Y es la fe de las cosas que se esperan, fundamento; de cosas demostración que no se ven.
Y él les dice: «Por vuestra poca fe; pues en verdad os digo: si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: «Pásate de acá a allá». Y se pasará, y nada os será imposible.
«Por esto dígoos: todo cuanto orareis y pidiereis, creed que lo habéis recibido(g) y seráos.
Pues, por la gracia, habéis sido salvados por fe; y éste, no de vosotros: de Dios don(c) ;
Mas pida en fe, nada vacilando; pues el que vacila, parécese a oleadas de mar aventadas y agitadas.
Pues, justicia de Dios en él se revela, de fe en fe(b) , según está escrito: «Y el justo de fe vivirá».
Con Cristo he sido crucificado; y vivo, no ya yo, pero vive en mí Cristo; y lo que ahora vivo en carne, en fe vivo la de Dios y Cristo; el que me amó y se entregó por mí.
Y, sin fe, imposible placerle; pues creer debe, el que se llega a Dios, que(d) es, y, para los que le buscan, remunerador se hace.
a quien no viendo, amáis; a quien ahora no mirando, pero creyendo, os alborozáis con gozo inenarrable y glorificado; reportando el fin(d) de vuestra fe: salud de almas.
y a la promesa de Dios no vaciló con descreimiento, sino se confortó con la fe, dando gloria a Dios; confirmado plenamente en que lo que ha prometido, poderoso es también a hacer.
porque todo lo nacido de Dios, vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
Justificados, pues, por fe, paz tengamos para con Dios, por nuestro Señor Jesucristo; por el cual también el acceso hemos alcanzado a la fe por esta gracia, en que nos alzamos y gloriamos en esperanza de la gloria de Dios.
Y Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: «Confía, hija; tu fe te ha salvado». Y sanó la mujer desde aquella hora.
mantengamos la confesión de la esperanza indeclinable(n) (pues fiel, el que ha prometido);
Y el Dios de la esperanza llenaráos de todo gozo y paz en el creer; para que abundéis en la esperanza, en virtud de Espíritu Santo.
mirando al de la fe autor y consumador, Jesús; quien en vez del que se le proponía gozo, soportó cruz, vergüenza menospreciando; y a la diestra del trono de Dios está sentado.
Combate el bello combate de la fe; aprehende la eterna vida, para la cual has sido llamado, y has confesado la bella confesión a faz de muchos testigos.
Tus determinaciones guardaré; no me abandones hasta muy mucho. ¿En qué enderezará el joven su camino? En guardar tus palabras.
Y, viniendo él a la casa, acercáronsele los ciegos, y díceles Jesús: «¿Creéis que puedo hacer esto?» Dícenle: «Sí, Señor». Entonces tocó los ojos de ellos, diciendo: «Según vuestra fe, hágaseos»
Y la oración de la fe salvará al enfermo; y levantarále(e) el Señor; y si pecados hubiere hecho, perdonaránsele.
En todo cogiendo el escudo de la fe; en el cual podréis todos los dardos del malo los encendidos apagar;
No que nos enseñoreemos de vuestra fe; sino que colaboradores somos de vuestro gozo; que en la fe estáis firmes.
pero los que aguardan a Dios, mudarán fuerza(g) ; alas criarán, como águilas; correrán, y no trabajarán; caminarán, y no hambrearán.
Por la cual causa también esto padezco; empero no me avergüenzo; pues sé a quién he creído, y persuadido estoy de que poderoso es para el depósito mío custodiar hasta aquel día.
No arrebates junto con los pecadores a mi alma; y con los que obran iniquidad no me pierdas juntamente.
y lo que(a) pidiereis en mi nombre, esto haré; para que sea glorificado el Padre en el Hijo. Si algo me pidiereis en mi nombre, yo esto haré.
¿Y qué aún digo? Pues faltaríame; refiriendo, el tiempo, acerca de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté y David y Samuel, y de los profetas; quienes por medio de fe debelaron reinos; obraron justicia; alcanzaron promesas, cerraron bocas de leones, extinguieron poder de fuego, huyeron bocas(n) de cuchilla; confortados fueron de flaqueza; hiciéronse fuertes en guerra, campamentos derribaron de extraños(o) ;
Entonces respondiendo Jesús, díjola: «¡Oh mujer, grande, tu fe!: hágasete como quieres». Y sanó su hija desde aquella hora.
(Hb. 2,3-4). y el justo mío de fe vivirá, y si se retrajere(t) , no se complace mi alma en él.
Clamaré a Dios, el Altísimo; a Dios que me ha hecho bien(a) . Envió desde el cielo, y salvóme; dio a oprobio los que me conculcaban;
De nuevo, en verdad, dígoos que, si dos se concertaren de vosotros sobre la tierra, acerca de toda cosa que pidieren, seráles(d) desde mi Padre, el de los cielos. Pues donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos.»
