Por eso, todos los que ponen su fe en Cristo reciben las mismas bendiciones que recibió Abraham.
Pues aunque físicamente me encuentro lejos, en espíritu estoy a vuestro lado; y me siento feliz, porque conozco el buen orden que reina entre vosotros y la firmeza de vuestra fe en Cristo. Libertad en Cristo
Así, por la fe salió Moisés de Egipto sin temor a la ira del rey, y se mantuvo firme, como si estuviera viendo al Invisible, a Dios, caminar a su lado.
Que si confiesas con tus labios que Jesús es el Señor, y si crees de corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, te salvarás.
Ahora bien, ¿acaso esto significa que la ley se opone a las promesas de Dios? ¡De ninguna manera! Lo que pasa es que, si por la ley dada a Moisés alcanzásemos la vida eterna, Dios no nos habría ofrecido otro medio de escapar del pecado, del cual somos prisioneros; pero la única manera de alcanzarla es por la fe en Jesucristo, y en ello radica la promesa dada a todos los creyentes.
y sin cesar os mencionamos ante nuestro Dios y Padre, recordando vuestra fe firme y activa, las obras a las que os mueve el amor y la perseverante esperanza que habéis puesto en nuestro Señor Jesucristo.
Puesto que Dios me ha confiado la comunicación de su mensaje, quiero aconsejaros que ninguno entre vosotros tenga de sí mismo más alto concepto del que debe tener, sino que se valore sensatamente, de acuerdo con el grado de fe que Dios le haya dado.
Porque si mantenemos con firmeza la confianza que teníamos al principio, participaremos de las riquezas de Cristo.
Hagamos el bien mientras tengamos ocasión, especialmente a nuestros hermanos en la fe de Cristo. No la circuncisión, sino una nueva creación
La oración hecha con fe sanará al enfermo: el Señor le devolverá la salud perdida y lo levantará del lecho, y si ha cometido pecados, el Señor se los perdonará.
Porque Jesucristo nos ha abierto por medio de la fe las puertas a esta gracia de Dios, en la cual permanecemos firmes, llenos de la alegre esperanza de su gloria.
De manera que ya vosotros no sois extranjeros ni gente ajena, sino miembros de la familia de Dios, conciudadanos de todos los creyentes en Cristo. Habéis sido edificados sobre el firme fundamento de los apóstoles y los profetas, y tenéis en el propio Cristo Jesús la principal piedra angular.
Por lo tanto no dejéis de esforzaros en añadir a vuestra fe la buena conducta, a la buena conducta el conocimiento de la voluntad de Dios, al conocimiento de la voluntad de Dios el dominio propio, al dominio propio la paciencia, a la paciencia la piedad, a la piedad el afecto fraternal, y al afecto fraternal la plenitud del amor.
Tres cosas hay de valor inmutable: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más importante es el amor.
Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio excelente, mucho más valioso que el de su hermano Caín. Al Señor le agradaron las ofrendas de Abel, y lo manifestó aceptándolo como justo; y aunque han transcurrido tantos años desde su muerte, Abel sigue hablándonos por medio de la fe.
y tener bien presente que nadie puede poner un cimiento distinto del que ya ha sido puesto, que es Jesucristo mismo.
Dicho esto, os recuerdo también que vuestra fortaleza ha de emanar del gran poder del Señor, que está en vosotros. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis resistir con firmeza las asechanzas del diablo,
Porque en ningún caso quisiéramos erigirnos en señores de vuestra fe, gracias a la cual permanecébis firmes. Lo que de veras deseamos es contribuir a vuestro gozo.
Abraham, cuando fue probado, confiando en las promesas que Dios le había hecho se dispuso a ofrecer en sacrificio a Isaac, su hijo único,
Y estoy seguro de que Dios, que en vosotros comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día en que regrese Jesucristo.
Gracias a él habéis creído en Dios, que le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que solamente en Dios depositéis vuestra fe y mantengáis vuestra esperanza.
Mantén tu fe y actúa con buena conciencia; no como esos que, habiéndola desestimado, han hecho que su fe naufrague.
Por la fe Moisés, ya adulto, rehusó disfrutar de los privilegios propios de un hijo de la hija del faraón,
En Cristo Jesús, por lo tanto, también los gentiles pueden alcanzar la misma bendición que Dios prometió a Abraham, porque por medio de la fe todos recibimos la promesa del Espíritu Santo. La ley y la promesa
Ellos le respondieron: Cree en el Señor Jesucristo, y seréis salvos tú y toda tu familia.
Y en esto consiste su mandamiento: en que creamos en su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros.
llevándonos a todos a profesar una misma fe y un mismo conocimiento del Hijo de Dios. Dicho de otro modo: para que crezcamos en madurez y perfección hasta que Cristo llene totalmente nuestra existencia.
Todos ellos, movidos por la fe, lograron conquistar reinos, administraron justicia rectamente y obtuvieron lo que Dios les había prometido; cerraron bocas de leones
y, al propio tiempo, para que me deis alientos y me fortalezcáis en la fe que vosotros y yo tenemos en común.
