A lo largo de nuestra vida pasamos por varias etapas, disfrutamos de temporadas de buena salud y momentos en los que padecemos enfermedades. Cuando somos jóvenes tenemos tiempo, energía y sentimos que podemos hacer todo, pero a veces nos detenemos porque no tenemos suficiente dinero. Cuando ya somos adultos y logramos conseguir un buen trabajo, ganamos dinero, pero casi no tenemos tiempo para disfrutar con nuestra familia y amigos, y los sueños que queríamos cumplir los vemos lejanos. Y luego Cuando ya nos estamos haciendo ancianos y hemos logrado ahorrar un poco de dinero y el tiempo nos sobra, nos damos cuenta de que ya no tenemos las mismas energías. Por eso recuerden que debemos disfrutar de cada momento y cada instante sin desear más allá de lo que no podemos.
Acuérdate, oh Jehová, de lo que nos ha sucedido; Mira, y ve nuestro oprobio. Nuestra heredad ha pasado a extraños, Nuestras casas a forasteros. Huérfanos somos sin padre; Nuestras madres son como viudas.
que hace justicia al huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido.
Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; A ti se acoge el desvalido; Tú eres el amparo del huérfano.
Jehová guarda a los extranjeros; Al huérfano y a la viuda sostiene, Y el camino de los impíos trastorna.
no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano.
No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda,
Así ha dicho Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de mano del opresor, y no engañéis ni robéis al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.
Cuando siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos.
aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan, Y a tu heredad afligen. A la viuda y al extranjero matan, Y a los huérfanos quitan la vida.
Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.
Se engordaron y se pusieron lustrosos, y sobrepasaron los hechos del malo; no juzgaron la causa, la causa del huérfano; con todo, se hicieron prósperos, y la causa de los pobres no juzgaron.
Al padre y a la madre despreciaron en ti; al extranjero trataron con violencia en medio de ti; al huérfano y a la viuda despojaron en ti.
Maldito el que pervirtiere el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén.
No traspases el lindero antiguo, Ni entres en la heredad de los huérfanos; Porque el defensor de ellos es el Fuerte, El cual juzgará la causa de ellos contra ti.
para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.