pues aunque estoy ausente en el cuerpo, no obstante en el espíritu estoy con vosotros, regocijándome y viendo vuestro buen orden, y la firmeza de vuestra fe en el Mesías.
Por fe dejó Egipto,° no temiendo la ira del rey, y se sostuvo como viendo al Invisible.
°Si con tu boca confiesas a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo,
Pero la Escritura encerró todo bajo pecado, para que la promesa de la fe en Jesús el Mesías fuera dada a los que creen.
recordando sin cesar delante del Dios y Padre nuestro la obra de vuestra fe y el trabajo de vuestro amor, y la paciencia en° la esperanza de Jesús el Mesías, nuestro Señor;
Ordeno pues, por la gracia que me fue dada, a cada cual que está entre vosotros, que no piense más altamente de lo que debe pensar, sino que piense con sobriedad,° según la medida° de fe que Dios dio a cada uno.
Porque hemos llegado a ser partícipes del Mesías con tal que retengamos firme hasta el fin el fundamento,°
Así que, mientras tenemos oportunidad, hagamos el bien a todos, mayormente a la familia de la fe.
Y la oración° de fe sanará° al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados.
Por medio de quien también hemos obtenido derecho de entrada° a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Así pues ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois conciudadanos con los santos y miembros de la familia de Dios, habiendo sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular el mismo Jesús, el Mesías,
así también vosotros poned° toda diligencia en añadir a vuestra fe virtud, a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal, y al afecto fraternal, el amor.
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
Por fe Abel presentó a Dios una ofrenda mejor que Caín, por medio de la cual recibió aprobación de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas, y habiendo muerto, aún habla por medio de ella.°
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesús el Mesías.
Al instante, Jesús extendiendo la mano, trabó de él, y le dice: ¡Falto de fe! ¿Por qué dudaste?
Por lo demás,° sed fortalecidos° en el Señor, y en el poder de su fuerza. Revestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo,
Porque no nos enseñoreamos de vuestra fe,° sino que somos colaboradores de vuestro gozo, porque estáis firmes por la fe.
Por fe Abraham, habiendo sido probado, ofreció a Isaac, y el que recibió las promesas ofrecía a su unigénito°
estando plenamente convencido de esto mismo, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la seguirá perfeccionando hasta el día de Jesús el Mesías.
que por medio de Él sois fieles a Dios, quien lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, para que vuestra fe y esperanza estén en Dios.
manteniendo la fe y la buena conciencia, la cual desechando algunos, naufragaron en cuanto a la fe;
para que la bendición de Abraham llegara a los gentiles por Jesús el Mesías, a fin de que por medio de la fe recibamos el Espíritu prometido.
Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre° de su Hijo Jesús el Mesías y nos amemos unos a otros, como nos ha dado mandamiento.°
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno° del Hijo de Dios, a un varón perfecto,° a la medida de la estatura de la plenitud del Mesías.
quienes por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, cerraron bocas de leones,°
y también para ser confortado juntamente con vosotros por la confianza mutua° que nos tenemos unos a otros.
Pero Jesús, alcanzando a oír° lo que se hablaba, dice al principal de la sinagoga: No temas, sólo sigue creyendo.
El cual,° contra esperanza, creyó en esperanza,° para llegar él a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que le había sido° dicho: Así será tu descendencia.°
Resistidle pues, firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos° se van cumpliendo en vuestra hermandad en el mundo.
Os digo que con presteza° les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
Por eso, la promesa proviene de la fe, para que sea por gracia, a fin de que sea firme para toda la descendencia, no sólo para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros°
Estamos obligados, hermanos, a dar siempre gracias a Dios por vosotros, porque es justo, pues vuestra fe crece abundantemente, y el amor mutuo de cada uno de todos vosotros abunda,
en Él también vosotros, habiendo oído la palabra de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en Él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido,
habiendo oído de vuestra fe en Jesús el Mesías, y el amor que tenéis hacia todos los santos,
Por fe Enoc fue trasladado para que no viera muerte, y no fue hallado, porque lo trasladó Dios, y antes del traslado recibió testimonio de haber agradado a Dios.°
y si el Mesías no fue resucitado, vana° es nuestra predicación, vana también vuestra fe;
porque con el corazón se cree para justicia y con la boca se confiesa para salvación.°
Por tanto, dejando los principios elementales de la palabra del Mesías, avancemos a la perfección, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, y de fe en Dios,
Jesús le dice: ¿Porque me has visto, has creído? Bienaventurados los que no vieron y creyeron.
Por tanto, habiendo sido declarados justos por la fe, tenemos paz ante Dios mediante nuestro Señor Jesucristo.
Y es evidente que por la ley nadie es declarado justo delante de Dios, porque: El justo vivirá por la fe.°
puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe; el cual, por el gozo puesto delante de Él, soportó la cruz, y despreciando el oprobio, se ha sentado a la diestra del trono de Dios.
Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, de ningún modo morirá eternamente. ¿Crees esto?
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con el cual podréis apagar todos los dardos de fuego del maligno;
que sois guardados° por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación, que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero, en lo cual os alegráis grandemente.°
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido° al mundo: nuestra fe.
a quien amáis sin haberlo visto, en quien aun no viéndolo, pero creyendo, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra° fe: la salvación de las° almas.
Pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a una ola del mar, impelida y zarandeada por el viento.
Así que la fe viene por medio de la predicación, y la predicación, a través de la palabra del Mesías.°
Pero sin fe es imposible agradarlo, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que existe, y que es galardonador de los que lo buscan.
Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no es° de vosotros, es el don de Dios.
Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Les dice: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo que si tuvierais fe° como un grano de mostaza, diríais a este monte: ¡Pásate de aquí allá!, y se pasaría,° y nada os sería imposible.
y ya no vivo yo, sino que el Mesías vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, quien me amó, y se entregó a sí mismo por mí.
Por esto os digo: Todo cuanto oráis y pedís, creed que lo recibisteis,° y lo obtendréis.
Porque en el evangelio° está siendo° revelada una justicia divina de fe a fe,° como está escrito: El justo vivirá a base de fe.°
Porque así como a ellos, también a nosotros se nos ha predicado la buena nueva; pero no les benefició la palabra de la predicación, por no ir acompañada de la fe por parte de los que la habían oído.
sino que, mirando° la promesa de Dios, no vaciló con incredulidad, y fue fortalecido en la fe, dando gloria a Dios; plenamente convencido de que el que había prometido,° era también poderoso para hacerlo.
Por fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que iba recibir por herencia, y salió sin saber a dónde iba.°
Por fe, a pesar de la esterilidad de Sara, recibió vigor para engendrar° simiente aun fuera del tiempo de la edad,° porque creyó que era fiel el que había prometido.
Dijo el Señor: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais° al sicómoro: ¡Sé desarraigado y sé plantado en el mar! Y os obedecería.°
Así el Dios de esperanza os llene° de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en la esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual fuiste llamado, y delante de muchos testigos declaraste la buena confesión.
Primeramente, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos vosotros, por cuanto vuestra fe es cosa muy bien conocida en todo el mundo.
Al oírlo, Jesús se maravilló y dijo a los que lo seguían: De cierto os digo, ni aun en Israel he hallado tanta fe.
Por fe Noé, habiendo sido advertido acerca de cosas que aún no se veían, movido de reverente temor construyó un° arca para salvación° de su casa, y mediante esa fe condenó al mundo, y fue heredero de la justicia que es según fe.°
Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, vistiéndonos la coraza de fe y amor, y como yelmo la esperanza de salvación.°
Jesús entonces volviéndose, la miró y le dijo: ¡Ten ánimo, hija, tu fe te ha salvado! Y la mujer fue salva desde aquella hora.
para que habite el Mesías por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,
Sostenemos entonces° que el hombre es declarado justo por la fe, sin las obras de la ley.
Por fe entendemos haber sido constituido el universo° por la palabra de Dios,° de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.°
y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia, que procede de la ley, sino la que es mediante la fe del Mesías, la justicia que procede de Dios basada en la fe,
ya que en verdad permanecéis fundamentados en la fe, y firmes y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual ha sido proclamado en toda la creación que está debajo del cielo, del cual yo, Pablo, llegué a ser ministro.
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