Bueno el confesar al Señor; y tañer a tu nombre, Altísimo, para anunciar de mañana, tu misericordia; y tu verdad, a través de la noche;
y Señor, el Señor, mi ayudador se ha hecho; por esto no he sido confundido, sino que he puesto mi rostro como dura piedra, y conocí que no seré avergonzado, no;
Y respondió y díjome, diciendo: «Esta es la palabra del Señor a Zorobabel, diciendo: «No en poder grande, ni en fuerza sino en mi espíritu(a) , dice el Señor Todopoderoso.
No temas; que contigo soy; no yerro; pues yo soy tu Dios; que te he fortalecido, y ayudádote y asegurádote con la diestra la justa, mía.
A ti, Señor, he clamado, Dios mío; no enmudezcas sobre mí; no sea que enmudezcas sobre mí, y me asemeje a los que bajan al lago(a) .
Vosotros de Dios sois, hijitos; y le habéis vencido; porque mayor es el en vosotros que el en el mundo.
Toda disposición dispuesta contra ti no prosperaré; y toda voz se alzará contra ti en juicio— a todos ellos superarás; y los culpables para contigo estarán en él. Hay heredad para los que sirven al Señor; y vosotros seréis para mí justos, dice el Señor.
(pues las armas de nuestra milicia, no carnales, sino poderosas con Dios para derribamiento de fortificaciones);
He aquí te he mandado: esfuérzate y envalentónate; no te acobardarás ni temerás, pues contigo es el Señor, tu Dios, en todo lo que anduvieres.»
De(d) magnificencia de fuerza, el nombre del Señor; y los que a él recurren, justos, son exaltados.
Hágase ya paz en tu poder, y abundancia en tus alcázares; por causa de los hermanos míos y de los prójimos míos. Y hablaba yo paz acerca de ti;
En todo cogiendo el escudo de la fe; en el cual podréis todos los dardos del malo los encendidos apagar;
Clamaré a Dios, el Altísimo; a Dios que me ha hecho bien(a) . Envió desde el cielo, y salvóme; dio a oprobio los que me conculcaban;
porque todo lo nacido de Dios, vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
No a vosotros toca guerrear; esto entended y ved la salud del Señor con vosotros, Judá y Jerusalén; no temáis ni os arredréis mañana para salirles al encuentro; y el Señor, está con vosotros».
voz del Señor, partiendo llama de fuego(d) ; voz del Señor estremeciendo desierto; estremecerá el Señor el desierto de Cadés.
He aquí mi Dios, mi salvador; confiado estaré en él, y no temeré; por esto: porque mi gloria y mi loor, Señor; y se me ha convertido en salvación.
Templaos, velad: vuestro enemigo diablo, como león bramante ronda, buscando a quien devorar; al que resistid, firmes en la fe; sabiendo que las mismas tribulaciones están a vuestros en el mundo hermanos reservadas.
El inocente de manos, y puro del corazón, que no ha recibido para lo vano(b) su alma, ni jurado, en dolo, a su prójimo.
Y él les dice: «Por vuestra poca fe; pues en verdad os digo: si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: «Pásate de acá a allá». Y se pasará, y nada os será imposible.
No temeré ante miríadas de pueblo, de los que en contorno me asedian. Levántate Señor: sálvame, Dios mío;
Y, sin fe, imposible placerle; pues creer debe, el que se llega a Dios, que(d) es, y, para los que le buscan, remunerador se hace.
Heme alegrado de lo que se me ha dicho: «A casa del Señor iremos»; puestos estaban nuestros pies(a) en los atrios de Jerusalén,
Envalentónate y esfuérzate; no temas, ni acobardes; ni te aterres ante su faz, que el Señor, tu Dios, éste el que va delante con vosotros, entre vosotros, no te dejará ni te abandonará.»
Está confiado, en todo tu corazón en Dios, y en tu sabiduría no te exaltes; para todos tus caminos conócela para que enderece tus caminos.
Y, respondiendo Jesús, díjoles: «En verdad dígoos; si tuviereis fe y no vacilareis no sólo lo de la higuera haréis, sino que, si también a este monte dijereis; «Alzate y arrójate en el mar», se hará,
para sentarlo con príncipes, con príncipes de su pueblo; el que coloca a la estéril en casa, madre sobre hijos gozosa.
así que confiadamente digamos: Señor, para mí, ayudador: no temeré: ¿que me hará el hombre?
Y ha menospreciado mi ojo en mis enemigos; y en los que se levantan contra mí malvados, escuchará mi oreja(d) . el justo cual palma florecerá; cual el cedro, el del Líbano, multiplicaráse.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca; sino que el nacido de Dios se guarda a sí mismo(b) ; y el malo no le coge.
