alégrense profundamente, hermanos míos, cuando se sientan cercados por toda clase de dificultades.ya que el airado no es capaz de portarse con rectitud ante Dios.Por tanto, renunciando a todo vicio y al mal que nos cerca por doquier, acojan dócilmente la palabra que, plantada en ustedes, es capaz de salvarlos.Pero se trata de que pongan en práctica esa palabra y no simplemente que la oigan, engañándose a ustedes mismos.Quien oye la palabra, pero no la pone en práctica, se parece a quien contempla su propio rostro en el espejo:se mira y, en cuanto se va, se olvida sin más del aspecto que tenía.Dichoso, en cambio, quien se entrega de lleno a la meditación de la ley perfecta —la ley de la libertad— y no se contenta con oírla, para luego olvidarla, sino que la pone en práctica. Si alguno se hace ilusiones de ser religioso de verdad, pero no controla su lengua, se engaña a sí mismo y su religiosidad no vale para nada.Esta es la religiosidad auténtica e intachable a los ojos de Dios Padre: asistir a los débiles y desvalidos en sus dificultades y mantenerse incontaminado del mundo.Es señal de que su fe, al pasar por el crisol de la prueba, está dando frutos de perseverancia.
a quien aman y en quien confían aun sin haberlo visto. Ustedes se alegrarán, con un gozo inenarrable y radiante,
Alégrense, más bien, de compartir los sufrimientos de Cristo, para que el día de su gloriosa manifestación también ustedes salten de júbilo.
¡Que se alegren los que en ti confían, que por siempre se regocijen! Protege a los que te aman, para que se gocen en ti;
Que se alegran en el Señor los justos, que se regocijen, que griten de gozo los de corazón recto.
Así que yo recomiendo la alegría, porque no hay más felicidad para el ser humano bajo el sol que comer, beber y disfrutar, pues eso le acompañará en sus fatigas durante los días que Dios le conceda vivir bajo el sol.
Pues como hiciste el día de Madián has roto el yugo que lo oprimía, la soga sobre su hombro, la vara de su opresor.
Finalmente, hermanos, aprecien todo lo que sea verdadero, noble, recto, limpio y amable; todo lo que merezca alabanza, suponga virtud o sea digno de elogio.
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