Tú me enseñas el camino de la vida; con tu presencia me llenas de alegría; ¡estando a tu lado seré siempre dichoso!
También dijeron: «Vayan y coman bien, y tomen un buen vino, pero compartan todo con los que nada tienen. Este día está consagrado a nuestro Señor, así que no estén tristes. El gozo del Señor es nuestra fuerza.»
Su enojo dura solo un momento, pero su bondad dura toda la vida. Tal vez lloremos durante la noche, pero en la mañana saltaremos de alegría.
¡Que el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo!
Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley.
Ustedes, los hombres justos, ¡alégrense y regocíjense en el Señor! Y ustedes, los de recto corazón, ¡canten todos llenos de alegría!
Estén siempre gozosos.Oren sin cesar.Den gracias a Dios en todo, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.
Hasta ahora nada han pedido en mi nombre; pidan y recibirán, para que su alegría se vea cumplida.
Ustedes aman a Jesucristo sin haberlo visto, y creen en él aunque ahora no lo ven, y se alegran con gozo inefable y glorioso,porque están alcanzando la meta de su fe, que es la salvación.
Tú, que habitas en Sión, ¡canta y regocíjate, que en medio de ti grande es el Santo de Israel!»
porque el reino de Dios no es cuestión de comida ni de bebida, sino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Cada uno debe dar según se lo haya propuesto en su corazón, y no debe dar con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama a quien da con alegría.
Yo me regocijaré grandemente en el Señor; mi alma se alegrará en mi Dios. Porque él me revistió de salvación; me rodeó con un manto de justicia; ¡me atavió como a un novio!, ¡me adornó con joyas, como a una novia!
Aunque todavía no florece la higuera, ni hay uvas en los viñedos, ni hay tampoco aceitunas en los olivos, ni los campos han rendido sus cosechas; aunque no hay ovejas en los rediles ni vacas en los corrales,yo me alegro por ti, Señor; ¡me regocijo en ti, Dios de mi salvación!
Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando estén pasando por diversas pruebas.porque quien se enoja no promueve la justicia de Dios.Así que despójense de toda impureza y de tanta maldad, y reciban con mansedumbre la palabra sembrada, que tiene el poder de salvarlos.Pero pongan en práctica la palabra, y no se limiten solo a oírla, pues se estarán engañando ustedes mismos.El que oye la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira a sí mismo en un espejo:se ve a sí mismo, pero en cuanto se va, se olvida de cómo es.En cambio, el que fija la mirada en la ley perfecta, que es la ley de la libertad, y no se aparta de ella ni se contenta solo con oírla y olvidarla, sino que la practica, será dichoso en todo lo que haga.Si alguno de ustedes cree ser religioso, pero no refrena su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no vale nada.Delante de Dios, la religión pura y sin mancha consiste en ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y en mantenerse limpio de la maldad de este mundo.Bien saben que, cuando su fe es puesta a prueba, produce paciencia.
por quien tenemos también, por la fe, acceso a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios.La ley se introdujo para que abundara el pecado; pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;para que así como el pecado reinó para traer muerte, también la gracia reine por la justicia para darnos vida eterna mediante Jesucristo, nuestro Señor.Y no solo esto, sino que también nos regocijamos en los sufrimientos, porque sabemos que los sufrimientos producen resistencia,
»Ustedes saldrán con alegría, y volverán en paz; los montes y las colinas cantarán al paso de ustedes, y todos los árboles del campo aplaudirán.
Ustedes los justos, ¡alégrense en el Señor! ¡Hermosa es la alabanza de los hombres íntegros!
Tú, Señor, eres mi escudo y mi fuerza; en ti confía mi corazón, pues recibo tu ayuda. Por eso mi corazón se alegra y te alaba con sus cánticos.
»La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo.
Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón,mientras alababan a Dios y brindaban ayuda a todo el pueblo. Y cada día el Señor añadía a la iglesia a los que habían de ser salvos.
Ustedes, los cielos, ¡canten alabanzas! Y tú, tierra, ¡canta de alegría! ¡Que prorrumpan los montes en alabanzas! ¡El Señor ha consolado a su pueblo, y se ha compadecido de sus pobres!
Pero que se alegren todos los que en ti confían; que griten siempre de júbilo, porque tú los defiendes; que vivan felices los que aman tu nombre.
Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cánticos espirituales; canten y alaben al Señor con el corazón,Vivan en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante.y den siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
¡Dichoso el pueblo que sabe aclamarte, y que anda, Señor, a la luz de tu rostro!En tu nombre se alegrará todo el día, y en tu justicia será enaltecido.
Pero no se alegren de que los espíritus se les sujetan, sino de que los nombres de ustedes ya están escritos en los cielos.»
¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!
para que, por la voluntad de Dios, llegue a ustedes gozoso y pueda descansar entre ustedes.
