La fe -esperanza La fe es la garantía de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve.
Ríndanse y reconozcan que soy Dios, excelso sobre los pueblos, excelso sobre la tierra.
No temas, que yo estoy contigo; no te angusties, que yo soy tu Dios: te fortalezco y te auxilio y te sostengo con mi diestra victoriosa.
Cuando temo, confío en ti. En Dios, cuya palabra alabo, en Dios confío y no temo, ¿qué podrá hacerme un mortal?
El amor de Dios Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que le aman, de los llamados según su designio.
Él les contestó: -Porque ustedes tienen poca fe. Les aseguro que, si tuvieran la fe del tamaño de una semilla de mostaza, dirían a aquel monte que se trasladara allá, y se trasladaría. Y nada sería imposible para ustedes.
Sin fe es imposible agradarle. Quien se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que lo buscan.
El Dios de la paz los llene de gozo y paz en la fe, para que, por la fuerza del Espíritu Santo, desborden de esperanza.
Confía en el Señor de todo corazón y no te fíes de tu propia inteligencia; en todos tus caminos tenlo presente, y él enderezará tus sendas.
Por eso, no se preocupen del mañana, que el mañana se ocupará de sí. A cada día le basta su problema.
Estoy seguro de que quien comenzó en ustedes la obra buena, la llevará a término hasta el día de Cristo Jesús.
Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, amor y templanza.
Oh Dios, sondéame y conoce mi corazón, examíname y conoce mis pensamientos. Mira, si mi camino es errado y guíame por el camino recto.
pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse.
Esto requiere de ustedes que se mantengan firmes y bien fundamentados en la fe, sin abandonar la esperanza que conocieron por la Buena Noticia, proclamada a todas las criaturas que están bajo el cielo y de la cual, yo, Pablo, fui constituido ministro.
Teniendo todo esto en cuenta, ¿qué podemos decir? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién estará en contra?
¿Por qué estás abatida, alma mía, por qué estás gimiendo? Espera en Dios, que aún le darás gracias: Salvador de mi rostro, Dios mío.
Vengan a mí, los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy tolerante y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su vida. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.
Por tanto, acerquémonos confiados al trono de nuestro Dios, para obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.
Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo, la corriente no te anegará; cuando pases por el fuego, no te quemarás, la llama no te abrasará.
Alégrense en la esperanza, sean pacientes en el sufrimiento, perseverantes en la oración;
No se aflijan por nada, más bien preséntenselo todo a Dios en oración, pídanle y también denle gracias. Y la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.
Nuestras certezas Nos dirigimos a Dios con la confianza de que, si pedimos algo según su voluntad, nos escuchará.
Yo esperaba impacientemente al Señor; él se inclinó a mí y escuchó mi clamor. Me levantó de la fosa fatal, de la charca fangosa. Asentó mis pies sobre una roca, afianzó mis piernas. Me puso en la boca un cántico nuevo, una alabanza a nuestro Dios. Muchos al verlo se sobrecogieron y confiaron en el Señor.
Mis planes no son sus planes, sus caminos no son mis caminos -oráculo del Señor-. Como el cielo está por encima de la tierra, mis caminos están por encima de los suyos y mis planes de sus planes.
Estoy seguro que ni muerte ni vida, ni ángeles ni potestades, ni presente ni futuro, ni poderes ni altura ni hondura, ni criatura alguna nos podrá separar del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.
Mc 4,21; Lc 8,16; 11,33; cfr. Jn 8,12 Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad construida sobre un monte.
Por el contrario, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio propio. Frente a estas cosas no hay ley que valga,
Siendo Dios mi salvador, confío y no temo porque mi fuerza y poder es el Señor, él fue mi salvación.
Mantengamos sin desviaciones la confesión de nuestra esperanza, porque aquel que ha hecho la promesa es fiel.
No sólo eso, sino que además nos gloriamos de nuestras tribulaciones; porque sabemos que la tribulación produce la paciencia, de la paciencia sale la fe firme y de la fe firme brota la esperanza.
Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias por todo. Eso es lo que quiere Dios de ustedes como cristianos.
¿No se venden dos gorriones por unas monedas? Sin embargo ni uno de ellos cae a tierra sin permiso del Padre de ustedes. En cuanto a ustedes, hasta los pelos de su cabeza están contados. Por tanto, no les tengan miedo, que ustedes valen más que muchos gorriones.