Y, teniendo el mismo espíritu de fe, según lo escrito: «He creído; por lo cual he hablado»; también nosotros creemos; por lo cual también hablamos;
Aun cuando anduvieres por agua, contigo soy, y ríos no te anegarán; aun cuando anduvieres por fuego no te abrasarás, no; llama no te abrasará;
Entonces se multiplicarán en ancianidad pingüe; y bien estarán; para que anuncien que recto, Señor, nuestro Dios, y no hay injusticia en él.
Pues digo, por la gracia la dada a mí, a todo el que está entre vosotros: no sentir más allá de lo que se debe sentir, sino sentir para bien sentir(c) ; a cada cual como(d) Dios repartió medida de fe.
si ya perseveráis en la fe fundados, y estables y no removibles de la esperanza del Evangelio que oísteis, el que ha sido predicado en toda criatura, la bajo el cielo; del cual he sido yo, Pablo, hecho ministro.
Pues también hemos sido evangelizados, así como aquéllos; empero no aprovechó la palabra de la oída a aquéllos no mezclada con la fe, en lo que oyeron.
Y díjoles: «¿Dónde vuestra fe?» Y atemorizándose, maravilláronse, diciendo unos a otros: «¿Quién, pues, éste es, que también a los vientos ordena y al agua, y obedécenle?»
Porque, si confesares en tu boca a Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le resucitó de muertos, te salvarás;
Pues sabemos que, si la terrena casa nuestra(a) de pabellón, se deshiciere, edificación de Dios tenemos: casa no hechiza, eterna en los cielos.
Pero, si a la hierba del campo que hoy es y mañana en el horno se arroja, Dios viste así, ¿cuánto más a vosotros, poco creyentes?
Pues partícipes del Cristo hemos sido hechos, con tal que el principio de su fundamento(h) , hasta el fin, firme retuviéremos;
teniendo fe y buena conciencia; la cual algunos repeliendo, acerca de la fe han naufragado;
Conforme a fe(h) murieron éstos todos, no habiendo recibido las promesas, sino en lontananza viéndolas y saludando, y confesando que huéspedes y peregrinos son sobre la tierra.
Y ahora queda fe, esperanza, caridad: estas tres cosas; pero la mayor de éstas, la caridad.
Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre elevaré mis manos. Como de médula y grosura(b) llénese mi alma; y labios de alborozo loarán tu nombre.
Y sabemos que a los amantes de Dios, todo coopera en bien, a los que según propósito llamados son.
Heme alegrado de lo que se me ha dicho: «A casa del Señor iremos»; puestos estaban nuestros pies(a) en los atrios de Jerusalén,
confiado de esto mismo: que, quien empezó en vosotros obra buena, perfeccionará hasta día de Jesucristo;
Tentación no os ha tomado sino humana(c) ; y fiel es Dios que no dejará seáis tentados sobre lo que podéis; sino que hará, con la tentación, también la salida, para que podáis soportar.
Y viniendo ellos a la turba acercósele un hombre, arrodillándosele, y diciendo: «Señor, apiádate de mi hijo, porque es lunático y mal está; pues, muchas veces cae al fuego y muchas veces al agua. Y le traje a tus discípulos y no le pudieron sanar.» Y respondiendo Jesús, dijo: «Oh generación, increyente y perversa ¿hasta cuándo con vosotros estaré? ¿hasta cuándo os sufriré? Traédmelo acá.» E impúsole Jesús, y salió de él el demonio y sanó el niño desde aquella hora. Entonces acercándose los discípulos a Jesús aparte dijeron: «¿Por qué nosotros no pudimos lanzarle?» Y él les dice: «Por vuestra poca fe; pues en verdad os digo: si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: «Pásate de acá a allá». Y se pasará, y nada os será imposible.
Y es la fe de las cosas que se esperan, fundamento; de cosas demostración que no se ven. Pues en ésta testimoniados(a) fueron los antiguos,
Pues, por la gracia, habéis sido salvados por fe; y éste, no de vosotros: de Dios don(c) ; no por obras, para que nadie se gloríe;
El inocente de manos, y puro del corazón, que no ha recibido para lo vano(b) su alma, ni jurado, en dolo, a su prójimo.
Tú crees que uno es Dios; bellamente haces; también los demonios creen, y se estremecen.
Y no sólo(a) , sino que nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación paciencia obra; y la paciencia, probación, y la probación, esperanza;
Por fe, también la misma Sara virtud, para fundación de simiente, recibió, aún fuera de sazón de edad, por cuanto fiel reputó al que prometía.
y, sabiendo que no se justifica el hombre por obras de ley, sino por la fe de Cristo Jesús, también nosotros en Jesucristo hemos creído, para ser justificados por fe de Cristo, y no obras de ley; porque, por obras de ley, no será justificada toda carne.
Pero rememorad los anteriores días, en que, iluminados(r) mucha lid sostuvisteis de padecimientos: ahora, así con oprobios como con tribulaciones hechos espectáculo; ahora en partícipes de los así vivientes(s) , convertidos. Pues también con los aprisionados padecisteis y la rapiña de vuestros bienes con gozo aceptasteis, conociendo que tenéis mejores haberes, y permanentes.
pero el que, vacilando, comiere, condenado está, porque no de fe(n) ; y todo lo no de fe, pecado es.
para sentarlo con príncipes, con príncipes de su pueblo; el que coloca a la estéril en casa, madre sobre hijos gozosa.