Y aunque mi vida sea derramada en libación sobre el sacrificio y servicio de la fe de ustedes, me gozo y regocijo con todos ustedes.Y asimismo, también ustedes gócense y regocíjense conmigo.
Cuando llegue ese día, alégrense y llénense de gozo, porque grande será el galardón que recibirán en los cielos. ¡Eso mismo hicieron con los profetas los antepasados de esta gente!
a alegrar a los afligidos de Sión; a ponerles una diadema en lugar de ceniza, perfume de gozo en lugar de tristeza, un manto de alegría en lugar de un espíritu angustiado. Y serán llamados «robles de justicia», plantados por el Señor para gloria suya.
Señor, Dios de los ejércitos, cuando hallé tus palabras, literalmente las devoré; tus palabras son el gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre ha sido invocado sobre mí.
Nuestra boca se llenará de risa; nuestra lengua rebosará de alabanzas. Entonces las naciones dirán: «¡El Señor ha hecho grandes cosas por estos!»
¡Que se alegren los cielos y se regocije la tierra! Digan entre las naciones: «¡El Señor es rey!»
¡Que se alegren los cielos y se regocije la tierra! ¡Que brame el mar y todo lo que contiene!¡Que se alegre el campo y todo lo que hay en él! ¡Que todos los árboles del bosque rebosen de gozo
Pero que se alegren todos los que te buscan; Señor, que siempre proclamen tu grandeza todos los que aman tu salvación.
El Señor está en medio de ti, y te salvará con su poder; por ti se regocijará y se alegrará; por amor guardará silencio, y con cánticos se regocijará por ti.»
Pero ahora voy a ti; y hablo de esto en el mundo, para que mi gozo se cumpla en ellos mismos.
¡Cantemos salmos a Dios! ¡Cantemos salmos a su nombre! ¡Exaltemos al que cabalga sobre los cielos! Su nombre es el Señor. ¡Alegrémonos en su presencia!
Al contrario, ustedes se alegrarán y regocijarán siempre en lo que voy a crear. Estoy por crear una Jerusalén alegre y un pueblo gozoso.
Por lo demás, hermanos, gócense en el Señor. A mí no me molesta escribirles las mismas cosas, y para ustedes es mejor.
En su oración, Ana dijo: En ti, Señor, mi corazón se regocija; en tu nombre, mi fuerza es mayor. Ahora puedo burlarme de mis enemigos porque me regocijo en tu salvación.
¡Canten al Señor! ¡Bendigan su nombre! ¡Anuncien su salvación todos los días!¡Proclamen su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre todos los pueblos!
Así que, hermanos míos, amados y deseados, gozo y corona mía, ¡manténganse firmes en el Señor, amados!
¡Mi alma anhela ardientemente estar, Señor, en tus atrios! ¡A ti, Dios de la vida, elevan su canto mi corazón y todo mi ser!
Y ustedes también, hijos de Sión, alégrense y llénense de gozo en el Señor su Dios; porque él les ha dado la primera lluvia a su tiempo, y enviará sobre ustedes lluvias tempranas y tardías, como al principio.
Un corazón alegre le hace bien al rostro, pero las penas del corazón abaten el ánimo.
Me acercaré entonces a tu altar, mi Dios, y allí, mi Dios, te alabaré al son del arpa, pues tú eres mi Dios, mi gozo y alegría.
después los llevó a su casa y les sirvió de comer, y él y toda su casa se alegraron mucho de haber creído en Dios.
Soy demasiado franco con ustedes, pero mi orgullo por ustedes también es demasiado. En medio de todas nuestras tribulaciones, me siento muy estimulado y estoy rebosando de alegría.
Tú aumentaste el regocijo, y acrecentaste la alegría. En tu presencia se alegrarán, como se alegran durante la siega; como se regocijan cuando se reparten el botín.
Mi alma quedará del todo satisfecha, como si comiera los mejores platillos, y mis labios te aclamarán jubilososal pensar en ti recostado en mi lecho, al meditar en ti durante mis desvelos.Porque tú has sido mi socorro, alegre viviré bajo la sombra de tus alas.
Porque amas la justicia y odias la maldad, Dios, tu Dios, te ha ungido como rey; ha derramado en ti el perfume de alegría; ¡te eligió a ti, y no a tus compañeros!
Ustedes, cielos, canten alabanzas, porque el Señor ha actuado. Ustedes, profundidades de la tierra, griten de alegría. Ustedes, los montes, canten alabanzas con todo árbol que está en el bosque; porque el Señor redimió a Jacob, y en Israel será glorificado.
Les digo que así también será en el cielo: habrá más gozo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.
Y no solo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.
Y los redimidos del Señor volverán. Vendrán a Sión entre gritos de infinita alegría. Cada uno de ellos tendrá gozo y alegría, y desaparecerán el llanto y la tristeza.