Por eso alégrense, aunque por el momento tengan que soportar pruebas diversas. Así, la fe de ustedes, una vez puesta a prueba será mucho más preciosa que el oro perecedero purificado por el fuego y se convertirá en motivo de alabanza, honor y gloria cuando se revele Jesucristo.
Encomienda al Señor tu camino, confía en él, y él actuará: Hará brillar tu justicia como la aurora, tu derecho como el mediodía.
y corro hacia la meta, hacia el premio al cual me llamó Dios desde arriba por medio de Cristo Jesús.
Que te agraden las palabras de mi boca, que te plazca el susurro de mi corazón, ¡Señor, Roca mía, Redentor mío!
El pecado no tendrá dominio sobre ustedes, ya que no viven sometidos a la ley, sino bajo la gracia.
Confianza en Dios Lc 12,22-31 Por eso les digo que no anden angustiados por la comida [y la bebida] para conservar la vida o por la ropa para cubrir el cuerpo. ¿No vale más la vida que el sustento?, ¿el cuerpo más que la ropa? Miren las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre del cielo las alimenta. ¿No valen ustedes más que ellas?
Si, cuando te invoque, retroceden y se retiran mis enemigos, proclamaré: Dios está de mi parte.
Porque Dios es fiel y Él los llamó a la comunión con su Hijo, Jesucristo Señor nuestro.
y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y mientras vivo en carne mortal, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.
Esta Buena Noticia nos manifiesta la justicia de Dios que libera exclusivamente por la fe. Según aquel texto el justo vivirá por la fe.
Porque el Señor es sol y es escudo, Dios concede favor y gloria; el Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable.
Porque yo, el Señor, tu Dios te agarro de la diestra, y te digo: No temas, yo mismo te auxilio.
Jesús, el testigo supremo de la fe Por lo tanto, nosotros, rodeados de una nube tan densa de testigos, desprendámonos de cualquier carga y del pecado que nos acorrala; corramos con constancia la carrera que nos espera, fijos los ojos en el que inició y consumó la fe, en Jesús. El cual, por la dicha que le esperaba, sufrió la cruz, despreció la humillación y se ha sentado a la derecha del trono de Dios.
Una cosa importa, que su conducta sea digna de la Buena Noticia de Cristo; de modo que, sea que vaya a verlos o que siga ausente, sepa que se mantienen unidos en espíritu y corazón, luchando juntos por la fe en la Buena Noticia;
Entonces los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: -¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? Él les contestó: -Porque ustedes tienen poca fe. Les aseguro que, si tuvieran la fe del tamaño de una semilla de mostaza, dirían a aquel monte que se trasladara allá, y se trasladaría. Y nada sería imposible para ustedes.
Esperanza de gloria Estimo que los sufrimientos del tiempo presente no se pueden comparar con la gloria que se ha de revelar en nosotros.
¡Cuántos son los tormentos del malvado! Pero, al que confía en el Señor él lo envuelve con su amor.
Nosotros hemos conocido y hemos creído en el amor que Dios nos tuvo. Dios es amor: quien conserva el amor permanece con Dios y Dios con él.
para cambiar su ceniza en corona, su luto en perfume de fiesta, su abatimiento en traje de gala. Los llamarán Robles del Justo, plantados por el Señor, para su gloria.
Mi Dios, colmará todas sus necesidades según su riqueza y generosidad por medio de Cristo Jesús.
Teniendo todo esto en cuenta, ¿qué podemos decir? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién estará en contra? El que no reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos va a regalar todo lo demás con él?
A ti, Señor Dios mío, elevo mi alma: en ti confío, no quede defraudado, ni se rían de mí mis enemigos.
Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas, no te retiraré mi lealtad ni mi alianza de paz vacilará -dice el Señor, que te quiere-.
Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; aun los muchachos se cansan, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse.
El Dios de la paciencia y el consuelo les conceda tener los unos para con los otros los sentimientos de Cristo Jesús, de modo que, con un solo corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Señor, tu misericordia viene del cielo, tu fidelidad llega hasta las nubes; tu justicia es como las altas cordilleras, tus juicios son un océano inmenso; tú socorres a hombres y animales.
en efecto, en él todas las promesas de Dios cumplieron el sí, y así nosotros por él respondemos amén, a gloria de Dios.
Jesús les respondió: -Les aseguro que, si tuvieran una fe firme, no sólo harían lo de la higuera, sino que podrían decir a ese monte que se quite de ahí y se tire al mar, y lo haría. Y todo lo que pidan con fe lo recibirán.
Descansa en el Señor y espera en él; no te irrites por el que triunfa, por el hombre que urde intrigas.
No recuerden lo de antaño, no piensen en lo antiguo; miren que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notan? Abriré un camino por el desierto, ríos en el arenal;
Por último, hermanos, ocúpense de cuanto es verdadero y noble, justo y puro, amable y loable, de toda virtud y todo valor.
Consecuencias de la nueva justicia Pues bien, ahora que hemos sido justificados por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de Jesucristo Señor nuestro.
El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. Satisface los deseos de sus fieles, escucha sus clamores y los salva.
Ustedes lo aman sin haberlo visto y creyendo en él sin verlo todavía, se alegran con gozo indecible y glorioso,
que él, con la fuerza de su gloria, los haga fuertes de modo que puedan soportarlo todo con mucha fortaleza y paciencia;
Dios es nuestro refugio y fortaleza, socorro siempre a punto en la angustia. Por eso no tememos aunque tiemble la tierra y los montes se hundan en el fondo del mar.
Himno de los salvados Sal 76 Señor, tú eres mi Dios, te ensalzo y te doy gracias, porque realizaste planes admirables, asegurados desde antiguo.
Brille igualmente la luz de ustedes ante los hombres, de modo que cuando ellos vean sus buenas obras, glorifiquen al Padre de ustedes que está en el cielo.
Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la vida y en la muerte somos del Señor.
Desde lo hondo a ti clamo, Señor, Dueño mío, escucha mi voz. Estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.
Aunque se consumen mi carne y mi corazón, Dios es siempre el apoyo de mi corazón y mi herencia.
Ustedes no han tenido hasta ahora ninguna prueba que supere sus fuerzas humanas. Dios es fiel y no permitirá que sean probados por encima de sus fuerzas, al contrario, con la prueba les abrirá una salida para que puedan soportarla.
Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo, la corriente no te anegará; cuando pases por el fuego, no te quemarás, la llama no te abrasará. Porque yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador. Como rescate tuyo entregué a Egipto, a Etiopía y Sabá a cambio de ti;
Cristo nos ha liberado para ser libres: manténganse firmes y no se dejen atrapar de nuevo en el yugo de la esclavitud.
De ese modo el Espíritu nos viene a socorrer en nuestra debilidad. Aunque no sabemos pedir como es debido, el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no se pueden expresar.
Pero clamaron al Señor en su angustia y los sacó de sus congojas. Redujo la borrasca a susurro y enmudeció el oleaje del mar. Se alegraron de aquella bonanza, y los condujo al puerto ansiado.
Todo el que es hijo de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que venció al mundo: nuestra fe.
Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que espada de dos filos; penetra hasta la separación de alma y espíritu, articulaciones y médula, y discierne sentimientos y pensamientos del corazón.
Pero ustedes son raza elegida, sacerdocio real, nación santa y pueblo adquirido para que proclame las maravillas del que los llamó de las tinieblas a su maravillosa luz.
Sobre el poseer Lc 12,33s No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre las destruyen, donde los ladrones perforan paredes y roban. Acumulen tesoros en el cielo, donde no roe la polilla ni destruye la herrumbre, donde los ladrones no abren brechas ni roban. Pues donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Más vale poco respetando a Dios que grandes tesoros con sobresalto. Mas vale ración de verdura con amor que carne de vaca con rencor.
Tu reinado es un reinado eterno, tu gobierno por todas las generaciones. [Fiel es Dios en sus palabras y amoroso en sus acciones].
Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos recibir al Señor Jesucristo;
El Señor te guiará siempre, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos, serás un huerto bien regado, un manantial de aguas cuyas aguas nunca se agotan,
Desde el confín de la tierra te invoco con el corazón abatido. Llévame a una roca inaccesible,
A ustedes les hace falta paciencia para cumplir la voluntad de Dios y obtener lo prometido.
El Dios de toda gracia que por Cristo [Jesús] los llamó a su gloria eterna, después que hayan padecido un poco, los restablecerá y fortalecerá, los hará fuertes e inconmovibles.
Esta esperanza es como un ancla firme y segura del alma, que penetra más allá de la cortina del Templo,
No se aflijan por nada, más bien preséntenselo todo a Dios en oración, pídanle y también denle gracias.
Vida por el Espíritu En conclusión, no hay condena para los que pertenecen a Cristo Jesús. Porque la ley del Espíritu que da la vida, por medio de Cristo Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Levanto los ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Esperanza de la gloria Por tanto no nos acobardamos: si nuestro exterior se va deshaciendo, nuestro interior se va renovando día a día.
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