Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso, di al Señor: 'Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío'.
Pero el Señor viene en mi ayuda: por eso, no quedé confundido; por eso, endurecí mi rostro como el pedernal, y sé muy bien que no seré defraudado.
El me respondió: Esta es la palabra del Señor acerca de Zorobabel: ¡No por el poder ni por la fuerza, sino por mi espíritu...! -dice el Señor de los ejércitos.
Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad.
No temas, porque yo estoy contigo, no te inquietes, porque yo soy tu Dios; yo te fortalezco y te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa.
De David. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré?
¿Qué diremos después de todo esto? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque aquel que está en ustedes es más grande que el que está en el mundo.
Ninguna herramienta forjada contra ti resultará eficaz, y tú desmentirás a toda lengua que se alce para juzgarte. Esta es la herencia de los servidores del Señor, ésta es la victoria que yo les aseguro -oráculo del Señor-.
No, las armas de nuestro combate no son carnales, pero, por la fuerza de Dios, son suficientemente poderosas para derribar fortalezas. Por eso destruimos los sofismas
¿Acaso no soy yo el que te ordeno que seas fuerte y valiente? No temas ni te acobardes, porque el Señor, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas'.
El nombre del Señor es una torre fortificada: el justo corre hacia ella y se pone a salvo.
El Señor te protegerá de todo mal y cuidará tu vida. El te protegerá en la partida y el regreso, ahora y para siempre.
Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno.
mis enemigos me asedian sin cesar, son muchos los que combaten contra mí. Cuando me asalta el temor, yo pongo mi confianza en ti, Dios Altísimo;
porque el que ha nacido de Dios, vence al mundo. Y la victoria que triunfa sobre el mundo es nuestra fe.
No tendrán necesidad de combatir en esta ocasión: deténganse allí sin moverse y verán la salvación que el Señor les tienen preparada. ¡No teman ni se acobarden, Judá y Jerusalén! Salgan mañana a enfrentarse con ellos, porque el Señor estará con ustedes'.
el Señor es mi fuerza y mi escudo, mi corazón confía en él. Mi corazón se alegra porque recibí su ayuda: por eso le daré gracias con mi canto.
Este es el Dios de mi salvación: yo tengo confianza y no temo, porque el Señor es mi fuerza y mi protección; él fue mi salvación.
Sean sobrios y estén siempre alerta, porque su enemigo, el demonio, ronda como un león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos dispersos por el mundo padecen los mismos sufrimientos que ustedes.
Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza.
'Porque ustedes tienen poca fe, les dijo. Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: 'Trasládate de aquí a allá', y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes'.
Ahora bien, sin la fe es imposible agradar a Dios, porque aquel que se acerca a Dios debe creer que él existe y es el justo remunerador de los que lo buscan.
Canto de peregrinación. Levanto mis ojos a las montañas: ¿de dónde me vendrá la ayuda? La ayuda me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
La fe, por lo tanto, nace de la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de Cristo.
¡Sean fuertes y valientes! No tengan miedo ni tiemblen ante ellas. Porque el Señor, tu Dios, te acompaña, y él no te abandonará ni te dejará desamparado'.
Confía en el Señor y de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia; reconócelo a él en todos sus caminos y él allanará tus senderos.
Jesús les respondió: 'Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no sólo harán lo que yo acabo de hacer con la higuera, sino que podrán decir a esta montaña: 'Retírate de ahí y arrójate al mar', y así lo hará.
De manera que podemos decir con plena confianza: El Señor es mi protector: no temeré. ¿Qué podrán hacerme los hombres?
porque él te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos. Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra;
Sabemos que el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Hijo de Dios lo protege, y el Maligno no le puede hacer nada.
No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.
Pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, despliegan alas como las águilas; corren y no se agotan, avanzan y no se fatigan.
Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: 'Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible'.
Ahora sé que el Señor ha dado la victoria a su Ungido, lo ha hecho triunfar desde su santo cielo con las proezas de su mano salvadora.
Si cruzas por las aguas, yo estaré contigo, y los ríos no te anegarán; si caminas por el fuego, no te quemarás, y las llamas no te abrasarán.
Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos.
No se dejen llevar de la avaricia, y conténtense con lo que tienen, porque el mismo Dios ha dicho: No te dejaré ni te abandonaré.
Porque yo, el Señor, soy tu Dios, el que te sostengo de la mano derecha y te digo: 'No temas, yo vengo en tu ayuda'.
y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo'.
Sabemos, además, que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio.
Ahora bien, la fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven.
El miedo tiende al hombre una trampa, pero el que confía en el Señor se pone a salvo.
Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no temerá; aunque estalle una guerra contra mí, no perderé la confianza.
El Señor es bueno con los que esperan en él, es un refugio en el día de la angustia; Iod reconoce a los que confían en él
Mantengamos firmemente la confesión de nuestra esperanza, porque aquel que ha hecho la promesa es fiel.
Y David añadió: 'El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, también me librará de la mano de ese filisteo'. Entonces Saúl dijo a David: 'Ve, y que el Señor esté contigo'.
El Dios de los tiempos antiguos es un refugio, y sus brazos obran desde siempre aquí abajo. El expulsó a tus enemigos delante de ti y ordenó ¡Extermina!
Tú eres mi refugio, tú me libras de los peligros y me colmas con la alegría de la salvación. Pausa
Estoy firmemente convencido de que aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús.
Por lo tanto, aquellos que sufren conforme a la voluntad de Dios, practiquen el bien, poniéndose en las manos de su Creador, que es fiel.
digan a los que están desalentados: '¡Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios! Llega la venganza, la represalia de Dios: él mismo viene a salvarlos!.
El camino de Dios es perfecto, la promesa del Señor es digna de confianza. El Señor es un escudo para los que se refugian en él,
Y ahora, así habla el Señor, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú me perteneces.
Dios colmará con magnificencia todas las necesidades de ustedes, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús.
Señor, ten piedad de nosotros, nosotros esperamos en ti. Sé nuestro brazo cada mañana y nuestra salvación en el tiempo de la angustia.
¿Que traman ustedes contra el Señor ? El aniquila por completo, y la calamidad no se repetirá dos veces.
Canto de peregrinación. Los que confían en el Señor son como el monte Sión, que permanece inconmovible para siempre.
Su boca es más blanda que la manteca, pero su corazón desea la guerra; sus palabras son más suaves que el aceite, pero hieren como espadas.
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
La misericordia del Señor no se extingue ni se agota su compasión; ellas se renuevan cada mañana, ¡qué grande es tu fidelidad!
'No temas, respondió él, porque los que están con nosotros son más que los que están con ellos'.
Que el Dios de la esperanza los llene de alegría y de paz en la fe, para que la esperanza sobreabunde en ustedes por obra del Espíritu Santo.
Porque yo, el Señor, soy tu Dios, el que te sostengo de la mano derecha y te digo: 'No temas, yo vengo en tu ayuda'. Tú eres un gusano, Jacob, eres una lombriz, Israel, pero no temas, yo vengo en tu ayuda -oráculo del Señor- y tu redentor es el Santo de Israel.
Porque los ojos del Señor miran al justo y sus oídos están atentos a su plegaria, pero él rechaza a los que hacen el mal.
Alégrense en la esperanza, sean pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración.
Porque así habla el Señor, el Santo de Israel: En la conversión y en la calma está la salvación de ustedes; en la serenidad y la confianza está su fuerza. ¡Pero ustedes no lo han querido!
Únete al canal de BibliaTodo en tu app favorita: