Buscad pues primeramente el reino de Dios, y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Y les dijo: 'Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida de cada uno no está en la abundancia de las cosas, que posee(i)'.
Jesús le dijo: 'Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todo tu entendimiento. Éste es el mayor, y el primer mandamiento. Y el segundo semejante(f) es a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
No queráis atesorar para vosotros tesoros en la tierra, donde orín y polilla los consume, y en donde ladrones los desentierran, y roban. Mas atesorad para vosotros tesoros en el cielo, en donde no los consume orín ni polilla, y en donde ladrones no los desentierran, ni roban. Porque en donde está tu tesoro, allí está también tu corazón(x).
Y así no andéis cuidadosos por el día de mañana: porque el día de mañana a sí mismo se traerá su cuidado(h). Le basta al día su propio afan'.
Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno, y amará al otro; o al uno sufrirá, y al otro despreciará(z). No podéis servir a Dios y a las riquezas(a).
Esto os he dicho, para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis apretura. Mas tened confianza, que yo he vencido al mundo(x)”.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá(d). Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama se le abrirá.
Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto(f); porque sin mí no podéis hacer nada.
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