Entonces las doncellas danzarán con alegría, lo mismo que los jóvenes y los ancianos. Yo los consolaré, y cambiaré sus lágrimas en gozo y su dolor en alegría.
En aquel día se dirá: «¡Este es nuestro Dios! ¡Este es el Señor, a quien hemos esperado! ¡Él nos salvará! ¡Nos regocijaremos y nos alegraremos en su salvación!»
¡Que las naciones se llenen de gozo, porque tú juzgas a los pueblos con equidad y eres el Pastor de todas las naciones!
Porque nosotros somos la circuncisión; somos los que servimos a Dios en el Espíritu, los que nos gloriamos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en la carne.
a todos los que llevan mi nombre. Yo los he creado. Yo los formé y los hice para gloria mía.”
Cuando llegue ese día, dirás: «A ti, Señor, cantaré; aunque te enojaste contra mí, tu indignación cesó y me has dado consuelo.
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito.
El Señor es mi fortaleza y mi cántico; ¡el Señor es mi salvación! Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo enalteceré.
Y mientras les decía esto, les mostró sus manos y su costado. Y los discípulos se regocijaron al ver al Señor.
No es nuestra intención dirigir la fe de ustedes, sino colaborar con ustedes para que tengan gozo, pues por la fe se mantienen firmes.
Y confío en esto, y sé que me quedaré, que aún permaneceré con todos ustedes, para su provecho y gozo de la fe,
allí también comerán ustedes y sus familias delante del Señor su Dios, y se regocijarán en todo lo que hagan y en lo que el Señor su Dios les haya bendecido.
Los redimidos del Señor volverán a Sión entre cantos de alegría. Sobre ellos reposará un gozo infinito; rebosarán de gozo y alegría, y el dolor y los gemidos huirán de ellos.
Por siempre alabaré la misericordia del Señor; de una generación a otra, mis labios exaltarán tu fidelidad.Tú aplastaste a Rajab y lo heriste de muerte; con tu brazo poderoso dispersaste a tus enemigos.Tuyos son los cielos, tuya también la tierra y el mundo y su plenitud, pues tú lo fundaste.Tú creaste el norte y el sur; los montes Tabor y Hermón alaban tu nombre.Tuyo es el brazo poderoso; fuerte es tu mano, y exaltada tu diestra.Tu trono se basa en la justicia y el derecho; la misericordia y la verdad son tus heraldos.¡Dichoso el pueblo que sabe aclamarte, y que anda, Señor, a la luz de tu rostro!En tu nombre se alegrará todo el día, y en tu justicia será enaltecido.Tú eres la gloria de nuestro poder; por tu buena voluntad acrecientas nuestra fuerza.Tú, Señor, eres nuestro escudo; tú, Santo de Israel, eres nuestro rey.En una visión dijiste a tus santos: «He brindado mi apoyo a un guerrero; he escogido a un joven de mi pueblo.Por siempre afirmaré que tu misericordia se mantendrá firme en los cielos, y que en ellos se afirmará tu verdad.
Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación.
¡Cantemos salmos a nuestro Dios! ¡Cantemos salmos a nuestro Rey!¡Cantémosle un salmo digno de él, porque Dios es el Rey de toda la tierra!
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en Cristo nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales.
Ellos lo adoraron, y después volvieron muy felices a Jerusalén;y siempre estaban en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.
aunque no dejó de manifestar su poder al enviarnos toda clase de bienes, pues del cielo nos viene la lluvia, que hace fructificar la tierra para nuestro sustento y alegría.»
¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!
También ustedes ahora están tristes; pero yo los volveré a ver, y su corazón se alegrará, y nadie les arrebatará su alegría.
¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!
Pero gracias a Dios, que en Cristo Jesús siempre nos hace salir triunfantes, y que por medio de nosotros manifiesta en todas partes el aroma de su conocimiento.
¡Yo te bendeciré mientras tenga vida, y en tu nombre levantaré mis manos!Mi alma quedará del todo satisfecha, como si comiera los mejores platillos, y mis labios te aclamarán jubilosos
¿Qué más podemos decir? Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra de nosotros.
Te alabaré de todo corazón, y ante todos los dioses te cantaré salmos.De rodillas, y en dirección a tu santo templo, alabaré tu nombre por tu misericordia y fidelidad, por la grandeza de tu nombre y porque tu palabra está por encima de todo.
Y su señor le dijo: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.”
No se emborrachen con vino, lo cual lleva al desenfreno; más bien, llénense del Espíritu.Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cánticos espirituales; canten y alaben al Señor con el corazón,Vivan en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante.y den siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Al contrario, alégrense de ser partícipes de los sufrimientos de Cristo, para que también se alegren grandemente cuando la gloria de Cristo se revele.
Ustedes recibieron la palabra con gozo del Espíritu Santo, aun en medio de muchos sufrimientos, y llegaron a ser imitadores de nosotros y del Señor,
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