Pero Jesús, al oir la noticia que traían los mensajeros, le dijo al jefe de la sinagoga: No tengas miedo. Solamente debes tener fe.
Abraham creyó a Dios cuando le dijo que iba a hacerle padre de muchas gentes, y que de su innumerable descendencia nacerían muchas naciones. Abraham creyó contra toda esperanza, y puso la suya en algo que parecía imposible.
Cuando os ataque, presentadle una firme resistencia, confiando en el Señor y sabiendo que en todas partes vuestros hermanos en la fe de Cristo son presa de los mismos sufrimientos.
Os aseguro que no, que pronto les hará justicia. Ahora bien, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará en este mundo perseverancia en la fe? Parábola del fariseo y del recaudador de impuestos
Por tanto, las bendiciones de Dios solamente pueden obtenerse por fe, gratuitamente; y así la promesa de Dios permanece firme para toda la descendencia de Abraham. No sólo para la que permanece sujeta a la ley de Moisés, sino también para los que tenemos una fe como la de Abraham, que es nuestro padre en cuanto a la fe se refiere.
Dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, no solo es digno, sino también un deber que tenemos delante de él por vuestro continuo crecimiento en la fe y por vuestro amor, que rebosa y se extiende entre todos vosotros.
También en Cristo, vosotros, que escuchasteis la palabra de la verdad, la buena nueva de la salvación, y que habéis creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido.
porque hemos oído de vuestra fe en Cristo Jesús y del profundo amor que profesáis al pueblo de Dios.
Por la fe Enoc, sin haber conocido la muerte, fue llevado al cielo y nadie lo volvió a ver. Dios se lo llevó, habiéndole antes manifestado que le agradaba porque confiaba en él.
Entonces les tocó los ojos, al tiempo que les decía: Que os sea hecho conforme a la fe que tenéis.
y si Cristo no resucitó, nuestra predicación es vana, y vana es también la fe que en Dios habéis depositado.
Porque cuando uno cree de corazón, Dios lo declara justo; y cuando confiesa su fe, se asegura la salvación,
Ahora, hermanos, ¡basta ya de permanecer siempre en las enseñanzas más elementales de la fe cristiana! Sigamos adelante y tratemos de alcanzar la madurez de nuestro conocimiento. No volvamos a echar de nuevo los cimientos de temas tales como el arrepentimiento de obras que llevan a la muerte, la fe en Dios,
La fe es la certidumbre de lo que se espera, la convicción de alcanzar lo que no se ve.
Todo lo que pidáis en oración, si de veras creéis, lo recibiréis. La autoridad de Jesús puesta en duda
Tomás, has creído en mí porque me has visto... ¡Dichosos los que lleguen a creer sin haberme visto!
Ahora que Dios nos ha declarado justos por haber creído en sus promesas, podemos disfrutar de verdadera paz con él merced a lo que nuestro Señor Jesucristo hizo en nuestro favor.
Es, pues, evidente que Dios no dará por justo a nadie por haber obedecido a la ley de Moisés, sino que únicamente por medio de la fe será tenido el hombre por justo delante de Dios. Así lo dijo el profeta Habacuc: 'El que es justo por la fe vivirá',
Vigilad con atención para permanecer siempre fieles al Señor. Portaos varonilmente y esforzaos en su obra.
puestos los ojos en Jesús, el autor y perfeccionador de la fe, a quien no le importó sufrir el oprobio de la muerte vergonzosa en una cruz, sino que aceptó morir en ella sabiendo el gozo que le esperaba. Miremos, pues, a Jesús, que ahora ocupa el lugar de honor a la derecha de Dios.
Respondió Jesús: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá. Porque nadie que vive y cree en mí morirá para siempre. ¿Crees esto, Marta?
Embrazad, sobre todo, el escudo de la fe, para que en él podáis apagar todas las flechas ardientes del maligno.
He peleado hasta el fin la buena batalla, he acabado la carrera y he mantenido el depósito de la fe.
Por cuanto vosotros habéis puesto en él vuestra fe, con su gran poder os protegerá para que podáis alcanzar la salvación que ya está dispuesta para ser revelada en los días del fin.
Cualquiera que ha nacido de Dios vence al mundo; pero esta victoria únicamente puede obtenerse por la fe,
Vosotros, aunque no le habéis visto, le amáis; y confiáis en él, aun cuando en el momento actual todavía no le veáis. Por eso, el gozo que sentís es indescriptible y glorioso, y por eso, como galardón de vuestra fe, vais a obtener la salvación de vuestras almas.
Pero, eso sí, habéis de pedirla con fe, porque el que duda es semejante a las olas del mar, que se agitan de acá para allá según el punto de donde sopla el viento.
Porque la fe viene cuando se escucha con atención el mensaje que predicamos acerca de Jesucristo.
La fe es, pues, necesaria para agradar a Dios. Por eso, todo el que quiera acercarse a Dios debe creer que existe y que premia a los que sinceramente le buscan.
Y pensad esto: que solamente por gracia sois salvos mediante la fe en Cristo. No lo sois por vuestros propios merecimientos, sino tan sólo como un don de Dios,
Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, también la fe está muerta si no se traduce en buenas obras.