Pues, aunque, con la carne estoy ausente; empero, con el espíritu, con vosotros estoy, gozándome y viendo vuestro orden y la firmeza de vuestra, en Cristo, fe.
No temas; que contigo soy; no yerro; pues yo soy tu Dios; que te he fortalecido, y ayudádote y asegurádote con la diestra la justa, mía.
los que, en virtud de Dios, custodiados sois, por fe, para salud preparada a revelarse en tiempo postrero.
Por lo demás, hermanos, cuanto es verdadero; cuanto, honesto; cuanto, justo; cuanto, casto; cuanto, amable; cuanto, bien afamado; si alguna virtud y si alguna alabanza —esto pensad.
Júzgame, Señor, pues yo en mi inocencia he caminado; y, en el Señor esperando, no vacilaré, no. Pruébame, Señor, y tiéntame: acrisola mis riñones y mi corazón.
Por esto os digo, no os solicitéis de vuestra alma(i) , qué comáis o qué bebáis, ni de vuestro cuerpo qué os vistáis ¿Acaso el alma no es más que la comida y el cuerpo que el vestido? Contemplad los volátiles del cielo cómo no siembran, ni siegan, ni allegan en graneros, y vuestro Padre el celestial, aliméntalos, ¿No sois vosotros mucho más que ellos?
Desinteresada la vida; contentos con lo presente; pues él dijo: (Deut. 31,6). No te dejaré, no; ni te abandonaré, no;
y a la promesa de Dios no vaciló con descreimiento, sino se confortó con la fe, dando gloria a Dios;
Rememoré días antiguos; y medité en todas tus obras; en hechuras de tus manos meditaba.
Y ésta la confianza que tenemos para con él: que, si algo pidiéremos, según su voluntad, nos oye.
y no hay sanidad en mi carne, a faz de tu ira; no hay paz para mis huesos, a faz de mis pecados. Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza; cual si carga pesada han pesado sobre mí.
Y mi Dios llenará toda necesidad de vosotros, según su riqueza, en gloria, en Cristo Jesús.
No rememoréis lo anterior; y lo antiguo no reflexionéis; he aquí yo hago cosas nuevas que ahora nacerán; y las conoceréis. Y haré en el desierto vía; y en lo inacuoso, ríos.
Y necesario he creído, a Epafrodito, el hermano, y cooperador, y conmilitón mío, y de vosotros apóstol, y ministro de la necesidad mía, enviar a vosotros, puesto que deseoso estaba él de todos vosotros y afligido, por esto: porque habíais oído que había enfermado. Pues también enfermado había de muerte; empero Dios apiadóse de él, y no de él solamente, sino también de mí, para que no tristeza sobre tristeza yo tuviese. Más presurosamente, pues, le he enviado, para que, viéndole de nuevo, os gocéis, y yo menos triste esté. Acogedle, pues, en Señor, con todo gozo, y a los tales en estima tened; porque, por la obra de Cristo, a la muerte se acercó, peligrando de alma(i) , para suplir vuestra falta en mi ministerio(j) .
De(d) magnificencia de fuerza, el nombre del Señor; y los que a él recurren, justos, son exaltados.
Por lo tanto; también nosotros, tanta teniendo, que nos cerca, nube de testigos, carga deponiendo toda y el cautivador pecado, por paciencia corramos la que se nos propone, lid,
conociendo que la probación de vuestra fe obra paciencia. Y la paciencia obra perfecta tenga(b) , para que seáis perfectos e íntegros, en nada faltos.
Vosotros de Dios sois, hijitos; y le habéis vencido; porque mayor es el en vosotros que el en el mundo.
Y, oyendo Jesús, admiróse, y dijo a los que seguían: «En verdad dígoos: en ninguno tanta fe en Israel he encontrado.
Y el Dios de la paciencia y de la consolación déos lo mismo sentir(a) entre vosotros, según Cristo Jesús; para que unánimemente en una boca glorifiquéis a Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
ni alteza, ni hondura, ni criatura alguna otra podrános apartar del amor de Dios, el en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Y el Dios de toda gracia, el que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, habiendo un poco padecido vosotros; él os perfeccionará, afirmará, esforzará.
Y la paz de Dios, la que supera a todo entendimiento, custodiará vuestros corazones y vuestras inteligencias en Cristo Jesús.
Empero ha encerrado(l) a la vez la escritura todo bajo pecado, para que la promesa de fe de Jesucristo fuese dada a los creyentes.
Toda disposición dispuesta contra ti no prosperaré; y toda voz se alzará contra ti en juicio— a todos ellos superarás; y los culpables para contigo estarán en él. Hay heredad para los que sirven al Señor; y vosotros seréis para mí justos, dice el Señor.
con la esperanza, gozándoos; en la tribulación pacientes; en la oración, perseverantes;
¡Fiel Dios, por quien elegidos habéis sido para comunión de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor!
Y luego Jesús, extendiendo la mano, le cogió, y dícele: «Poco creyente, ¿a qué has dudado?»
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