Nada os afanéis; sino en todo, por la oración y la plegaria, con agradecimiento, vuestras peticiones manifiéstense ante Dios. Y la paz de Dios, la que supera a todo entendimiento, custodiará vuestros corazones y vuestras inteligencias en Cristo Jesús.
pero los que aguardan a Dios, mudarán fuerza(g) ; alas criarán, como águilas; correrán, y no trabajarán; caminarán, y no hambrearán.
Y esperen en ti, los que conocen tu nombre; pues no has abandonado a los que te buscan, Señor.
Y contemplando, Jesús, díjoles: «Ante hombres esto imposible es, pero ante Dios; todo posible».
Porque el rey espera en el Señor y en la misericordia del Altísimo, no será, no, movido.
Aun cuando anduvieres por agua, contigo soy, y ríos no te anegarán; aun cuando anduvieres por fuego no te abrasarás, no; llama no te abrasará;
He aquí os he dado la potestad de pisar por sobre serpientes y escorpiones, y sobre toda la fuerza del enemigo; y nada os dañará, no.
Pronto exclamando el padre del niñito con lágrimas decía: «Creo; ayuda(k) mi incredulidad».
Desinteresada la vida; contentos con lo presente; pues él dijo: (Deut. 31,6). No te dejaré, no; ni te abandonaré, no;
enseñándoles a guardar todo cuanto he mandado a vosotros. Y he aquí que estoy con vosotros todos los días hasta la consumación del siglo»(e) .
Y sabemos que a los amantes de Dios, todo coopera en bien, a los que según propósito llamados son.
Y es la fe de las cosas que se esperan, fundamento; de cosas demostración que no se ven.
temiendo y espantándose de los hombres, han sido suplantados; y el confiado en el Señor, se alegrará. Impiedad al varón da resbalamiento; y el que confía en el Amo, se salvará.
No arrebates junto con los pecadores a mi alma; y con los que obran iniquidad no me pierdas juntamente.
Bondadoso es el Señor para con los que esperan en él, en día de tribulación; y conociendo a los temerosos de él.
mantengamos la confesión de la esperanza indeclinable(n) (pues fiel, el que ha prometido);
Y dijo David: «El Señor que me ha librado de la mano del león y de la mano del oso, él me librará de manos del filisteo, del incircunciso éste.» Y dijo Saúl a David: «Ve, y será el Señor contigo.»
Y te cubrirá de Dios el principado, y(s) bajo el poder de brazos eternos; y lanzará de delante de tu faz al enemigo, diciendo: «¡Perece!»
confiado de esto mismo: que, quien empezó en vosotros obra buena, perfeccionará hasta día de Jesucristo;
y al amparo de tus alas me alborozaré; adhirió mi alma en pos de ti; acogióme tu diestra.
Así que también los que padecen, según la voluntad de Dios, al fiel Creador encomienden sus almas, en beneficencia.
Consolaos, los pusilánimes del pensar; confortaos; no temáis. He aquí nuestro Dios juicio retribuye y retribuirá; él vendrá y nos salvará.
El Fuerte-intachable, su camino; la palabra del Señor, poderosa, acrisolada; escudador es a todos los confiados en él.
Y ahora así dice el Señor, el Dios que te ha hecho, Jacob; y el que te ha plasmado, Israel: «No temas; que te he redimido; llamádote por tu nombre; mío eres tú.
Y mi Dios llenará toda necesidad de vosotros, según su riqueza, en gloria, en Cristo Jesús.
Señor apiádate de nosotros; pues en ti confiamos. Hecha ha sido la simiente de los inobedientes en perdición; pero nuestra salud(a) , en tiempo de tribulación.
¿Qué pensáis contra el Señor? Consumación él hará; no vindicará dos veces igualmente en tribulación;
Venid a mí, todos los trabajados y recargados, y yo os refrigeraré. Alzad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, porque suave soy y humilde del corazón, y hallaréis alivio para vuestras almas;
Las misericordias del Señor, que no me haya abandonado, que no se hayan acabado sus conmiseraciones; por las mañanas se llenó tu fe.
Y el Dios de la esperanza llenaráos de todo gozo y paz en el creer; para que abundéis en la esperanza, en virtud de Espíritu Santo.
Pues yo, tu Dios, el que cojo tu diestra, el que te digo: No temas, Jacob pequeñuelo Israel; yo te he ayudado, dice Dios, el que te redime, Israel.
porque ojos de Señor sobre justos, y sus orejas a plegaria de ellos; y faz de Señor sobre los que hacen mal.
con la esperanza, gozándoos; en la tribulación pacientes; en la oración, perseverantes;
(Hb. 2,3-4). y el justo mío de fe vivirá, y si se retrajere(t) , no se complace mi alma en él.
Así dice el Señor, Señor el santo de Israel: «Cuando, convertido gimieres, entonces salvarás y conocerás dónde estabas; pues confiabas en los vanos(e) ; vana la fuerza de vosotros se hizo. Y no queríais oír;
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