Porque tenéis poca fe les respondió Jesús . Os aseguro que, si tuvierais fe aunque solo fuera del tamaño de un grano de mostaza, podríais decirle a este monte: '¡Quítate de ahí y pásate allá!', y el monte se pasaría. Nada os sería imposible. [
Con Cristo estoy crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y esta vida verdadera que ahora vivo es el resultado de mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a muerte por mí.
Por eso os aseguro que todo lo que pidáis en oración, si ponéis vuestra fe en que habéis de recibirlo, lo recibiréis.
Porque en el evangelio se revela la justicia de Dios, desde la fe y para unirnos por la fe a la vida que Dios ofrece. Como leemos en las Escrituras: 'El que es justo por la fe vivirá'. La ira de Dios contra la humanidad
Recibid con gusto entre vosotros a cualquier hermano, aun cuando todavía no tenga una fe firme; pero no os enredéis con él en discusiones si sus ideas no concuerden con las vuestras.
Porque a nosotros se nos han anunciado las buenas nuevas de la salvación, de la misma manera que se les anunció a los contemporáneos de Moisés; aunque a ellos no les resultó de ningún provecho aquel mensaje, porque no lo creyeron. Les faltaba la fe,
Pero nosotros, con ayuda del Espíritu Santo, esperamos ser hechos justos a los ojos de Dios por medio de la fe en Cristo.
Abraham no dudó jamás, sino que con una fe llena de fortaleza, con entera confianza, creyó la promesa de Dios, y lo glorificó, porque estaba persuadido de que Dios tiene pleno poder para cumplir lo que promete.
Por la fe Abraham, cuando Dios le ordenó que abandonase su país natal, emprendió la marcha hacia el remoto lugar que el Señor iba a darle como herencia. Partió sin saber a dónde se dirigía,
Por la fe Sara tuvo un hijo, a pesar de ser estéril y de edad avanzada. Lo dio a luz porque creyó que Dios, en su infinita fidelidad, había de cumplir su promesa.
Esa fe que no produce obras buenas no tiene ningún valor. Es una fe inútil, que está totalmente muerta.
El Señor les respondió: Si vuestra fe fuese siquiera del tamaño de una semilla de mostaza, podríais decirle a este sicómoro: 'Desarráigate y plántate en el mar', y os obedecería.
Por lo tanto, gentiles, que el Dios que os ha dado la esperanza os colme de dicha y de paz por haber creído en él. Que reboséis de esperanza mediante el poder del Espíritu Santo que habita en vosotros. Pablo, ministro de los gentiles
Pelea la buena batalla de la fe y echa mano de la vida eterna, a la que Dios te ha llamado y que tan firmemente has confesado delante de muchos testigos.
Por la fe cayeron las murallas de Jericó después que el pueblo de Israel marchó alrededor de ellas durante siete días.
Antes de nada, sabed que mediante Jesucristo doy gracias a mi Dios por todos vosotros, porque vuestra fe es conocida en todas partes.
Jesús se quedó admirado al oírlo, se quedó admirado, y dijo a la gente que le seguía; Os aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado a nadie que tenga tanta fe.
Por la fe Noé, cuando Dios le advirtió acerca del diluvio que iba a sobrevenir, y antes de apreciarse el más leve indicio de su llegada, comenzó a construir con diligencia el arca en la que él y su familia habían de salvarse. Con su fe puso Noé de relieve el pecado y la incredulidad del resto del mundo, y obtuvo la aprobación de Dios, que por esa fe lo aceptó como justo.
pero nosotros, que pertenecemos al día, debemos ser sobrios y estar revestidos de la coraza de la fe y del amor, y cubiertos con la esperanza de la salvación como el soldado se cubre con su yelmo.
Pero Jesús, volviéndose, la miró y le dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha salvado. Y la mujer quedó sanada desde aquel mismo instante.
Y le pido que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, y que así, arraigados y fundados en amor,
a fin de que vuestra fe no se basara en conceptos propios de esa sabiduría, sino únicamente en el poder de Dios. Sabiduría procedente del Espíritu
Con lo cual concluimos que Dios nos declara justos y nos salva mediante la fe en Cristo, sin que hayamos de alegar las obras realizadas de acuerdo con la ley.
Por la fe hemos podido entender que el universo entero surgió por la palabra de Dios, quien de lo que no se veía hizo todo lo que ahora vemos.
Mi mayor anhelo es sentirme unido a él, no ya en virtud de una justicia mía, personal, resultado de mi estricta obediencia a la ley mosaica, sino solamente por la fe en él, en Cristo, porque Dios nos hace justos por la fe.
Esto, por supuesto, si plena y firmemente permanecéis fundados en la verdad, sin apartaros de la esperanza que os ofrece el evangelio de la salvación que un día escuchasteis y que ahora se está predicando en el mundo entero, y a cuyo servicio yo, Pablo, he sido puesto. Trabajo de Pablo por la iglesia
Jesús respondió: La obra que es voluntad de Dios consiste en que creáis en el que él ha enviado.
pues nadie puede salir victorioso en la lucha contra el mal, sino sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios.
Únete al canal de BibliaTodo en tu app favorita: